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Wild Card NFL

Análisis tácticos del Detroit Lions - Seattle Seahawks

Dos equipos que no llegan en su mejor momento se miden el sábado por una plaza en la ronda divisional de los playoffs de la NFL.

Análisis tácticos del Detroit Lions - Seattle Seahawks
USA TODAY Sports

Seahawks - Falcons en vivo

Tras diecisiete semanas de temporada regular ya tenemos con nosotros un año más la emoción de los playoffs. Por quinta campaña consecutiva los Seahawks forman parte de ellos. Cada vez que se han clasificado durante esta racha han ganado por los menos un encuentro. Por el contrario, su rival el sábado noche, Detroit, no sabe lo que es triunfar en un partido eliminatorio desde 1991. El factor experiencia puede resultar pues muy importante aunque ahora vamos a centrarnos estrictamente en lo que hemos visto este año sobre el campo y cómo puede desarrollarse el choque.

Cuando los Seahawks tienen el balón…

Las esperanzas de Seattle a este lado del balón se centran en su quarterback, Russell Wilson. Lejos quedan ya los tiempos en los que Marshawn Lynch aterrorizaba las defensas rivales. Ahora Seattle llega a estos playoffs con Thomas Rawls tocado y C.J. Prosise todavía no disponible tras fracturarse el omóplato hace unas semanas. De 2012 a 2015 los Seahawks nada más dejaron de alcanzar las 100 yardas por vía terrestre en nueve ocasiones. Sólo en 2016 esta circunstancia ha ocurrido diez veces.



La carrera de Seattle no debe ser pues un factor pero aun así no la van a abandonar. Tras una primera mitad de campaña lastrado por las lesiones, Wilson poco a poco ha ido ganando movilidad y seguro que llegando playoffs Pete Carroll y el coordinador ofensivo Darrell Bevell le soltarán un poco más en jugadas de zone read. Con eso, lo que pueda hacer Rawls y también el otro novato, Alex Collins, Seattle intentará correr lo suficiente para al menos poder usar el play-action. Destacar la figura de Collins, que este final de año ha perdido peso, se le ve más fresco en su juego pero a la vez manteniendo ese elemento de potencia que adolecen sus compañeros. El domingo pasado en San Francisco jugó su mejor partido y quizás sea una de las sorpresas agradables de los playoffs. Mirad una acción clásica en el playbook de Seattle, la “split zone”. La línea de ataque bloquea en zona hacia un lado dejando al defensive end del lado contrario solo. De este defensive end se encarga el tight end que viene del lado opuesto para realizar un “kick-out block”. De recibir el balón el corredor puede a) continuar hacia fuera si todos los defensores son alcanzados por la línea; b) plantar los pies y correr por el medio; o c) hacer el “cutback” hacia el lado débil. En este caso, la opción buena y que toma Collins es la b.

Todo lo que saquen los Seahawks con la carrera el sábado será un plus porque el grueso de su “game plan” se debería centrar en el juego de pase de Wilson. Detroit es un equipo que predominantemente defiende en zona (C-2, C-3, C-4), así que podemos esperar muchos lanzamientos en las costuras de la cobertura con Doug Baldwin y Jimmy Graham, claramente los dos hombres más peligrosos vía aérea. Baldwin sabe sentarse muy bien en los huecos que quedan entre las zonas y Graham puede ganarse los balones simplemente usando su cuerpo. Ambos serán clave para que se produzca el triunfo de los locales.



Además, Wilson es un maestro de la improvisación y sus compañeros saben perfectamente cómo tienen que moverse cuando el quarterback sale del pocket. Fijaos en esta acción del domingo. Seattle utiliza play-action a partir de una “split zone” como la del vídeo anterior. Con su primera lectura cubierta y un pocket rompiéndose, Wilson decide ganar tiempo corriendo hacia su izquierda. En ese momento el wide receiver Jermaine Kearse rompe de inmediato su ruta original y la ajusta para acompañar el movimiento de su compañero. Wilson es de los mejores quarterbacks en lanzar en carrera y además como aquí hacia su izquierda, algo más difícil para un pasador diestro. Esta jugada que necesita tanta práctica es casi rutinaria para Seattle.



Detroit tendrá por tanto que cuidar mucho su pass-rush, sobre todo a la hora de no dejar rutas de escape para Wilson. En las últimas dos semanas han tenido problemas en ese sentido con otros dos jugadores móviles como Dak Prescott y Aaron Rodgers. La esperanza para los Lions es que la línea ofensiva de Seattle es problemática. A lo largo de todo el año no ha encontrado ese cinco ideal, véase por lesiones, véase por mal rendimiento de algunas piezas. Si los Lions quieren ganar este partido necesitan destruir el pocket y poner en dificultades a Wilson casi en cada down. Por eso creo que a este lado del balón el jugador más importante por Detroit es Ziggy Ansah. El defensive end fue tercero en la NFL con 14.5 sacks en 2015 pero este año tan solo ha producido dos. Al menos, esos dos sacks han venido en las tres últimas jornadas. Ansah parece que va dejando atrás todas sus molestias físicas y ganando esa chispa fundamental para el pass-rush. Mirad el domingo como irrumpió con potencia en el backfield de los Packers en combinación con sus compañeros. Detroit necesita muchas jugadas como ésa para superar a los Seahawks en su propio campo (y que Wilson no produzca la misma magia que Rodgers en este caso).

Cuando los Lions tienen el balón…

Al igual que ocurre con su oponente, los Lions necesitan que su quarterback juegue muy bien dado que es la pieza central de su esquema ofensivo. Detroit no puede correr con el balón. Zach Zenner es un jugador voluntarioso pero no alguien al que puedas confiar en darle la pelota 20 veces por partido. Básicamente la única acción con la que sacan yardas por vía terrestre es la “split zone” y ya hemos visto que está dentro del arsenal de Seattle. Su defensa está más que acostumbrada a entrenar contra esa carrera. Además, ninguna otra unidad ha permitido menos yardas por carrera en 2016 que los Seahawks con su promedio de 3,4. Es obvio pues que a este lado del balón todo queda en manos de Matthew Stafford.



El número 1 del draft de 2008 viene de completar una magnífica temporada, siendo providencial en prácticamente todas las victorias de su equipo. Los Lions han vivido en el alambre toda la campaña y la mayoría de las veces han resultado ganadores gracias a su quarterback. Stafford lleva tres semanas jugando con un guante especial en su mano derecha que le protege de una lesión en su dedo corazón. Esta lesión le afectó claramente el día que se la procuró (Semana 14 vs Chicago) pero desde entonces se le ha visto mucho mejor y no debería ser un problema el sábado. Stafford es capaz de enviar cualquier pase gracias a su extraordinario brazo y a su habilidad para lanzar desde plataformas y ángulos imposibles para otros quarterbacks. Observad este espectacular pase del domingo ante Green Bay. Los Packers defienden en “Quarters” (C-4) a partir de un “rush” de cinco hombres. El receptor del slot va a correr una ruta profunda para ocupar la atención del safety de ese lado y dejar al receptor exterior en un emparejamiento favorable 1x1 contra Quinton Rollins. T.J. Jones ejecuta una “out & up” después de ganar espacio para la ruta con un pequeño y planeado movimiento antes del snap. El pase de Stafford es magnífico entre cornerback y safety y una clara muestra de que su dedo no le va a impedir estar al 100% contra Seattle.

Pero Stafford hace tiempo que dejó de ser un quarterback especializado únicamente en envíos profundos. Su juego con el coordinador ofensivo Jim Bob Cooter ha evolucionado y ahora es capaz de repartir los balones de forma mucho más paciente y segura. Su porcentaje de intercepción este año ha sido un minúsculo 1,7%. De esta forma los Lions consiguen suplir en cierto modo su escasez de juego terrestre con pases cortos, fundamentalmente en screens a los corredores y al wide receiver Golden Tate, quien estará motivado por medirse a sus ex compañeros.



La baja de Earl Thomas tiene que ser aprovechada por Detroit si quiere salir vencedor del duelo. Su sustituto, Steven Terrell, está haciendo lo posible por no ser un factor negativo pero es indudable que el hueco dejado por Thomas es inmenso. Podemos esperar a los Lions programando conceptos de ruta para aislar a sus receptores en el exterior en vista del menor rango que tiene Terrell para llegar a ayudar a sus compañeros; o bien directamente realizar jugadas destinadas a atacarle directamente. Los Cardinals dejaron un buen ejemplo de esto en la Semana 16. A partir de una formación “Trips” con tres receptores a la derecha, Arizona corre “Double Posts”. Terrell salta al primero de los “post” y deja su zona profunda vacía para que J.J. Nelson anote un touchdown de 80 yardas tras batir en su emparejamiento personal al cornerback Jeremy Lane.



Seattle tiene que jugar un partido muy correcto en defensa para ayudar a Terrell, que en realidad tiene la imposible labor de hacer que la baja de Thomas no se note. Eso implica coberturas bien ejecutadas, no cometer fallos de comunicación como se han visto algunos este año y estar muy sólidos al placaje. Este último aspecto es básico cuando te mides a un conjunto que basa tanto su juego en las yardas tras la recepción. Los Seahawks son unos maestros en ese arte y raramente fallan placajes, lo que les vendrá bien ante los Lions. Otro punto a su favor es su formidable pass-rush contra una línea ofensiva de Detroit que puede presentarse el sábado sin dos de sus titulares. El lado derecho ya se mostró débil ante Green Bay, lo que seguro será puesto a prueba por las huestes de Carroll. En situaciones claras de pase Seattle alinea un frente de cuatro temible con tres defensive ends muy productivos, Michael Bennett, Cliff Avril y Frank Clark. A partir de ahí ejecutan muchos “stunts” y a veces también se combinan con el blitz interior de los linebackers (Bobby Wagner en especial). Es habitual ver a Bennett en posición de tres puntos en la línea (en el argot “joker”) o ejecutando “stunts” en los que se salta hasta tres gaps como en la acción del vídeo. Los Seahawks tienen mucha más variedad en su presión este año gracias al coordinador defensivo Kris Richard.

Aunque el final de campaña de ambos equipos no haya sido el deseado, estamos en playoffs. La intensidad del juego sube un par de escalones y la emoción y la presión se multiplican. Seguro que el duelo entre Detroit y Seattle nos deja muchos buenos momentos.