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SAN FRANCISCO GIANTS

Los Giants respiran aliviados tras el casi no-hitter de Moore

El zurdo de los californianos realizó un partido sensacional contra los Dodgers y detienen la sangría que continuaba desde el All-Star.

Madrid
Matt Moore es consolado por Buster Posey tras perder su no-hitter contra los Dodgers.
STEPHEN DUNNAFP

Comentaba Bruce Bochy antes del inicio del segundo partido de la serie que enfrentaba a sus San Francisco Giants y a Los Ángeles Dodgers que todavía era pronto para pulsar el botón del pánico, que todavía quedaba mucho por delante, pero que el equipo tenía que empezar a jugar mejor y a encadenar una buena racha.

No es descartable que ese primer paso haya sido el no-hitter que estuvo a punto de conseguir Matt Moore.

Con el club en una situación que empezaba a asemejarse mucho a una propia de la desesperación, con dos derrotas que llegaron de distinta manera, pero que fueron derrotas al final del día, los Giants ofrecieron una de sus mejores actuaciones cuanto mayor era la necesidad.

Matt Moore llegó procedente de los Tampa Bay Rays en un traspaso que mandó a Matt Duffy y un par de promesas de los californianos, y todavía andaba buscando su primer triunfo con ellos, acumulando un récord de 0-3 y una ERA de 4.70.

Nadie nos preparó para lo que estaba a punto de suceder y es que el zurdo Matt Moore, superviviente de la cirugía Tommy John y llamado a reforzar el cuerpo de lanzadores titulares de los Giants tras Bumgarner, Cueto y Samardzija, iba a realizar la mejor actuación de su vida.

Este tipo de situaciones pasan. Es posible que mientras te estás preparando para el partido, tu sesión en el bullpen sea espantosa y nada te salga bien, con unas sensaciones que no son nada positivas. Sin embargo, una vez que empieza el partido de verdad, todo encaja y los resultados llegan.

No obstante, grandísimos pitchers se han ido con las manos vacías y no han conseguido completar un encuentro sin conceder ni un solo hit, mientras que mediocres lanzadores han tenido la ‘fortuna’ de haber alcanzado la inmortalidad de esta manera.

Matt Moore aspiraba a hacer precisamente eso y se comportó como un verdadero titán, alcanzando una cifra que nunca antes había llegado, ya sea antes o después de la Tommy John, involucrando a su defensa y deshaciéndose una tras otra de los bateadores de los Dodgers, que tienen no pequeños problemas contra los lanzadores zurdos.

Y en el lanzamiento número 133 de la noche con dos eliminados en la novena entrada, Corey Seager depositó una pelota donde no había absolutamente nadie, acabando con la esperanza de unos Giants que buscaban su quinto no-hitter (los partidos perfectos como el de Matt Cain también cuentan como tal) en otros tantos años.

De esta manera, los Giants resoplan un poco y evitaban que los Dodgers se les fuesen más en la clasificación, con una desventaja actual de dos partidos y con seis todavía por disputar, tres en Los Ángeles y otros tres para terminar la temporada regular en San Francisco.

Si queremos entender las razones por las que los Giants han perdido 25 de sus últimos 37 partidos, hay que explorar las distintas facetas del juego que les han llevado a tener el mejor récord previo al parón por el All-Star (57-33) a ser el peor equipo de toda la competición, dilapidando una renta que era de ocho partidos la mañana del 27 de junio, justo un día después del último partido de la temporada hasta la fecha de Clayton Kershaw.

Y es que las dificultades afectan a todas las áreas, incluso a su mojo.

El equipo ha dejado de lucir en el cajón de bateadores o al menos tal como ocurrió en la primera mitad del año. Ese turno de bateo, construido para conseguir el contacto, pero no tanto para sacarla del campo, ni siquiera era capaz de brillar con corredores en posición de anotar y sólo los Mets (.208) y los Phillies (.204) tienen peor marca que los Giants (.220). Al mismo tiempo, esta incapacidad para producir carreras ha afectado al récord en encuentros decididos por una carrera, de los que los Giants han jugado más que nadie en su liga y con un balance positivo de 24-19, pero si miramos en la segunda mitad, la marca no es tan buena con ese 4-9.

Asimismo, la rotación no es la misma desde el All-Star o incluso desde el 1 de agosto y es que nadie se salva. La ERA de Bumgarner pasa del 1.91 al 3.54. La de Cueto, del 2.47 al 3.91. Samardzija, pasa del 3.96 al 4.31.

El bullpen tampoco es que esté para tirar cohetes. Los últimos once partidos han sido una fiesta para los rivales de los Giants, con 24 carreras en 31.2 entradas (6.82 ERA), con seis home runs permitidos durante ese período de tiempo.

Y luego nos queda lo del mojo… Cuando el equipo funcionaba en ataque, cosa rara aunque también pasaba, los pitchers cedían más. Cuando los lanzadores hacían su labor, como le pasó a Johnny Cueto y compañía en el Dodger Stadium, una carrera podía ser suficiente para acumular la enésima derrota desde el All-Star Break.

De todas formas, los Giants siguen en una posición que no es envidiable, pero que es razonable. Están cerca de unos Dodgers que atraviesan su mejor momento y la clave es aguantar ese tirón, porque quedan muchos encuentros por disputar. Asimismo, la ventaja en la lucha por la Wild Card es de 1.5 partidos sobre los Cardinals y tres sobre sus más inmediatos perseguidores que son los Marlins. Sea de una manera u otra, en casa o fuera, el peor resultado al que pueden aspirar razonablemente es jugársela a una carta y todos sabemos lo que significa eso.

Pero también es verdad que esa espiral descendente no puede ni debe continuar y los Giants quieren amarrar una plaza para los playoffs, porque también tenemos una ligera idea de lo que pasa recientemente cuando se trata de año par.