Nate Díaz vence a McGregor en el UFC 196: Conor es humano
Nate Diaz venció al ídolo irlandés en un MGM Arena que alucinó con el mejor combate de los útimos tiempos. ¿Ahora quién llenará ahora el vacío dejado por esta derrota?Final NBA: Rockets vs Warriors
Tras la gran sorpresa del combate estrella femenino, Nate Diaz culminó la noche demostrando que la UFC es, además de un inmenso espectáculo, algo totalmente impredecible.
El de Stockton no sólo duró más de la primera ronda en la que McGregor había dicho que iba a caer, pero venció al irlandés de forma contundente.
Diaz había sufrido en la primera ronda, teniendo que luchar gran parte del combate con varias brechas y la cara totalmente ensangrentada. Sin embargo, en el segundo asalto gozó de su superior envergadura (8 centímetros más que McGregor), su historial de boxeador (aguantando los golpes) y jiu jitsu para poner fin al historial perfecto del irlandés en la UFC. Los puñetazos de Diaz se clavaban en su rival como cuchillos y, tras enlazar varios, McGregor empezó a perder toda estabilidad, abriendo camino a un duelo en el suelo en el que nunca tuvo nada que hacer.
El público de 14.879 personas no podía creer lo que estaba viendo. ¡Dos sumisiones sorpresa en los dos combates estrella de la noche! Incluso dice que hubo récord de decibelios en la arena...
Tras el combate, en cambio, hubo ambiente de luto entre los empleados de la competición de lucha. El mismo Dana White, presidente de la asociación, salió con un entusiasmo más que forzado para hablar de las cifras récord que había dado el combate. Sin embargo, la derrota de McGregor deja un enorme vacío en la UFC.
El irlandés no pierde su cinturón con esta derrota, en el que el ego era el premio, pero sí la figura superhumana que le hacía único en el planeta. La UFC contaba con muchas más victorias y, por supuesto, ingresos récord a la par. Pero esta caída en desgracía crea muchas dudas en torno al futuro inmediato de la competición.
Aparte, con la derrota (también inesperada) de Holly Holm frente a Miesha Tate, la competición llora lo descafeinado que resultaría ahora una revancha Holm-Rousey. Una lucha que podría haber seguido rompiendo récords de ingresos y audiencia.