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NEW YORK GIANTS

Giants muere traicionado a “manos” de sus receptores

Nueva York cayó eliminado ante la falta de ejecución de quienes habían conformado la parte má sólida de su ofensiva.
Vikings-Eagles

Ciudad de México
GREEN BAY, WI - JANUARY 8: Odell Beckham #13 of the New York Giants fails to make a catch in the first quarter during the NFC Wild Card game against the Green Bay Packers at Lambeau Field on January 8, 2017 in Green Bay, Wisconsin.   Stacy Revere/Getty Images/AFP
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Stacy RevereAFP

Se sabía que algo no estaba bien con los receptores de los Giants cuando aparecieron con pantalones de mezclilla en un yate en Miami y sin playera para los calentamientos previos en Green Bay.

Odell Beckham, Victor Cruz y compañía tuvieron esa clase de semana. Una que inicia entre risas en las paradisiacas playas de Florida y termina con hoyos en la pared producto de la frustración… y mucho tiempo libre.

Siempre que los Giants sufrieron este año, el sospechoso común y con justa razón fue Eli Manning y su ridícula capacidad para entregar balones. Pero la eliminación, tal vez prematura, de New York encontró nuevos culpables el domingo, unos que siempre habían sido héroes y no villanos: los receptores.

Desde el principio algo no andaba bien. En la primera serie, Eli llevó a los Giants hasta la yarda 35 de los Packers, y en tercera y cinco, encontró a Beckham y le puso el balón entre el 1 y el 3… pero OBJ no completó la recepción.

Ese fue solo el inicio de una dolorosa traición.

Las usualmente seguras, y generalmente espectaculares, manos de Beckham se convirtieron en un frontón más duro que el congelado césped de Lambeau Field. Los pases de Manning encontraban las manos de los Giants, pero la falta de ejecución ahora se veía del lado equivocado del balón.

No contento con no convertir ese tercer down que hubiera colocado a los Giants en zona de puntos en su ofensiva inicial, Beckham dejó ir un claro touchdown en la serie posterior. El novato Sterling Shepard, quien terminó como segundo mejor receptor del equipo en campaña regular, también dejó caer dos importantes pases en la primera mitad; uno en zona de anotación y otro en tercer down.

¿Y saben a quién no se le pueden dar muchas oportunidades? A Aaron Rodgers.

Los Giants tuvieron 33 jugadas para 189 yardas en la primera mitad y consiguieron tan solo seis puntos. El dominio estadístico era claro. La ejecución, por otro lado, era inexistente. La defensiva de Nueva York, como lo hizo todo el año, se fajó y obligó a los Packers a despejar en sus primeras cinco ofensivas.

Siempre que limitas a Rodgers a 21 jugadas y 89 yardas en las primeras cinco ofensivas, como defensiva le has dado a tu equipo la posibilidad de ganar. De obligar a los Packers a un milagro, como el que sucedió a finales de la primera mitad con el ridículo Ave María a Randall Cobb para poner la pizarra 14-6.

Pero la defensiva que permitió 38 puntos no fue la responsable de la eliminación de los Giants, por contradictorio que esto parezca. Nueva York tuvo la oportunidad de establecer un claro dominio en el marcador en la primera mitad y, literalmente, se le fue de las manos.

Ahora Beckham, Cruz y Shepard tienen todo el tiempo del mundo para ir a Miami. Aunque no parece que tengan mucho qué festejar.