Río 2016 arranca con un impresionante carnaval de color
Al apostar por la fusión entre danza y coreografías minimalistas sobre un escenario visual mutante, la ceremonia celebró Brasil y su cultura de manera espectacular.
La espectacular ceremonia de inauguración de Río 2016 hizo olvidar, al menos por tres horas y media, los numerosos problemas que han sufrido los primeros Juegos celebrados en Sudamérica. En una celebración de Brasil y su cultura a través de la música, danza y coreografías minimalistas sobre un escenario visual mutante, la fiesta fue un acierto de comienzo a fin.
El protagonista de la fiesta fue la utilización del 'video mapping' (proyección de imágenes animadas) sobre el campo y las estructuras creadas para la gala, que representaban una pequeña favela en el estadio de Maracaná. El video mapping fue una solución por la necesidad del abaratamiento de la fiesta, sin las grandes estructuras y coreografías multitudinarias que se vieron en otros Juegos. Punto para la creatividad de los padres del guión, los cineastas Andrucha Waddington, Daniela Thomas y Fernando Meirelles, quienes produjeron una ceremonia inolvidable.
La gala empezó con un vídeo que sobrevolaba Río enseñando como el deporte es parte de la vida del carioca con la canción “Aquele Abraço”, de Gilberto Gil, que celebra la ciudad sede de los Juegos. Enseguida un mosaico humano sobre el video mapping celebró la belleza del arte brasileño, inspirada en los trabajos geométricos de Athos Bulcão, genio nacido en la ciudad. Seguidamente fue el izado de la bandera de Brasil, con el himno cantado por la leyenda de la samba carioca Paulinho da Viola.
Lo que siguió fue la parte más espectacular de la noche, el movimiento llamado “Inicio de la Vida”, donde lució el colorido escenario virtual y mutante con los bailes de danza moderna, especialidad de la coreógrafa Deborah Colker. De la floresta virgen y sus primeros habitantes, los indios, que hicieron una enorme representación de los tradicionales trenzados indígenas del Amazonas. La llegada de los portugueses, la esclavitud y la inmigración árabe y japonesa antecedieron el surgimiento de “La Metrópoli”, segmento que representó la construcción del Brasil contemporáneo. Una ciudad construida con predios en tres dimensiones, que fueron naciendo como el juego Tetris desde el suelo del estadio y subieron la estructura en cubos donde los atletas practicaban una mezcla de baile con parkour, desplazándose a través de saltos de un cubo a otro.
A partir de ahí comenzó la fiesta de la cultura brasileña, que navegó de la música popular representada por la canción “Construção”, de Chico Buarque, que cuenta la dificultad que pasan aquellos que emigran a las grandes metrópolis. "La Bossa Nova" de Tom Jobim abrió una enorme pasarela blanca en la que desfiló de un extremo al otro del Maracaná la supermodelo brasileña Giselle Bündchen con la canción "Garota de Ipanema" de fondo. Llegó la hora de la favela, con su animado funk, que hizo con que toda la grada se pusiera a bailar el “passinho” con la música de Ludmilla, Elza Soares y el hip hop mezclado con samba cantado por Marcelo D2 y Zeca Pagodinho.
Karol Conka y MC Soffia celebraron la fuerza de la mujer negra brasileña mientras un capoeirista mezclaba pasos de break dance y la lucha/baile nacional sólo en el centro del campo. Jorge Ben Jor cantó “País Tropical” y trajo el carnaval carioca al Maracaná, en una gran fiesta de colores vivos que una vez más levantaron la grada. Antes de la entrada de los atletas, un vídeo habló del problema ambiental del planeta y anunció que los atletas irían a plantar cada uno una semilla de un árbol en grandes cajas metálicas durante la ceremonia. Estas semillas formarán la “Floresta Olímpica” que será plantada en el Parque Radical de Deodoro, donde se disputarán las pruebas de montain bike.