Los Knicks, humillados: paliza de los Baby Lakers en el Madison

A día de hoy, solo una paliza de los Nets hubiera sido peor... Los New York Knicks tocaron fondo en la madrugada del lunes al martes, cayendo estrepitosamente en el Madison Square Garden ante unos Lakers que habían perdido 12 seguidos y 17 de los últimos 18 fuera de casa. También llevaban seis años sin ganar en Mahattan y habían perdido cinco consecutivos contra los knickerbockers. Hasta ayer...

Con Brandon Ingram como alero titular, los visitantes utilizaron un 20-4 de parcial en los primeros compases para abrir de par en par una puerta que los Knicks nunca consiguieron cerrar. Un acertadísimo Lou Williams lideró a los de Walton con 22 puntos y hasta siete jugadores vestidos de púrpura y oro acabaron en dobles dígitos en lo que fue todo un homenaje a sí mismos (venían de perder 10 de 12) en el mejor de los escenarios posibles.

En los locales, que contaron con Derrick Rose por primera vez en los últimos cinco partidos (cinco puntos en 32 minutos, 2/8 en los tiros), Carmelo Anthony consiguió salvar su línea (26 puntos, 10/17 en los tiros) en un barco hundido (-27 en el segundo cuarto), como Jennings, Justin Holiday, Porzingis (16+9, mal en los lanzamientos) y un Willy Hernangómez que sigue dejando detalles en la gran manzana. Kyle O'Quinn fue titular, pero el español volvió ganar la batalla de los minutos en la posición de pívot (jugó 24 y... ¡los knicks ganaron esos minutos por siete puntos!) y acabó con ocho tantos, 13 rebotes (mejor marca del partido), dos robos y un tapón.

"Tienes que jugar por orgullo. Tienes que salir ahí fuera y competir. Estos equipos vienen, estamos en Nueva York, así que todo el mundo viene preparado. Si no eres capaz de salir con intensidad y ganas no vas a ganar", dijo un preocupado Jeff Hornacek tras un choque en el que sus pupilos perdían por 27 puntos mediado el segundo cuarto... El desastre.

Los Knicks necesitan cambios y los necesitan ya.