Lo bueno, lo malo y lo feo de la semana 2 de la NFL
Los Falcons tuvieron otra épica debacle y eso ni siquiera fue lo peor del segundo domingo de temporada.
Los dos Aaron de Green Bay dejaron en claro que no necesitan ayuda de su gerencia para establecerse como la ofensiva más explosiva de la liga, Kirk Cousins sigue siendo una constante decepción, pero lo del domingo ya raya en lo alarmante y Sean McVay y los Rams comienzan a lucir como uno de los equipos más sólidos de la NFL. Pero ninguno de ellos obtuvo alguna de las designaciones de la semana.
Vamos con ellas.
Lo bueno
A lo largo de sus primeras ocho temporadas en la NFL, Russell Wilson tiene un título de Super Bowl, seis viajes al Pro Bowl y un total de cero votos a MVP. Increíble, ¿cierto? Bueno, pues la suerte podría estar cambiando en 2020 para el quarterback de los Seahawks.
Al menos en las primeras dos semanas de la campaña, Wilson ha lucido como el auténtico MVP de la temporada, y el domingo lo demostró con una soberbia actuación en contra de una de las defensivas de elite de la NFL.
Una semana después de completar 31 de 35 pases con cuatro envíos a la zona prometida, Wilson validó su condición de súper estrella con una actuación dominante ante los Patriots. El pasador completó 21 de 28 intentos, varios de ellos de forma intencional ante la presión, y tuvo cinco touchdowns. A cinco receptores distintos. Su única intercepción fue una espiral que le pasó entre las manos a Greg Olsen y que fue devuelta a las diagonales por Devin McCourty.
Wilson tuvo touchdowns de 4 yardas a Tyler Lockett, de 54 a DK Metcalf y quemando al Jugador Defensivo del Año Stephon Gilmore, una espectacular atrapada de 38 yardas de David Moore en la banda, una anotación de 21 yardas a Freddie Swain y una espiral de 18 yardas con Chris Carson. Para poner esa actuación en contexto, los Patriots permitieron touchdowns aéreos con wide receivers en apenas cuatro ocasiones en todo 2019, Wilson necesitó de tres cuartos para replicar la cifra.
Lo Malo
El coach Dan Quinn y los Atlanta Falcons deberían dictar un master class sobre colapsos. Pero existe una buena posibilidad de que eso también lo echen a perder.
Han pasado tres temporadas desde que la cifra 28-3 se quedó tatuada en la memoria de cualquier aficionado cuando los Falcons dejaron ir una ventaja de 25 puntos en el tercer cuarto para obsequiarle el título de Super Bowl a los Pats. Y puede que lo del domingo en Dallas haya sido todavía peor.
De acuerdo, no había tanto en juego, pero la debacle es comparable.
Los Falcons convirtieron tres fumbles de los Cowboys y una pérdida de downs en 20 puntotes en el primer cuarto. Todo marchaba de maravilla para un equipo, y una ciudad con un horrendo historial deportivo. Incluso, Atlanta llegó al medio tiempo con ventaja de 29-10 y parecía en absoluto control. Hasta que, simplemente, ya no.
Julio Jones, de entre todos, dejó caer un sencillo pase de touchdown en el tercer cuarto que habría significado un 35-17. Arriba 39-30 con 4:57 en el reloj y el balón, apenas se movieron 12 yardas y consumieron dos minutos y la defensiva de los Falcons concedió 76 yardas y un touchdown en apenas 1:08.
Pero la cereza en el pastel llegó con una patada corta en la que los equipos “especiales” trataron el balón como si estuviera contagiado de coronavirus, no quisieron saber nada del ovoide y Dallas simplemente lo quiso más. Obviamente, sus fantasmas sacaron lo peor de los Falcons.
Lo Feo
La segunda semana de la temporada parecía un campo de guerra. Las noticias parecían llegar cada minuto y ninguna de ellas era buena. Fue una jornada sangrienta y que, téngalo por seguro, será fundamental para marcar el rumbo de la temporada para muchos equipos.
Tan solo en un partido, los 49ers perdieron por lesión a Nick Bosa y Solomon Thomas con apenas dos jugadas de diferencia y posiblemente para toda la temporada. Además, San Francisco perdió a Jimmy Garopppolo de cuatro a seis semanas por una lesión en el tobillo y a Raheem Mostert por un par de semanas por dolencias en la rodilla. En ese mismo encuentro los Jets perdieron al wideout Breshad Perriman.
En Chicago, los Giants perdieron a su mejor jugador, Saquon Barkley, para toda la campaña por desgarre de ligamentos. En Pittsburgh, los Broncos perdieron al quarterback Drew Lock en el primer cuarto y por dos a seis semanas, mientras que el wide receiver Courtland Sutton se agravó las molestias en el hombro y la rodilla y podría ausentarse varias semanas.
Christian McCaffrey se perderá varias semanas con molestias en el tobillo con los Panthers. Los Colts perdieron al safety Malik Hooker por toda la campaña por el tendón de Aquiles, un pésimo augurio, y los Chargers se vieron obligados a iniciar con el pasador novato Justin Herbert luego de que Tyrod Taylor tuvo que ir al hospital por dolores en el pecho que surgieron justo después de la ceremonia del volado.
Los Packers esquivaron un balazo con la ausencia de Davante Adams, pero Will Fuller podría no correr la misma suerte con Houston.
Los reto a encontrar algo más feo esta semana.