Presidente de Cuba arremete contra Miami por Clásico Mundial
El presidente de Cuba volvió a arremeter contra las autoridades de Miami y sentenció que Estados Unidos solamente buscaba destruir a la revolución cubana en el Clásico Mundial.
Los carteles y gritos de “Patria y Vida” invadieron a la ciudad de Miami durante el duelo de semifinales en el que Cuba terminó con su sueño del Clásico Mundial de Béisbol al ser vapuleado por Estados Unidos. Estas imágenes de rebelión fueron vistas por el gobierno desde la isla, quienes no dudaron en responsabilizar a las autoridades de Miami.
Presente en la XVIII Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo, el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, volvió a tocar el tema de lo ocurrido durante el mundial de béisbol y afirmó que “Estados Unidos se empeña en desestabilizar a nuestro país y destruir la revolución cubana. Una de las pruebas fue aquel evento deportivo (Clásico Mundial)”.
“Si faltaba una prueba de hasta dónde ha escalado el odio como política para destruir a la revolución cubana, el mundo pudo verlo desatarse sin frenos en un escenario tan noble y amistoso como debe ser un terreno deportivo”, expresó el gobernante.
Díaz Canel acusó a las autoridades de Miami de permitir tales actos y sentenció que “fue un espectáculo vergonzoso”, además de sentenciar que “solo por representar a Cuba y porque se jugaba en un estadio de esa ciudad, nuestros peloteros y algunos de sus familiares fueron acosados y hostilizados”.
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Un Clásico politizado
Después de que Cuba venció a Australia en los Cuartos de Final del Clásico Mundial de Béisbol, duelo celebrado en la ciudad de Tokio, el Team ‘Asere’ viajó a la ciudad de Miami para medirse a Estados Unidos en las semifinales, donde brillaron aquellos que reclamaron la liberación de los miles de presos políticos. Ante ello, Díaz Canel respondió.
“La vulgaridad, la indecencia y el odio son usados para politizar un genuino encuentro deportivo. Ya el Team Asere ganó, ya Cuba venció”, afirmó en su cuenta de Twitter.
El día del partido tres jóvenes de la isla se lanzaron al terreno de pelota con banderas para reclamar la libertad de los más de 1000 presos políticos en la isla, sin embargo, el gobierno cubano no reconoció el reclamo de los activistas cubanos.