5 claves para los partidos en Cleveland de las Series Mundiales
Con la eliminatoria 3-2 a favor de los Indians, os traemos algunas pistas para seguir con mayor atención el duelo entre los locales y los Cubs.
El formato serie en los deportes norteamericanos es una absoluta maravilla y buena prueba de todo ello están siendo estas Series Mundiales entre los Chicago Cubs y los Cleveland Indians, con cambios de narrativa, de tendencia que desafían la lógica… o que se ajustan a la propia naturaleza del béisbol, con equipos que tanto están en una nube como que vuelven de un golpe tremendo a la propia faz de la tierra.
Es por ello que es interesante hablar de una serie de aspectos muy a tener en cuenta sobre los dos encuentros que potencialmente se pueden disputar en el Progressive Field en una temporada que se nos va a acabar demasiado pronto.
La regla del DH y Kyle Schwarber
Como poseedor de la ventaja campo en las Series Mundiales, los Cleveland Indians ponen las reglas para los últimos dos encuentros. Esto supone que se acabaron las aventuras de Carlos Santana, el DH de los de Ohio, sobre el campo, que no le ha salido del todo mal a Terry Francona. De esta manera, la defensa de Santana no sería un motivo de preocupación y le deja hacer lo que se le da tan bien. En el bando contrario, los Cubs podrán contar con Kyle Schwarber que dejó la sensación en los dos primeros partidos (3 hits en siete turnos de bateo, mostrando paciencia y productividad) de poder levantarse de la cama y conectar contra los envíos de los pitchers de Cleveland. No deja de tener su ironía que el equipo que pueda ser más beneficiado por la presencia estabilizadora sea el de la Liga Nacional, que no juega con esa regla a lo largo de todo el año. Y viendo lo preciosas que están siendo esas pocas carreras, bien podría ser el factor desequilibrante, ahora que le han subido a la segunda plaza del turno.
La entrada de los bullpens
El día de descanso que también entendemos como jornada de viaje ha servido para que todos los relevistas puedan partir desde cero, incluso un Aroldis Chapman al que se le exprimió durante su épica actuación del quinto partido hasta los 42 lanzamientos. Se desconoce hasta dónde podría llegar y creo que no es sensato pensar que pueda llegar hasta ese punto para encargarse de los últimos ocho eliminados. El bullpen de los Cubs no ha ofrecido todas las garantías a Joe Maddon, que se la jugó con todas las de la ley con su temporada en el filo de la navaja. Incluso Jon Lester podría estar disponible para el sexto (y el séptimo) partido porque absolutamente TODO EL MUNDO LO ESTARÁ salvo el que lanzaría al día siguiente. Qué decir de los Indians, cuyo bullpen ha sido el factor desequilibrante de esta final y con Tomlin lanzando con tres días de descanso, no sería raro que viéramos a Miller o Shaw saliendo incluso antes de lo esperado, no sólo para proteger una ventaja mínima sino incluso una desventaja mínima con el plus de que Cleveland tendrá la última oportunidad de ganar en su último turno de bateo.
La presión
Los Chicago Cubs partían en esta final como el favorito casi universal para la prensa especializada y el desarrollo de las Series Mundiales no se ha ajustado a ese guión. Sin embargo, tras vencer en el vibrante quinto partido, el panorama se torna fascinante para ambos equipos de cara a ver quién va a notar más esa angustia. ¿Serán los Cubs que siguen sin margen alguno para el error? ¿O bien los Indians que verían la posibilidad de unos Cachorros que les igualan en la contienda? El duelo de lanzadores favorece a los visitantes con el gran Jake Arrieta, aunque Tomlin hizo una labor brillante en su anterior actuación y tampoco tendrá que estirarse mucho en el tiempo por la presencia de ese bullpen tan sobresaliente.
Lo imprevisible que es un séptimo partido
Un séptimo partido es una auténtica lotería y es lo que lo convierte en algo inigualable, con toda esa narrativa que se ha ido generando a lo largo del Clásico. Podemos encontrar ejemplos en los que la ventaja campo favorecen a los locales (St. Louis Cardinals en 2011) o para los visitantes (San Francisco Giants en 2014) de cara a esa cita tan señalada. Corey Kluber ha estado soberbio durante toda la postemporada, habiendo dominado en dos ocasiones a los Cachorros, pero será su segunda ocasión en la final con tres días de descanso y los de Illinois ya se habrán hecho una idea más clara de lo que les ofrece. Y tienen a Kyle Hendricks, que tampoco pasa por ser un pitcher del montón, sino alguien que ha liderado la Liga Nacional en ERA y quiere resarcirse de su anterior participación en el Clásico del otoño. Además, el interés por las Series Mundiales seguiría creciendo y nos depararía un colofón como se merece a una maravillosa temporada en las Grandes Ligas de béisbol.
El fin de una sequía
Sea como fuere, uno de los dos finalistas va a conseguir acabar con su mala racha, mientras que otro tendrá que atenerse a ese famoso mantra del ‘espera hasta el año que viene’. Si llegamos hasta ese punto, lo que hay que tener claro es que alguien tendrá muchos motivos para celebrar junto a la orilla del Lago Erie.