Atlanta también sabe ganar por paliza si no está Julio Jones
Un festival de grandes jugadas tanto ofensivas como defensivas convirtió el partido en un monólogo en el que los Rams fueron solo espectadores.
El Rams-Falcons duró exactamente cuatro segundos. El tiempo que tardaron los Falcons en anotar su primer touchdown, un pase de Ryan a Hardy de tres yardas, después de que Mike Thomas perdiera el balón en el retorno inicial. Los Angeles no es un equipo que consiga anotar con facilidad, y si las cosas ya estaban complicadas de partida, regalarle siete puntos al equipo más anotador de la NFL no parece la mejor idea.
Pero si las cosas se habían puesto mal, los Rams fueron capaces de complicarse más aún la vida con dos intercepciones de un Jared Goff que sigue sufriendo una más que complicada bienvenida a la NFL. El flamante número 1 del draft completó menos del 50% de sus pases en la primera mitad, sufrió una intercepción cuando estaba a16 yardasde la end zone rival, y otra en el segundo cuarto que Deion Jones retornó para touchdown. Entre medias, los Falcons ya se habían encargado de mover las cadenas para que Coleman anotara tras una serie en la que partieron desde su propia yarda 12 y se cruzaron el campo en un visto y no visto de 3 minutos.
Con tantos sobresaltos, los Rams se encontraron con 21 puntos en contra mediado el segundo cuarto, y si a ese equipo le cuesta remontar siete puntos, tres anotaciones son para ellos poco menos que ascender el Everest.
Lo curioso es que los Falcons que se encontraron los Rams en la primera mitad quizá fueran los menos inspirados en ataque de todo el año. Matt Ryan echó mucho de menos a Julio Jones, la solución perfecta para salir de los atascos, y ni Freeman ni Coleman encontraban la manera de derribar el muro del front seven de los Rams. El primero no consiguió ni una yarda de carrera antes del medio tiempo, y Coleman tuvo que conformarse con 15 en 5 intentos. Esos handicaps afectaron al ataque de Shanahan. No es normal que logre anotar solo en dos de ocho series, como les sucedió en los dos primeros cuartos, en los que además sumaron dos tres y fuera.
Tras la reanudación, Ryan salió decidido a poner remedio a la parálisis de su ataque, aunque solo fuera para encontrar soluciones de futuro, ya que el choque estaba decidido. Pese al resultado, la defensa de Los Angeles había demostrado que es poderosísima, y eso convertía el partido en el banco de pruebas perfecto para que Atlanta buscara nuevas soluciones ofensivas de cara a los previsibles playoffs.
Con esa mentalidad, en la primera serie ofensiva del tercer cuarto llegó un pase de 64 yardas de Ryan a Gabriel que significó el 0-28. En la segunda serie fue Coleman el que entró con el balón en la end zone (0-35) después de que su ataque moviera ya las cadenas con total comodidad tras recuperar un fumble de sus rivales en medio del campo. Los Rams iban diluyéndose poco a poco mientras Taylor Gabriel, Aldrick Robinson, Nick Williams o Justin Hardy aparecían de la nada para intentar hacer entre todos parte del trabajo con el que Julio Jones carga cada domingo.
Si la defensa de Los Angeles ya había sacado la bandera blanca, el ataque terminó por derrumbarse cuando Goff sufrió una pérdida de balón en un fumble que Beasley también convirtió en touchdown en un festival de grandes jugadas (0-42).
Todo el último cuarto sobraba. En realidad, ya habían sobrado el tercero y parte del segundo. Atlanta sacó a jugar a Matt Schaub como quarterback y Terron Ward como runningback pese a que en la serie anterior los Rams fueron capaces de abrir su marcador con una carrera de tres yardas de Todd Hurley (7-42). En esos últimos 15 minutos Jared Goff aún tuvo tiempo de anotar un touchdown de carrera (14-42) en lo que parecía más un amistoso de verano que una batalla de diciembre.
Los Rams acaban de renovar a Jeff Fisher, que no merece ese premio si analizamos cómo está siendo la segunda mitad de la temporada del equipo. Los Falcons, en otra guerra, parecen cada vez más asentados para intentar saltar la banca, y dar la sorpresa, en los duelos a muerte de enero.