Mireia Belmonte, primera medalla española: bronce en 400 estilos
Con un parcial de 29.82 en el último 50, superó a Milley y estrenó el casillero español en Río. La húngara Hosszu se paseó y batió el récord mundial en la especialidad.
Donde no le llegaban las fuerzas, le llegó el corazón. Mireia Belmonte consiguió la primera medalla del equipo español en los Juegos de Río con una remontada épica y emocionante en los últimos 50 metros de unos 400 estilos históricos, por el récord estratosférico de la húngara Katinka Hosszu (4:26.36) y por la carrera de la española, que la encumbra en la natación española al conseguir su tercera medalla en unos Juegos Olímpicos. Como en los 800 libre de Londres, Mireia estuvo prácticamente toda la prueba fuera del podio, realizando parciales más bajos que los logrados al mediodía, pero apretó en los últimos 100, recortándole centésimas en cada brazada a la británica Hannah Milley. Mireia lo dio todo para que no se le escapara el bronce, y lo logró por 15 centésimas.
Si en las eliminatorias había bajado de 1:02 en la mariposa, en la final se quedó en 1:02.16. Tampoco mejoró la espalda (2:12.74) ni la braza (3:31.07) pero sí el estilo libre (4:32.39). Mireia supo sufrir, mantenerse a flote cuando parecía que se le escapa el podio, demostrando su fuerza mental. El oro quedó claro desde el primer subacuático. Hosszu salía dispuesta a dejar en el olvido el récord de la china Shiwen Ye en los Juegos de Londres, y lo hizo con creces. Ella disputaba otra carrera contra el tiempo y la historia. El resto de seres humanos se jugaban las otras dos medallas.
Inalcanzable para la badalonesa estuvo la estadounidense Maya Dirado, que logró ese 4:31.15 que te aseguraba el podio. Milley se afianzó en la tercera posición y Mireia no pudo adelantarla en la braza. La distancia parecía insalvable, pero la discípula de Fred Vergnoux hizo un último 50 en 29.82 mientras que la británica se quedó en 31.71. Le sacó dos segundos que significaron un bronce en la primera de las pruebas de Mireia. Bajar de 30 segundos cuando el esfuerzo de nadar 350 ha sido titánico demuestra el entrenamiento de Mireia, su fuerza y corazón por conseguir esa medalla. Nadie la quería más que ella. Y la logró el primer día de competición. Aún le quedan cuatro pruebas.