Charles Oakley, detenido por atacar al dueño de los Knicks
Otra derrota de los Knicks y otro lío tremendo en la Gran Manzana: el emblemático Charles Oakley, expulsado del Madison Square Garden y detenido por la policía.
Los Clippers sumaban tres derrotas seguidas y jugaron en el Madison con la amenaza de caer ya al sexto puesto del Oeste. Así pintaban las cosas ya en el último cuarto (98-88, 103-94…), justo cuando apareció la habitual capacidad de autodestrucción de los Knicks, que están 22-32 en una temporada cada vez más horrenda y en la que ya están en negativo también en su cancha: 13-14. Sin Chris Paul y con la mejor anotación de la temporada de Blake Griffin (32 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias), y con un tremendo DeAndre (28+15), los Clippers remontaron y ganaron un partido que pudo empatar Carmelo Anthony con un triple a falta de ocho segundos. El alero acabó con 28 puntos y 9 rebotes, Porzingis con 27+6 y Willy Hernangómez con 5 puntos (todos desde el tiro libre), 9 rebotes y 4 asistencias. Al final, 115-119 para unos Clippers que recuperan algo de pulso.
Pero la noticia en el Madison llegó mucho antes de ese desenlace dramático: Charles Oakley, un mito de la franquicia, fue expulsado del pabellón y detenido por la policía de Nueva York con tres cargos por allanamiento y delitos menores (asalto en tercer grado). Oakley, uno de los tipos duros de la dura NBA de los 90, tiene ahora 53 años y jugó en los Knicks entre 1988 y 1998. Formó parte de aquel tremendo equipo de Pat Ewing que peleaba con los Bulls de Jordan y jugó las Finales de 1994 (derrota ante los Rockets de Olajuwon en siete partidos).
Oakley, uno de los predilectos de la afición del Madison, ha tenido durante lustros problemas con el dueño de la franquicia, James Dolan. Después de un supuesto enfrentamiento con él (negado por el propio exjugador tras su detención) y de que este último llamara a su seguridad privada, Oakley se resistió a ser expulsado de la grada y se enzarzó, en pleno primer cuarto, en una disputa con el personal de seguridad. Cuando finalmente se lo llevaron, el público comenzó a corear su nombre en las gradas. Los Knicks, después se limitaron a realizar este comunicado a través de Twitter: “Charles Oakley asistió al partido pero se comportó de una manera completamente inapropiada y abusiva. Ha sido expulsado y arrestado por la policía de Nueva York. Fue un gran knick y esperamos que todo se solucione pronto”.