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Cinco cosas que pienso

Los Seahawks deberán tener una off-season muy activa

El dominio en la Conferencia Oeste ha ido ligado a la personalidad de su entrenador, Pete Carroll, y al liderazgo ofensivo de un sensacional jugador, Russell Wilson

Los Seahawks deberán tener una off-season muy activa
EFE

Junto a New England, Seattle ha sido el equipo más impresionante de la NFL en el último lustro. El dominio en la Conferencia Oeste ha ido ligado a la personalidad de su entrenador, Pete Carroll, y al liderazgo ofensivo de un sensacional jugador, Russell Wilson, sexto quarterback seleccionado en el draft de 2012 (elección total número 75), quien ha llevado a su equipo no solo a los playoffs en sus cinco temporadas en la liga, sino hasta las semifinales de conferencia en cada una de ellas. Allí, la trayectoria de los Seahawks ha sido muy clara: en los dos años que disputaron la ronda divisional en Seattle, avanzaron hasta la Super Bowl; en los tres que tuvieron que ir fuera de casa (dos en Atlanta y uno en Carolina) quedaron apeados de los playoffs.

Bajo este razonamiento, podemos estar totalmente de acuerdo con la afirmación de Carroll para explicar la eliminación a manos de los Falcons. “Perdimos el partido al desaprovechar la oportunidad de jugar en casa (por su derrota ante Arizona en la Jornada 16)”. Probablemente, el genial head coach tenga razón, pero hay otras notas enormemente negativas que no solo explican la derrota de Seattle en Atlanta, sino que esgrimen argumentos que exigen acciones de despacho urgentes, antes de que se desmorone uno de los proyectos más sólidos de toda la NFL.

¿Thomas Rawls puede sustituir a Beast Mode? Aparentemente sí, de hecho en muchos encuentros lo ha hecho olvidar. Sin embargo, Seattle no llama ya acciones de carrera con tanta seguridad como lo hacía cuando jugaba Marshawn Lynch. Esta temporada los Seahawks han caído hasta la posición 25 de la NFL en yardas ganadas por vía terrestre, promediando menos de 100 por encuentro. En las cuatro campañas anteriores, el equipo de Carroll había estado siempre entre los cinco primeros de la liga, superando las 135 yardas por partido en cada una de ellas.

En cuanto a defensa, la Legion of Boom comenzó a resquebrajarse desde la ausencia de Earl Thomas, quien se rompió la pierna en el duelo de la Jornada 13 contra Carolina. Ya la semana anterior, en Tampa Bay, el sensacional free safety se había perdido el primer partido de sus siete temporada en la NFL, debido a una lesión muscular. El choque contra los Buccaneers fue el presagio de lo que sufriría Seattle sin Thomas en defensa. La retaguardia de los Seahawks se encontró sin rumbo al perder a su líder. En la temporada regular, con Thomas en la secundaria, Seattle disputó once partidos, recibiendo 16 puntos por encuentro y solo nueve touchdowns. Sin Thomas, los Seahawks permitieron 22 tantos por enfrentamiento y diez touchdowns en siete partidos. Quizá la nota más negativa es que, antes de la lesión del free safety, Seattle iba camino de incrementar su récord de la NFL (era de la Super Bowl), sumando su quinta temporada consecutiva como la defensa de toda la liga que menos puntos encajaba. Duros correctivos en las últimas semanas (38 tantos en Green Bay y 34 en casa contra Arizona) hicieron caer a los Seahawks hasta la tercera posición en esta categoría, por detrás de Patriots y Giants.

Sin lugar a dudas, Seattle necesita recuperar al mejor Thomas, situación complicada pues el mismo jugador declaró, tras la fractura, que cabía la posibilidad de que dejara el fútbol americano. Pero los problemas son mayores. Los Seahawks tienen que mejorar una inexperta línea ofensiva, diezmada al no poder retener a sus mejores jugadores por problemas con el tope salarial. De esto dependerá que el ataque vuelva a ser tan eficaz, corriendo más la pelota y permitiendo a Wilson no ser presionado en cada acción.

Tomando todo esto en consideración, podemos concluir que Seattle realizó una buena campaña y que Carroll es un verdadero genio. Sin embargo, para mantenerse en la élite de la NFL, cosa harto difícil estando en la NFC, mucho tendrá que mejorar en esta off-season. No lo descartemos, pues la estructura organizativa de este club es tan fuerte como la de New England, Pittsburgh o Green Bay.

Cinco cosas que pienso:

1. Aunque es una obviedad, pienso que el partido Dallas-Green Bay es uno de los mejores de la historia de los playoffs y que jamás olvidaremos dónde y con quién lo vimos.

2. Pienso que, para ganar a New England, Ben Roethlisberger tiene que jugar mucho mejor que ante Miami y Kansas City. Por supuesto que Big Ben puede hacerlo.

3. Pienso que Seattle lo tenía crudísimo, pero que la falta en el retorno de punt de Devin Hester fue matadora. Pongamos por un momento que los Seahawks acaban solo marcando un field goal… Se hubieran puesto 13-7 por delante y los Falcons hubieran comenzado desde su yarda 25 un ataque que concluyó en field goal, gracias a iniciarse casi a medio campo. Vamos, que Seattle hubiera podido intentar manejar el partido, cosa imposible cuando Wilson volvió a recibir la pelota en condiciones, perdiendo ya por 12-10. Desde luego que son conjeturas. Moraleja: si eres inferior al rival y cometes errores, es imposible que ganes un partido de fútbol americano.

4. Pienso que es un error descansar jugadores en la Jornada 17. El fútbol americano (de hecho todo deporte en Estados Unidos) lo gana el que llega mejor al final. Mirad los cuatro equipos que quedan: los Packers han ganado sus últimos nueve partidos; los Steelers, también; los Patriots, sus últimos ocho y los Falcons, sus últimos cinco.

5. Pienso que la estadística más impresionante de esta temporada de Matt Ryan es haber establecido un récord de la NFL, promediando 9,3 yardas por pase intentado y aún así firmar el quinto mejor rating pasador de la historia de la liga: 117,1. A diferencia del quarterback de los Falcons esta campaña, generalmente los quarterbacks que logran ratings altos lo hacen porque sus pases son más cortos, arriesgando muy poco en cada lanzamiento.