Un año de la última victoria de Cleveland… con Manziel
Quizá haya llegado el momento de erigir una estatua de Johnny Football en la puerta del FirstEnergy Staduim, para conmemorar aquel 13 de diciembre mágico.
El 13 de diciembre de 2015 es ya un día mítico. Casi inolvidable. Y al ritmo que vamos, incluso puede merecer placa conmemorativa o estatua a la puerta del estadio. Como la de Jordan y eso.
Una estatua gigantesca de Johnny Manziel. El mito. El último quarterback que dirigió a los Browns hacia la victoria.
Sí, es verdad, cómo pasa el tiempo. Hace ya un año desde que los Browns ganaron su último partido. 365 días + 1 porque aunque la idea del artículo surgió el mismo martes 13, estábamos demasiado liados como para poderle dedicar un ratito al pobre equipo que domingo tras domingo se come un marrón.
Aquella victoria inolvidable llegó además sobre un equipo mítico ¡los San Francisco 49ers de Blaine Gabbert! lo que aumenta aún más el valor de la hazaña.
Después de tanto cambio de entrenador, moneyball e historias, quizá haya llegado el momento de pensar que éramos más felices cuando Manziel saltaba a jugar con resaca, y su coordinador ofensivo decía que los libros de jugadas y los planes de juego estában sobrevalorados, porque su quarterback consiguiera un touchdown mientras hacía lo que le daba la gana.
Estos Browns han pasado del caos más absoluto a la organización germánica y el resultado, al menos por ahora, son tres victorias menos y muchos disgustos más. Que vivir un año entero mirando al futuro puede ser un buen negocio para el nigromante de turno, pero en la NFL casi nadie tiene tanta paciencia.
Así que, qué queréis que os diga, visto lo visto después de un año en blanco, yo prefería las salidas de pata de banco de Johnny Football a las derrotas planificadas. Y solo hay que ver cómo estaba la grada hace 12 meses, abarrotada y entusiasmada con las locuras de Manziel, y cómo está ahora medio vacía, si no vacía entera, mientras los análisis sesudos aseguran que es un estado transitorio que cambiará con la gran planificación realizada a largo plazo. Aunque si lo pensamos fríamente, los Browns solo pueden mejorar porque no pueden estar peor, así que cualquiera puede triunfar y sacar pecho partiendo de ese panorama. Cualquier cosa es mejor que 12 meses de cero absoluto.
Y desde aquí, hemos querido tener un recuerdo entrañable, casi navideño, para todos esos aficionados de los Browns que vieron con ilusión el nacimiento de este proyecto ‘pionero’ y que, después de 13 partidos, se limitan a sentarse cada domingo a ver jugar a su equipo como quien contempla la carta de ajuste mientras le resbala la baba. Con sus rayitas y circulitos que servían para ajustar la ‘tele’, a ver si de una vez se ve como Dios manda.
Así que sugerimos que alguien levante en la puerta principal del FirstEnergy Stadium una estatua de Johnny Manziel. Pero una estatua con fuente. Que del culo le salga tónica con ginebra y de las orejas ron con cocacola. Que estéticamente quizá no sea preciosa pero sí servirá para ahogar las penas.
Y mientras empinan el codo, los aficionados siempre podrán decir: “Zí, zí, eze zí que zabía liazla. ¡A tu zaluz jonny!”