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INAUGURACIÓN DE JOE BIDEN

Joe Biden ya es presidente: "La democracia prevaleció"

El 46° presidente de los Estados Unidos estrenó su investidura con un discurso conciliador y convocó a todos los ciudadanos del país a unirse contra "el odio y el extremismo".

Estados Unidos
Joe Biden ya es presidente: "La democracia prevaleció"
Patrick SemanskyAP

Joseph Robinette Biden (Pensilvania, 1942) ya es el 46° presidente de los Estados Unidos. Después de una caótica, tumultuosa y hasta violenta transferencia de poderes, proceso al que el ahora expresidente Donald Trump se resistió hasta hace un par de semanas, el exsenador por Delware, político de viejo cuño, juró el cargo en una ceremonia austera y sin multitudes celebrada en la escalinata del Capitolio, blindado hasta los dientes contra el COVID-19 y las amenazas de ‘terrorismo doméstico’. Biden inauguró su periodo con un mensaje de unidad nacional; llamó a “empezar de cero”, a terminar la “incivilizada guerra” entre ‘rojo’ y ‘azul’ (republicanos y demócratas) y dejar atrás las divisiones para superar, como un pueblo mismo, las adversidades que encara un país separado por una profunda brecha ideológica y política. Apeló a la ‘esperanza’, al ‘amor’ y a la ‘tolerancia’ como caminos para “sanar a la nación”, vaticinó que Estados Unidos retomará su rol de liderazgo ante el mundo y celebró que, a pesar de la insurrección del 6 de enero y de las maniobras de Trump para mantenerse en el Salón Oval, “la democracia prevaleció”.

Sigue en vivo el concierto de investidura de Joe Biden

“No celebramos el triunfo de un candidato, sino de una causa. La causa de la democracia. Hemos aprendido que la democracia es preciada, es frágil, y que a esta hora, amigos, ha prevalecido”, inició el exvicepresidente de la era Obama su primer discurso como mandatario. “Hay mucho por reparar, mucho por sanar, mucho por construir, mucho por ganar”. Los retos son numerosos, colosales, y el mismo Biden los enumeró: “Encaramos un ataque a nuestra democracia y a la verdad. El virus, la desigualdad creciente, el racismo sistémico, la crisis del cambio climático”. “Para superar estos retos, para recuperar el alma y la seguridad en el futuro de Estados Unidos, se requiere mucho más que palabras”, refrendó antes de citar a Abraham Lincoln: “Toda mi alma está en ello, en unir a nuestra gente, a nuestra nación. Pido a todo ciudadano de este país a que se una a esta causa. Luchar contra el enojo, el resentimiento, la furia, el extremismo, la impunidad, la violencia, la enfermedad, la falta de empleo y de esperanza”.

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Andrew HarnikAP

El tono central del alegato de Biden fue la conciliación, no solo política, sino social. Una convocatoria a rebajar las tensiones en los círculos íntimos, en la vida diaria. “Bajar la temperatura. Tratarnos con dignidad y respeto. Vernos como vecinos, no como adversarios”. Acompañado por la primera mujer en ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, y por tres de los cinco expresidentes con vida (Bill Clinton, George W. Bush, y Barack Obama), Biden enfatizó la importancia de tolerar las opiniones del otro y el derecho a disentir en una democracia: “La política no tiene que ser un fuego furioso, destruir todo a su paso. Cualquier desacuerdo no tiene que llevar a una guerra total. Tenemos que ser diferentes a esto. Tenemos que ser mejores que esto”. Al respecto, el demócrata prometió “trabajar tan duro” por quienes depositaron su confianza en él como por quienes consideran su elección ilegítima o fraudulenta. “Si están en desacuerdo conmigo, que así sea. Así es la democracia. Así es Estados Unidos (...) El no estar de acuerdo no tiene que llevar a la desunión. Esta es mi promesa: seré el presidente de todos los estadounidenses”, aseveró.

Biden apeló a su formación católica (el primer presidente en profesar tal fe desde John F. Kennedy) para intentar paliar las cicatrices del conflicto político-social que atraviesa la máxima potencia económica del planeta: "Debemos detener esta incivilizada guerra entre rojos y azules, rurales contra urbanos, conservadores contra liberales. Solo podremos hacerlo si abrimos nuestras almas en lugar de endurecer nuestros corazones", pronunció. Antes, Biden había condenado al extremismo político, al supremacismo blanco y al terrorismo doméstico, en clara alusión al asalto al Capitolio, perpetrado por partidarios del expresidente Trump: "Los confrontaremos y los derrotaremos".

Un momento de silencio por las víctimas de COVID-19

La pandemia del COVID-19 también ocupó líneas en el discurso de inauguración de Biden. “Necesitamos de toda nuestra fuerza para perseverar durante este invierno oscuro. Estamos entrando a la fase más dura y mortífera del virus. Debemos dejar afuera diferencias políticas y enfrentar esta pandemia como una nación”, refrendó antes de pedir un momento de silencio a todos los asistentes en memoria de las 400,000 vidas que se ha llevado el COVID-19 en la Unión Americana. “Madres, padres, maridos, esposas, hijos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo. Los honraremos al convertirnos en las personas y en la nación que debemos ser”, refirió como preludio al instante de ‘oración silenciosa’.

"El poder de nuestro ejemplo"

Biden también dedicó unas palabras al público fuera de las fronteras estadounidenses. Un recado de reconciliación tras la problemática política internacional del periodo Trump, marcado por el repliegue y/o retiro de Estados Unidos de organismos globales y convenios multinacionales, como la Organización Mundial de la Salud y el Acuerdo Climático de París. El 46° presidente anunció el regreso de la Unión Americana a la primera línea del escenario mundial: "Repararemos nuestras alianzas y nos reconectaremos con el mundo otra vez (...) Lideraremos no solo por el ejemplo de nuestro poder, sino por el poder de nuestro ejemplo. Seremos un fuerte aliado para la paz, el progreso y la seguridad".

“Defenderé a la constitución, defenderé a nuestra democracia y defenderé a Estados Unidos. Y lo daré todo por ustedes”, finalizó Biden, un discurso como agua después del furioso fuego.