Lo mejor de la semana 7 de la NFL en una foto y una frase
Este año vivimos en una NFL imperfecta, y por eso mucho más emocionante. Y cuando nos aproximamos peligrosamente al ecuador, el abanico de aspirantes no para de crecer.
Después de siete jornadas no queda nadie perfecto. Ese equipo lleno de curvas que nos excita con cada paso mientras se contonea, y que año tras año termina apareciendo para enamorarnos, y que acabemos entregados a sus pies, esta vez se ha ido de vacaciones. El que no tiene una secundaria de chiste, tiene un backfield sin pegada. Y al que no, se le ha caído la línea ofensiva, o se le ha lesionado su quarterback, o solo ve a los siete magníficos en el vídeo de su casa. Pero ya sabéis que la belleza está en el interior, y antes o después nos volveremos locos con alguno. Paciencia.
Green Bay Packers 26 –Chicago Bears 10
Por algún conjuro nigromántico que se nos escapa a los simples mortales, Hoyer se convirtió en chamán en el momento en que se rompió el brazo, y empezó a generar a chorro energía positiva. Es lo único que explica que a partir de ese instante Aaron Rodgers empezara a jugar como el sabe y, sobre todo, que Jay Cutler se haya recuperado milagrosamente de su lesión.
Los Angeles Rams 10 –New York Giants 17
Ya sé que a nadie le importa, pero la última vez que los Giants ganaron el Londres, terminaron ganando también la Super Bowl. Ya sé que a nadie le importa, pero Twickenham me encantó como estadio de la NFL. Y esto último no sé si a alguien le importa, pero me parece imposible que Keenum sea mejor que Goff, aunque si el número 1 del draft no salta ya al campo después de lo del domingo, comenzaré a sospechar que han descubierto que es primo hermano de Gabbert.
Cincinnati Bengals 31 – Cleveland Browns 17
Un jugador del equipo naranja lanzó un pase en el último segundo a la zona de anotación del equipo naranja. Un grupo de jugadores naranjas intentó que el pase se fuera al suelo pero apareció otro jugador de naranja que lo agarró en un Hail Mary increíble que subió al marcador del conjunto naranja ¿Qué equipo ganó el partido? Sí, efectivamente, el naranja.
Detroit Lions 20 – Washington Redskins 17
Pese a que sé que muchos dudan la veracidad de esta información, prometo que el domingo no vi ni un minuto del partido de los Redskins. De hecho lo disfruté después en diferido. Pero mis limitadas ondas mentales no tienen efecto en sucesos pasados, os lo aseguro. Y tampoco tiene culpa Forsett, que parece ser más útil en Detroit que en Baltimore. Incluso os diría que la defensa de los Lions tampoco tiene la culpa, porque entre tanto lesionado se limitó a ver el partido desde primera fila. ¿Entonces, cómo es posible que ganaran los Lions? Quizá por la buena actuación de Stafford, siempre oportuno, pero yo me inclinaría más por los errores de Matt Jones, siempre inoportuno.
Jacksonville Jaguars 16 – Oakland Raiders 33
Sinceramente, yo no iría ahora a ver un partido al estadio de los Jaguars salvo que Shahid Khan me invitara a su piscina, pero me dedicaría a beber chupitos a remojo sin mirar ni una vez el partido. Aunque ahora que lo pienso, no le quitaría ojo cuando los Jaguars estén atacando, no sea que un pase de Bortles termine dándome en la cabeza. De hecho, sería más probable eso que el que termine en manos de uno de sus receptores.
Kansas City Chiefs 27 –New Orleans Saints 21
Lo que os voy a contar no es de hoy, pero al final puede marcar una carrera que debería no solo ser impecable, sino que, estoy seguro, terminará en el Hall of Fame. Si nos dicen que hubo un partido que lo perdió el equipo de un quarterback que completó el 77 por ciento de sus pases, con 367 yardas, tres touchdowns y solo una intercepción, con un rating superior a cien, y nos piden que adivinemos su nombre, todos nombraremos sin dudarlo a Drew Brees, y acertaremos. Le lleva pasando años, pero lo de 2016 comienza a ser homérico. De hecho, ya firmó con derrota una actuación aún mejor con más de 400 yardas, cuatro touchdowns y sin intercepciones en la jornada uno.
Miami Dolphins 28 – Buffalo Bills 25
¡¡¡BANZAI, Jay Ajayi!!! Los Dolphins volvieron a hacerlo. Se subieron a su Zero y lo estrellaron en las pelotas de Sexy Rexy que gimió de dolor como un Tyrannosaurus. ¿Quién le iba a decir a él que se iba a bajar de la ola ganadora en Florida, contra un corredor que ha hecho su segundo partido consecutivo de más de 200 yardas, cuando nunca en su carrera profesional había hecho un partido de más de 100? Aunque visto lo visto, ya parece más que claro que estos Bills valen poco más o menos lo que vale LeSean Mccoy… que jugó lesionado.
New York Jets 24 – Baltimore Ravens 16
El despido de Trestman ha traído consecuencias drásticas e inmediatas. Los Ravens, un equipo excesivamente pasador durante la etapa de su anterior ofensivo, hasta el punto que John Harbaugh estaba hasta el gorro, han dado un volantazo radical para hacer un partido en el que Flacco lanzó solamente 44 pases y su backfield trabajó a destajo con 12 carreras. Pero tranquilos, ya han llamado a Trestman por teléfono para despedirle otra vez, por sinvergüenza. El que no sale ni con aguarrás es Fitzpatrick. Es como MacArthur, siempre vuelve. Igual que Geno Smith, que siempre vuelve... a lesionarse.
Philadelphia Eagles 21 –Minnesota Vikings 10
Estoy seguro de que Sam Bradford, en un domingo entrañable lleno de recuerdos, se acordó de los padres de Matt Kalil por lesionarse, de los de Jake Long por no lesionarse, de los de Peterson porque se lesionó y de los del lesionado Bridgewater,… que es el culpable último de que casi se lesionara. Incluso sospecho que se acordó de los de Spielman y Roseman, que impidieron que él se quedara tranquilamente en Philadelphia, lesionándose sin tantos sobresaltos.
Tennessee Titans 26 –Indianapolis Colts 34
En una época oscura en la que los kickers sacan el balón por la banda como si volara libre, que estrellan la pelota en la punta del pico de la cima del palo amarillo, pero no saben enchufarla entre los palos, en que un kicker es elegido en segunda ronda del draft y se queda mirando extrañado, como si alguien hubiera cambiado la portería de sitio mientras el balón volaba, da gusto ver que aún hay un tipo de otra época analógica, e incluso prehistórica, que es capaz de enchufar 43 field goals seguidos sin fallo, para superar un récord histórico sin inmutarse, y con la cara de quien no ha hecho nada especial, sino simplemente su trabajo… como Dios manda.
Atlanta Falcons 30 – San Diego Chargers 33
Los Chargers le han dado la vuelta a la tortilla. Ahora no son ellos los que hacen lo imposible para perder los partidos. Le han traspasado la maldición a los Falcons, o más bien a Dan Quinn. El entrenador de Atlanta, en un ataque de locura que esperemos que sea transitoria, se jugó un cuarto down en la prórroga en su propia yarda 45. Ante algo así ni siquiera los Chargers son capaces de perder un partido. ¡¡¡Artista!!!
San Francisco 49ers 17 – Tampa Bay Buccaneers 34
A falta de algún otro aliciente que le diera interés al partido, pese a que los Niners se adelantaron 14-0 en un espejismo que no se creyó nadie, mi mayor preocupación fue seguir con atención si Kaepernick sería capaz de alcanzar la mágica cifra del 50% de pases completados. Hay que decir que rozó la hazaña, y que se quedó en un meritorio 47,1% que quizá le abra un poquito más la puerta del Hall of Fame. Aunque para salón de la fama, la camiseta de las Panteras Negras que lució en la sala de prensa tras el partido. ¡Viva el circo de Santa Clara!
Pittsburgh Steelers 16 –New England Patriots 27
Solo hicieron falta tres carreras seguidas de Blount, que sumó 75 yardas en esas tres acciones, para que la defensa de los Steelers fuera más precavida con los blitzs, Brady tuviera más tiempo, y los Patriots siguieran su camino triunfal ante unos Steelers que solo mantuvieron el tipo hasta que Antonio Brown dejó el partido lesionado.
Arizona Cardinals 6 – Seattle Seahawks 6
Podemos debatir largo y tendido sobre las exquisiteces de un duelo en la cumbre, de ‘Sunday Night’, que terminó empatado tres tres el cuarto cuarto, y seis seis quince minutos más tarde. Sospecho que si hubieran jugado tres horas más habrían terminado nueve nueve, Catanzaro y Haushcka se habrían ido después de copas, y habrían terminado en casa tomándose una ducha fría. Que cuando no la metes no la metes, y no hay que darle más vueltas. ¡¡¡Maldita pastillita azul!!!
Denver Broncos 27 – Houston Texans 7
Al pobre Osweiler le pudo la presión que empezó con las declaraciones de Talib y terminó con todo el estadio riéndose de él después de cada pase incompleto. Aunque, pensándolo bien, quizá no le pudiera la presión y simplemente sea bastante malo.