Pocos quarterbacks han sido tan infravalorados en los últimos tiempos como un Sam Bradford que por primera vez en su carrera lo tiene casi todo de cara.
Los Seahawks fueron peores que los Packers en el global del partido, pero la pérdida de su cornerback marcó el duelo y también podría tener implicaciones en enero.
Los Titans abandonaron su temible carrera en la derrota ante los Raiders y los Texans confirmaron que un año más siguen sin tener quarterback.
El comisionado de la NFL, Roger Goodell, podrá seguir en su trono el tiempo que quiera mientras consiga que el espectáculo de la NFL no decaiga.
Hasta ahora nunca tantos equipos habían dado la temporada por perdida con plantillas muy poco competitivas y, en algún caso, indignas de una liga como la NFL.
Un tridente estupendo de receptores y un front seven reconstruido convertían a los Dolphins en gallito de la Americana hasta que Ryan Tannehill se lesionó para todo el año.
Los Eagles han reconstruido con un buen draft, pero también fichando un puñado de jugadores veteranos que ocuparán posiciones clave cuando quizá ya estén de vuelta.
Parece que la prioridad de Los Angeles Rams, y su única misión para 2017 es examinar a Jared Goff para valorar si puede ser un quarterback de futuro. Todo lo demás es secundario.
Otro cambio de entrenador y de general manager para iniciar un enésimo proyecto de reconstrucción con muchas jóvenes promesas... y el mismo ¿quarterback?
El cambio de general manager ha hecho que la franquicia apriete el acelerador de una reconstrucción que, salvo sorpresa, necesitará otro año para ser efectiva.
Los Patriots han fichado estrellas en la agencia libre para formar un equipo aún más temible que el que ganó la Super Bowl y que quiere exprimir al Brady hasta la última gota.
Los Jets han trabajado a fondo para reinventar su secundaria, pero han dejado en ruinas el resto del equipo en busca del número 1 del draft sin complejos para reconstruirse en 2018.
Los Lions necesitan mantener la disciplina, al mejor Stafford, al mejor Abdullah y al mejor Ziggy Ansah si pretenden ser por fin competitivos en el momento de la verdad.
Con un nuevo staff y muchas dudas en el puesto de quarterback, los Broncos reiniciarán un nuevo proyecto en el que ya tienen bastante trabajo adelantado.
Kyle Shanahan ha conseguido que los ataques a su cargo hayan jugado por encima de sus posibilidades, pero en San Francisco se enfrenta a un reto más difícil todavía.
El año pasado fueron víctimas de una sucesión interminable de errores puntuales y este año parece que la plantilla ha perdido profundidad y ganado demasiada edad.
Pete Carroll parece estar apurando las últimas gotas de sangre de este proyecto deportivo antes de acometer una reconstrucción que no puede esperar mucho más.
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