Mi camino y el de Brady: Inés Sainz
Tom Brady saludó a nuestra colaboradora en plena conferencia de prensa, algo que realmente no se esperaba y que ha quedado marcado.
Mi primer Super Bowl fue también el primero de Brady, el XXXVI en New Orleans, yo vivía la emoción indescriptible que es estar en cancha en tu primera cobertura internacional. Emocionada al límite con el espectáculo que estaba atestiguando, mientras que Tom Brady llegaba en una situación muy distinta a lo que vive ahora, el no era el QB más popular ni su equipo el favorito para ganar, en esa ocasión frente a los Rams, el destino le daba la oportunidad de jugar el partido de su vida, había relevado al QB Drew Bledsoe que se había lesionado.
Así que en circunstancias diferentes pero igualmente relevantes para ambos, coincidimos en nuestro comienzo. El en ese día empezó a escribir una historia fantástica que lo ha llevado a romper un sinnúmero de récords y que le permite hoy soñar con ganar su quinto anillo y quedar en la historia tal vez como el mejor de todos los tiempos. Y yo empecé una historia que he disfrutado al máximo y me ha llenado de satisfacciones recorriendo el mundo para conectar las emociones de los máximos eventos y atletas con la gente que sueña y que me permite ser portadora hasta sus hogares de eso único e inexplicable que nos brinda el deporte. Tener más de 300 entrevistas exclusivas con la élite del deporte mundial desde entonces, contando las historias de aquellos que han logrado alcanzar el éxito deportivo a su máxima expresión.
Desde esa semana de Super Bowl que entrevisté por primera vez a Brady han pasado 15 años y 6 SB para el (7 contando este) 15 para mí, y en cada uno he podido sacar una respuesta amable, inteligente y con gusto de Tom. Es verdad que también he ido a Bostón a entrevistarle 1 a 1, y la cordialidad de su trato conmigo ha sido siempre un común denominador, y está semana no fue la excepción, pero debo decir que fue una grata sorpresa escucharlo hacer una pausa entre miles de periodistas ansiosos por entrevistarlo para saludarme por mi nombre y después contestar mi pregunta tan amable como siempre.