Los Buccaneers no remontaron tras el parón por tormenta
Tampa Bay terminó perdiendo un partido que tuvo que pararse por el riesgo de tormentas eléctricas en los alrededores del estadio de los Buccaneers.
A falta de dos minutos para concluir el Tampa Bay Buccaneers-Los Angeles Rams, nos quedamos sin fiesta. Debido a las tormentas eléctricas que se aproximaban al estadio en el que se estaba jugando el partido, éste quedó suspendido.
Una lástima. Un coitus interruptus en un momento de extrema tensión. Los Rams iban a afrontar, tras el two minute warning, un tercera y largo desde su propia yarda cinco que, con gran probabilidad acabaría dando un drive final para que los Bucs intentasen la remontada final. Una hora larga después se jugaron los 120 segundos que faltaban, y los Buccaneers desaprovecharon esa última ocasión para terminar ahogándose a cinco yardas de la victoria.
Hasta entonces, el encuentro había sido una locura. No especialmente buena, pero claramente emocionante.
Los Rams, crecidos tras su victoria sobre los Seahawks, demostraron que tienen un par de armas formidables: Todd Gurley y Tavon Austin. Pero, más aún, que tienen una defensa digna y amor propio. No son pocas cosas teniendo en cuenta como comenzaron el año de su vuelta a California.
Lo del amor propio explica que fueran capaces de anotar 21 puntos sin oposición. Se vieron 20-10 abajo en el marcador y llegaron a ponerse 20-31. Lo hicieron con dos touch downs de Todd Gurley. El chico es un corredor excepcional, pero se encuentra con cajas llenas a rebosar en cada snap. Esta misma semana ha declarado que le parecía estar corriendo contra doce hombres todo el rato. Es entendible esa sensación cuando uno ve como todas las defensas se le cierran.
Pero es contumaz y duro. Tanto como espectacular. Acabó, hasta el parón, con 85 yardas y los citados dos touch downs, a pesar de que los Bucs sólo tenían ojos para él.
Pero también apareció Austin, en una jugada espectacular, para elevar a 37 puntos el marcador de los Rams. El otro touch down del equipo fue el de la defensa y el amor propio; Robert Quinn cazó a Winston por detrás y, tras el fumble, Westbrooks lo retornó hasta la end zone.
Los Bucs estuvieron mucho más irregulares. La notable ausencia de Doug Martin les volvió unidimensionales. Winston buscó a Mike Evans. Y le encontró, como de costumbre. 10 recepciones, 139 yardas y un touch down.
Pero con eso sólo no se vive, así que el QB de Tampa Bay encontró un socio inesperado: Cameron Brate, que sumó dos touch downs.
Los Rams han demostrado que están vivos. Los Bucs, que están lejos de ser un equipo fiable. No son cosas que nos sorprendan, pero tampoco parecían muy claras hace tan sólo quince días.