Lo mejor de la semana 15 de la NFL en una foto y una frase
Hay pocos placeres tan grandes como un carrusel de partidos jugados a la misma hora, con emoción en todos los frentes y humo en las calculadoras.
Mis jóvenes tardes de domingo transcurrieron en el pinar de Antequera, mientras apartaba procesionarias, buscaba trigueros, y escuchaba el carrusel. Con la quiniela en el bolsillo y el Pucela en la cabeza. El Betis y el Sporting nos ganaban mientras Leal amagaba, Bonhoff marcaba de falta y Juanito se quejaba. Mil partidos a la misma hora con el ascenso en juego y el título en la ruleta. Ansiedad y pasión y todo en la cabeza, como un maremagnum que excitaba mi imaginación, y la de todos, entre aullidos entremezclados. Ahí vi, en la radio, los mejores goles de mi vida. El fútbol decidió matar aquella emoción invencible, pero volví a encontrarla en otro mundo que también adora las tardes de domingo.
Seattle Seahawks 24 – Los Angeles Rams 3
Los Rams deberían firmar entrenador cuanto antes. ¡Pero ya! Cuanto más paseen a Goff por el emparrillado, demostrando sus vergüenzas, más les va a costar encontrar un entrenador dispuesto a comerse ese marrón. Y tampoco parece buena idea enseñarle a base de golpes, que lo de que la letra con sangre entra parece cosa del pasado, por mucho que Sherman piense que continúa vigente.
New York Jets 13 – Miami Dolphins 34
En un partido que comenzó con Bryce Petty y Matt Moore como quarterbacks titulares, se hizo realidad el viejo dicho de que ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’. Aunque ahora que lo pienso, Adam Gase seguramente esté aún en la categoría de bueno por conocer y le prefiero antes que a Todd Bowles con los ojos cerrados. Y ya que hablamos de malos, es apasionante ver cómo el Karma destruye semana tras semana la intención decidida de Bowles de prescindir de Fitzpatrick. Siempre acaba saltando al campo como una fatalidad inevitable.
Baltimore Ravens 27 – Philadelphia Eagles 26
Ha llegado el momento de que Joe Flacco ingrese sin tardanza en ese club de los ‘Lelis’ que tanto conocemos por estos lares. Solo él es capaz de emular al pequeño de los Manning poniendo cara de incomprensión absoluta al grito de “¿jal?”. Vale, es cierto, aún no se le escapa la saliva por la comisura, pero cuando le veo perder balones, y lanzar intercepciones en el momento más inoportuno, descubro la señal inconfundible de un maestro ‘Leli’ en la cima de su terrible poder: “¡Que la fuerza te acompañe!”
Buffalo Bills 33 – Cleveland Browns 13
Visto lo visto el domingo, y a pesar de la victoria, estoy seguro de que Doug Whaley, general manager de los Bills, soñó durante el partido que Griffin vestía de azul y Tyrod Taylor de marrón, y así se ahorraba una pasta. Aunque para ser sinceros, estoy más convencido todavía de que Sashi Brown, general manager de los Browns, soñó durante el partido que LeSean McCoy vestía de marrón e Isaiah Crowell de azul y así se ahorraba una ronda. ¡Qué dura es la vida! Al final, nadie está contento con lo que tiene.
Chicago Bears 27 – Green Bay Packers 30
Señoras y señores, ya da igual que hayan jugado bien, mal o regular, que Rodgers y Mccarthy se lleven mejor o peor, que Ted Thompson viva unas eternas vacaciones, que la secundaria no chufle o que en el backfield corra un receptor. Que ganen de milagro a los Bears o que un tal Barkley les haga más de350 yardas. Los Green Bay Packers ya están aquí, llevan cuatro victorias seguidas y dependen de sí mismos. Que como todos sabemos, el queso es indigesto y no es bueno atiborrarse a la hora de la cena. ¡¡¡Yaeeeeestanaqqquuiiiiiiiiiiiihhhhhhhiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!
Cincinnati Bengals 20 – Pittsburgh Steelers 24
Que te toque la lotería, te caiga un meteorito en la cabeza, o Chris Boswell meta seis field goals son hechos extraordinarios cuya probabilidad de suceder se aproxima al imposible. Pues mira tú por donde, a los Steelers les ocurrió uno de ellos el domingo. Bueno, vale, dos, que ganar en Cincinnati fue de gordo de lotería.
Houston Texans 21 – Jacksonville Jaguars 20
Él no lo recuerda, pero Bill O’Brien fue maldecido en otra vida por un ambiguo efebo, que le condenó a no encontrar en su vida el pasador de sus sueños. Y el entrenador lleva desde entonces de peregrinación contrita. De Fitzpatrick a Ryan Mallett y de Keenum a Bryan Hoyer. Yates, Weeden, Osweiler… y ahora Savage. Lo único bueno es que ya no tiene complejos y les manda a freír espárragos cuando sea y sin inmutarse. Lo que no tengo muy claro es de dónde va a sacar los más de 70 millones que ha costado la broma. Ah, y si yo fuera Tom Savage huiría despavorido. Estar inscrito en esa lista inefable no augura nada bueno.
Kansas City Chiefs 17 – Tennessee Titans 19
Estoy ansioso por leer la explicación físico-matemática con matices gravitatorios que animó a Mularkey a jugarse una conversión de dos con pase imposible de Mariota y tirabuzón. Fue tan absurdo que pensé que Gus Bradley se había teletransportado a Kansas para celebrar su esperada aniquilación. Pero para autodestrucción, la de unos Chiefs que fraguaron su leyenda en su proverbial capacidad para mover cadenas, y que últimamente se atragantan en el mismo campo abierto en el que una vez reinaron.
Minnesota Vikings 6 - Indianapolis Colts 34
Mientras todos pensábamos que Peterson sería un revulsivo en su vuelta, Luck tuvo muy claro que Harrison Smith sería un agujero mortal en su ausencia. Y al mismo tiempo que el running back se diluía con su equipo, el quarterback se daba un banquete aprovechando el boquete.
New York Giants 17 – Detroit Lions 6
Puede ser una consideración sin importancia, e incluso una corazonada equivocada, pero creo que Paul Jenkins va ganando protagonismo semana tras semana y que todo el ataque de los Giants crece con su presencia. Y quizá no sirva para nada, y no sea pócima suficiente, pero sospecho que si le dan la alternativa y el backfield de los Giants vuelve a la vida, el azul se va a poner de moda durante el próximo mes de enero… y lo mismo hasta en febrero, porque los de Nueva York ya no serán solo defensa y ‘golpes de lelo’. ¡¡¡Viva la morcilla de León!!!
Arizona Cardinals 41 – New Orleans Saints 48
Los Arizona Cardinals, en una decisión inteligente donde las haya, convirtieron el partido en un tiroteo. Brees contra Palmer. David Johnson contra Ingram. El whisky corriendo en el salón y las balas silbando. Y claro, ganaron los Saints, como en un deja vu, en el partido con más puntos de toda la temporada. La realidad es que no sirvió para mucho, pero el público se lo paso bomba.
Atlanta Falcons 41 – San Francisco 49ers 13
Sinceramente, y no lo digo enfadado, sino frustrado: para jugar así, mejor que no hubieran saltado.
Denver Broncos 3 – New England Patriots 16
‘The Band of Brothers’ ha vuelto. Y yo juraría que vi sobre el emparrillado a Brushi y Vrabel; Ty Law y Milloy; Tebucky Jones y Otis Smith. O al menos, los tipos a los que yo miraba, y que casi nadie conoce, se parecían mucho a ellos. Incluso vislumbré a uno que me sonaba más, y que se parecía a Brady jugando como hace años, remangado. Haciendo lo que hace falta para ganar un partido de football americano. Que en realidad es en lo que consiste esta historia y lo que mejor saben hacer esta panda de cabrones.
San Diego Chargers 16 – Oakland Raiders 19
¡Los Raiders están en playoffs! ¡Y en su última visita llegaron a la Super Bowl! Además, conquistaron San Diego sobre el césped y en la grada. Y mientras el público del sur de California demostraba que vive en azul, pero siente el negro y plata (otra razón de más para que Spanos les mande a freír puñetas), Derek Carr exhibía su dedo incorrupto para hacer realidad el milagro. Repetidlo conmigo: “los Raiders en playoffs”. A que se os ponen lo pelos de punta y un escalofrío os corre la venas. Es como entrar en una máquina del tiempo. Es volver a ser jóvenes. “Los Raiders en playoffs”. No puedo dejar de repetirlo. “Los Raiders en playoffs”.
Dallas Cowboys 26 – Tampa Bay Buccaneers 20
Sé que hoy todos contemplan a Prescott deslumbrados. 88,88888888888888888 de pases completados. Que si se miran de lado parecen una montaña de infinitos. Y tal vez lo sean. Pero a mí nadie me baja de que este ataque es diferente no con Precott y con Elliott, sino con Dez Bryant. Los días que el receptor se sale, todos ellos lo hacen. Los días en que no brilla, todo el ataque se atasca. No es un tema de focos ni de grandes jugadas. Simplemente es el tipo que abre el tapón para que salga al agua.
Washington Redskins 15 – Carolina Panthers 26
El puñetazo de Jordan Reed a Kurt Coleman pudo ser también el golpe de gracia para unos Redskins que hace ahora un mes alcanzaron su punto de máxima ebullición mientras atropellaban a Green Bay, pero que desde entonces no han sabido sobreponerse a la lesión de Jordan Reed, y han perdido el potente juego de carrera que parecieron encontrar con Kelley. Y lo que es peor, también han parecido perder las ganas de jugar al mismo tiempo que los Panthers han decidido morir matando.