Vestido de gala para ver debutar a los suyos, el Oracle Arena de Oakland disfrutó de lo lindo con la presentación de los subcampeones en casa. Y, para alegría de los seguidores de los Golden State Warriors, quienes mordieron el polvo fueron Los Angeles Clippers, tantas veces el enemigo número uno...

Sonrisas, asistencias, mates y triples. En definitiva, justo lo que los otros 28 equipos de la NBA no querían que llegara nunca. La victoria del miedo, del pánico. El momento en el que el Big Four, Stephen Curry, Klay Thompson, Kevin Durant y Draymond Green, se cobró su primera víctima. +45 puntos por encima reza el resultado final, pero pudo ser aún peor para unos Clippers que se dedicaron a perseguir sombras (36-89, +53, en el tercer cuarto...). 

Los números, como el marcador, asustan: 30 puntos de un Klay Thompson que ejerció de ejecutor en solo 21 minutos (10-14 en los tiros, 6-9 en triples), 14+5 de un Curry liberado (23 minutos, ocho tiros), 8+9+5 y un mate brutal para Draymond Green y, lo peor de todo (para los rivales, claro está), 21+7+7 en 24 minutos de un Kevin Durant inmenso.

Solo es el segundo partido de pretemporada y las conclusiones están prohibidas. Pero lo cierto es que ahora mismo no hay sonrisa que de más miedo en el mundo del baloncesto que la de los Golden State Warriors.