¿Qué es la Tregua de Navidad, el partido de fútbol en la Primera Guerra Mundial?
Soldados alemanes y británicos cesaron en la batalla que se estaba llevando a cabo en territorio belga para disponerse a disfrutar de la Nochebuena y jugar un partido de futbol.
En los inicios de la Primera Guerra Mundial, se vivió uno de los momentos más importantes en la historia debido a la unión que puede existir entre los seres humanos, quienes más allá de estar involucrados en un conflicto bélico, se tomaron el tiempo de disfrutar la época decembrina, poner un alto al fuego para celebrar y convivir con sus iguales en la denominada Tregua de Navidad.
Se trató de el cese a la batalla en territorio belga, cuando soldados de los bandos alemanes y británicos se dispusieron a dejar de lado las armas para salir de las trincheras, cantar villancicos, saludarse y fumar un cigarro, para intercambiar comida y regalos que les habían hecho llegar desde sus hogares y posteriormente jugar un partido de fútbol.
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Una investigación de ‘National Geographic’, indica que todo comenzó cuando en la víspera de la Navidad del 24 de diciembre de 1914, el bando de Alemania comenzó a decorar sus trincheras y cantaron “Stille Nacht” (Noche de Paz), acto al que respondieron los británicos cantando sus villancicos en inglés, según palabras del historiador estadounidense Stanley Weintraub en su libro ‘Silent Night’.
Además de esto, Weintraub describe que todo ‘surgió entre la tropa’ aunque existían decretos que le impedían a los soldados tener un comportamiento fraternal con sus contrincantes. Asimismo, agrega que algunas de los tratos a los que llegaron fueron el de ‘Tú no disparar, nosotros no disparar’. La tregua comenzó y continuó el día de Navidad, en donde todos ayudaron para enterrar a sus muertos y guardar respeto.
La guerra tuvo que continuar
A pesar de haber tenido un momento para conocer a la persona de enfrente, la guerra tuvo que seguir gracias a que los superiores de cada uno de los bandos ordenaron esto y los soldados fueron amenazados con ser castigados en caso de oponerse a la indicación.
El mismo Weintraub destaca que ‘nadie quería seguir con la guerra’ y finalmente, en las cartas y diarios, los combatientes dejaban en claro cuánto les llamaba la atención esta situación en la que convivieron por unos días, pero después tuvieron que volver a pelear: “Qué maravilloso y qué extraño al mismo tiempo”.