Messi lidera la toma de Eibar

El Barcelona superó su tercera salida al norte en tres semanas ganando al Eibar por 0-4 en un partido en el que el conjunto blaugrana confirmó la sensación de haber llegado a una velocidad de crucero que le permite seguir a la caza de Madrid y Sevilla. Lo consiguió el Barça superando a un rival incómodo y en unas circunstancias que se complicaron en cuando Escalante echó del partido a Busquets con una entrada patibularia a los ocho minutos. Pero aferrados a un Messi total, el Barcelona se rehizo primero, se impuso después y finalmente acabó goleando y dando una estupenda sensación.

Sin Iniesta y ante un rival tan dinámico y valiente como el Eibar, el Barcelona tuvo muy claro desde el principio que su suerte iba a depender de la producción del Tridente. Por eso, el partido se jugó mucho tiempo en la mitad barcelonista. Por una parte por la salida atrevida de los locales y por otra porque al conjunto de Luis Enrique ya le iba bien alargar el campo para dejar espacios arriba para que sus delanteros hicieran de las suyas.

Sufría el Barcelona para sacar la pelota, porque el tobillo de Piqué pedía descanso y jugó el Barcelona con dos centrales zurdos como Umtiti y Mathieu. El hecho de perder a Busquets tan pronto tampoco ayudó demasiado. La lesión de Busquets obligó a Luis Enrique a dar entrada a Denis, para que se situara como interior mientras que Rakitic pasaba a jugar como medio centro.

Tras las dudas iniciales, se puede decir que ambos cumplieron y que el croata es una alternativa más que válida para cubrir el tiempo de baja del de Badia. Tras pasar unos primeros minutos de agobio, en los que Ter Stegen volvió a hacer un paradón de los de antes evitando el tanto de Adrián tras una mala salida de balón de su defensa, Leo Messi dijo basta. El argentino se instaló en la sala de mandos del equipo y empezó a repartir pases como el que reparte caramelos en la cabalgata de reyes. Sus pases interiores desmontaron el entramado defensivo del Eibar y sembraron el pánico entre la zaga armera.

Un lejano disparo de Denis Suárez tradujo en gol la mejora del Barcelona, que en el último cuarto de hora de la primera parte creció mucho y pudo dejar el partido visto para sentencia, pero Yoel conjuró una ocasión de Neymar con el pie y Suárez disparó a la base del poste.

La segunda parte se inició como era de esperar con una nueva carga del Eibar, pero el Barcelona supo leer perfectamente los espacios que dejaba el conjunto local para lanzar sus contras. El tridente vuelve a estar fino y jugarles con espacios es una invitación al suicidio. A los cinco minutos de la renudación, una contra de escuadra y cartabón entre Messi y Suárez acabó con el segundo tanto del Barcelona, culminado con un toque sutil del argentino, que está en un momento de forma en el que hace sencillísimo lo que para otros supone años de esfuerzo.

Un gol de Adrián bien anulado por fuera de juego supuso el canto del cisne del Eibar antes de que Suárez peleara un balón al central Lejeune, se lo robara y marcara el tercero tras cabalgar medio campo en busca del portero. Con el partido ya decidido, llegó el momento de dar reposo a piezas clave y de que Neymar se reconciliara con el gol tras otro partido en el que el Tridente carburó a tope bajo la dirección de Messi en la conquista del norte.