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Chargers 38 - Jaguars 14

Los Chargers enamoran a San Diego a costa de los Jaguars

Philip Rivers y los suyos ganan un partido en el que dominaron de principio a fin y en el que mostraron que el equipo de Jacksonville vaga sin rumbo.

SAN DIEGO, CA - SEPTEMBER 18: Quarterback Philip Rivers #17 of the San Diego Chargers calls an audible at the line of scrimmage against the Jacksonville Jaguars during the first half of a game at Qualcomm Stadium on September 18, 2016 in San Diego, California.   Donald Miralle/Getty Images/AFP
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DONALD MIRALLEAFP

Si cada partido de los Chagers este año se considera un referendum en sí mismo, por aquello de convencer a la parroquia local para que apuesten por mantener el equipo en la ciudad, el resultado de esta noche no puede calificarse más que como un sí rotundo. En San Diego pueden estar orgullosos de este equipo, al menos por un día.

Porque la paliza que le han dado a los Jacksonville Jaguars fue mayor que el 38 a 14 que reflejó el marcador a la conclusión de los sesenta minutos.

Los Chargers dominaron de principio a fin. Es una novedad con respecto a lo que vimos la semana pasada. Al igual que en la semana uno se pusieron con más de veinte puntos de ventaja, en ese caso ante los Kansas City Chiefs, sobre el estadio sobrevoló la idea de que San Diego podría perder la abultada ventaja de 21 a 0 que obtuvieron al descanso. Nada más lejos de la realidad.

Tras la reanudación Philip Rivers tuvo dos pases de esos que definen partidos: 44 yardas a Tyrell Williams y 45 yardas a Travis Benjamin. Ambos para touch down. 35 a 0 y a otra cosa.

La clave de esta barbaridad estuvo, primero, en que San Diego es un equipo que, sorpresa, está bien pensado. Ya lo vimos contra los Chiefs, a pesar de la derrota, y lo hemos vuelto a ver hoy. La defensa funciona, con una línea defensiva muy dotada para la presión y un Melvin Ingram en el que se atisba peligro en cada snap. El ataque aéreo reposa en un Rivers que es un fenomenal QB, diga lo que diga el récord de victorias y derrotas de su equipo. Y el ataque terrestre funciona con un Melvin Gordon que ha despertado de la pesadilla que fue su año rookie. Todo con sensatez y criterio.

Y, segundo, que enfrente estaba justo lo contrario. Un montón de jugadores talentosos sin el más mínimo plan, criterio ni idea de qué hay que hacer. Llama la atención en ataque, pues la ausencia de personalidad hace que no se sepa que clase de Jaguars van a aparecer por el campo de drive en drive, y viven a ritmo de inspiración de Bortles que, por supuesto, lleva tanto a big plays como a pérdidas de balón o desastres poco naturales.

Pero aún peor es en defensa. Gus Bradley ha juntado a un montón de jóvenes que, sin duda, tienen talento, pero que no tienen ni idea de a qué están jugando. De tal manera de que si se les pone delante un ataque, probablemente con menos grandeza natural como el de los Chargers, pero estructurado, pues les pasa por encima.

Dos malas noticias en el partido: las lesiones de Danny Woodhead y de Kelvin Beachum, ambos sacados del campo en camilla y con malas sensaciones.

Los San Diego Chargers han hecho dos grandes partidos. O uno y medio. Los Chiefs les remontaron, pero ante los Jaguars demostraron que es un equipo que da gusto ver aunque no sean élite aparente en ningún sentido. Y los Jaguars, pues justo lo contrario, han hecho dos malos partidos y se llevan sendas derrotas más que merecidas, y que ponen este bonito proyecto de Gus Bradley en duda permanente por culpa, precisamente, de la indefinición estilística de su entrenador.