La dificultad de elegir bien tu futuro
La clasificación de los Cleveland Indians para las Series Mundiales ha sido todo un bombazo para muchos que no creían en este equipo y especialmente para un jugador en particular
Fuera de la propia competición en sí, nada hay más apasionante para los seguidores del béisbol que los periodos de traspasos. En menos de quince días finalizarán las Series Mundiales y tras el consabido resacón, sobre todo para los aficionados del equipo ganador, llegará el momento de la agencia libre, los nuevos fichajes y todo tipo de movimientos de múltiples jugadores. Detroit Tigers ya ha anunciado, por ejemplo, que va a aprovechar este invierno para intentar aligerar económicamente una plantilla que está lastrando las posibilidades de regeneración de un equipo acostumbrado a luchar por entrar en los playoff en busca de un título que se les resiste desde 1984 y que este año ha vuelto a quedarse fuera del grupo de elegidos.
Pero sin duda hay un momento muy especial durante la temporada, que es la ventana de traspasos que se suele cerrar el último día del mes de julio, aunque este año fue el 1 de agosto por caprichos del calendario. Durante esos días, principalmente durante las últimas 48 horas antes de que esa ventana se cierre, los movimientos de jugadores son intensos, en un mercado que, además, deja claro qué equipos van a luchar por el título y cuáles dan ya la temporada por perdida y empiezan a planificar la siguiente. Es muy habitual ver a una franquicia vender a una de sus estrellas a cambio de jóvenes promesas con las que apuntalar el futuro del equipo.
Todo esto, que sin duda muchos ya conocéis de sobra, viene a cuento de la clasificación de Cleveland para disputar las Series Mundiales. Los Indians fueron uno de los equipos más activos en esa ventana de traspasos del mes de julio, consiguiendo entre otros al relevista Andrew Miller, que procedente de los New York Yankees ha acabado siendo una de las piezas esenciales del conjunto de Ohio, tanto que fue nombrado el mejor jugador de la serie de campeonato frente a Toronto. Sin duda un gran acierto por parte de la gerencia de la franquicia que entendió cuál era una de las posiciones que necesitaban apuntalar para construir un equipo campeón.
Sin embargo no siempre las cosas salen como uno quiere, aunque en este caso me voy a referir más al jugador que a los directivos. En julio de este año Milwaukee Brewers, un equipo en plena reconstrucción, decidió traspasar a su receptor estrella Jonathan Lucroy a Cleveland a cambio de cuatro jugadores jóvenes. Cuando el acuerdo estaba prácticamente cerrado por parte de ambas gerencias, el jugador hizo valer una cláusula de su contrato por la que podía vetar su traspaso a una serie de equipos entre los que estaban los de Ohio, algo que, por supuesto, no sentó nada bien a sus aficionados. Milwaukee se movió rápido y, decididos como estaban a regenerar su plantilla, llegaron a un acuerdo al día siguiente con los Texas Rangers para enviar al cátcher y al relevista Jeremy Jeffress a Dallas a cambio de tres jugadores noveles. Lucroy aceptó este traspaso, básicamente porque sobre los Rangers no tenía opción de veto, y cambió de destino.
A priori este movimiento parecía más beneficioso para el cátcher. Texas era uno de los equipos favoritos a jugar en postemporada mientras que todo el mundo esperaba que Cleveland acabara cediendo ante Detroit y, sobre todo, ante Kansas City que parecían remontar el vuelo después de un mal inicio de competición. Es más, los texanos parecían el equipo que mejor se había movido en ese mes de julio y nadie dudaba de que eran un claro candidato a playoffs, como así sucedió al final.
El resto de la historia ya la conocemos todos. Los Indians han llegado al final de temporada enchufadísimos, mientras que los Rangers se vieron superados con claridad por Toronto en las Series de División. Lucroy se quedó fuera de la final de la Liga Americana mientras veía como su posible equipo, ese al que vetó su traspaso en el mes de julio, no sólo avanzaba ronda sino que, además, se proclamaba campeón de la Liga. Y ya veremos si de la MLB también.
¿Quiere esto decir que Lucroy se equivocó? Viendo los resultados está claro que sí, pero visto en perspectiva creo que nadie hubiera sido capaz de afirmarlo. Lo que es evidente es que el béisbol es un deporte tan igualado y con una temporada tan larga y exigente que tomar la decisión correcta siempre va a ser muy complicado. Y la agencia libre que se iniciará en breve seguro que nos muestra más casos que descubriremos la próxima temporada.