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FC Barcelona

Un amargo desenlace

Se huele y se aprecia un miedo en el equipo, ya que no se atreven a patear al arco cuando Lionel Messi merodea en el campo de juego.

Estados UnidosActualizado a

El Barça no estaba jugando mal. Tampoco bien, es verdad, pero los primeros veinte minutos iban tocando y controlando el balón y el partido aunque no era notable, llegaba al suficiente.

Griezmann volvió a ser nada. La nada absoluta que rige el ocaso del enfado y la decepción durante noventa minutos de ostracismo buscado y encontrado sin ningún atisbo de querer regatear o chutar.

Messi falló la más clara y aunque Pedri lo intentó, hoy no tuvo el día.

Se huele y se aprecia un miedo en el equipo ya que no se atreven a chutar cuando Messi merodea en el campo.

Le pasa a Dembélé, por ejemplo. En otro equipo chutaría muchas veces más, en cambio aquí tiene varios obstáculos: el rival y la mirada de Messi.

Y luego está lo de Umtiti. Aquel campeón del mundo que reinó durante un año los terrenos de Europa hasta coronarse en Moscú.

Desde aquel día y después de las lesiones y luchar por un sueldazo, desapareció. De hecho, es mejor no estar, que representar la tristeza de una performance inaceptable para un jugador de su talla.

Y la gente se pregunta: ¿Pero qué no lo ve Koeman, que este jugador no está con nivel Barça? ¿Tan mal está Lenglet? ¿No hay nadie en el B que no tenga un nivel mínimo para suplir a este hombre que seguro que es una gran persona pero que se olvidó de jugar?

En honor a la verdad, el Barça de hoy me ha gustado mucho más que el que gana por 0-2 y juega fatal.

El fútbol y la diversión comienzan la semana que viene porque el PSG, parece ser sin Neymar, aterriza en Barcelona.

En un mes el Barça le puede meter cinco al Sevilla, pero solo si quiere.