Kyler Murray: Oasis en el desierto de Arizona

Contar con un quarterback titular y un head coach que no presumen de experiencia en la NFL no es la situación ideal para ninguna organización. Por fortuna para los Arizona Cardinals, la única dirección posible es hacia arriba después de un 2018 para el olvido.

Después de declarar fracasados los experimentos de Josh Rosen como pasador y Steve Wilks como entrenador en jefe luego de apenas un año y un paupérrimo récord de 3-13. Los Cardinals aprovecharon su primera selección global en el Draft para tomar al ganador del Heisman Kyler Murray como su próximo quarterback y contratar a Kliff Kingsbury como su nuevo head coach.

Y a pesar de la inexperiencia, solo pueden mejorar.

La mancuerna de Rosen y Wilks llevó a los Cardinals a ser el equipo con menos puntos, menos yardas totales, menos yardas aéreas y menos yardas terrestres de toda la liga el año pasado. Futilidad consagrada. Anotaron 14 puntos o menos en nueve de 16 juegos, malgastaron al versátil David Johnson y tal vez echaron por la borda el penúltimo año en la brillante carrera de Larry Fitzgerald.

El desafío a corto plazo de Murray y Kingsbury no parece muy difícil: superar lo hecho por la anémica ofensiva de Arizona la temporada pasada. A mediano plazo, la cosa es muy diferente. Murray debe demostrar que pese a su baja estatura y las dudas sobre si el éxito en Oklahoma se traducirá de igual forma en la NFL, es la respuesta a futuro en un equipo que históricamente ha batallado en la posición de quarterback.

Para ello, están obligados a involucrar mucho más a Johnson, quien ha demostrado ser un arma de doble filo por su capacidad terrestre y su versatilidad en el juego aéreo. Un sistema que pueda mantener a las defensivas en jaque con Murray y Johnson como amenazas desde el backfield, y conservar a su joven pasador en una pieza deben ser las prioridades de Kingsbury.

Atrapados en una división que cuenta con grandes defensivas como Seahawks, Rams y, en menor medida, 49ers, Arizona tendrá la necesidad de ser creativo para compensar la evidente falta de talento.

La defensiva de los Cards, por otro lado, debe mostrar siquiera un poco de progreso contra la carrera, después de admitir 154 yardas por partido, y demostrar que pude ser de ayuda a un perímetro que se ubica entre los mejores de la liga. Las llegadas de los veteranos Jordan Hicks y Terrell Suggs de ninguna manera entorpecen el objetivo.

Al tomar en cuenta el calendario y la división, es muy aventurado pronosticar un importante incremento en el número de triunfos de Arizona para 2019. Pero si la gerencia está comprometida en un proyecto a largo plazo, cualquier progreso será bienvenido.

Arizona Cardinals

División Oeste NFC

Récord en 2018: 3-13

Estadio: State Farm Stadium

Títulos de Super Bowl: Ninguno

Head coach: Kliff Kingsbury

Coordinador ofensivo: Kliff Kingsbury

Coordinador defensivo: Vance Joseph

Draft

1ra (1) QB — Kyler Murray (Oklahoma)

2da (33) CB — Byron Murphy (Washington)

2da (62) WR — Andy Isabella (Massachusetts)

3ra (65) DE — Zach Allen (Boston College)

4ta (103) WR — Hakeem Butler (Iowa State)

5ta (139) S — Deionte Thompson (Alabama)

6ta (174) WR — KeeSean Johnson (Fresno State)

6ta (179) C — Lamont Gaillard (Georgia)

7ma (248) T — Joshua Miles (Morgan State)

7ma (249) DE — Michael Dogbe (Temple)

7ma (254) TE — Caleb Wilson (UCLA)

Movimientos

Altas:

LB — Jordan Hicks

LB — Terrell Suggs

CB — Robert Alford

Bajas:

FS — Anthoine Bethea

G — Mike Iupati

DE — Markus Golden

Jugador a seguir

Después de abandonar a los Oakland Athletics poco después de ganar el Heisman y aumentar su valor en el draft de manera exponencial, Kyler Murray ahora tendrá que demostrar que tanto él como los Cardinals tomaron la decisión correcta. Para su fortuna, prácticamente cualquier cosa que haga será vista como progreso en un equipo que el año pasado fue último de la liga en prácticamente todas las categorías ofensivas. Ahora que si Murray empieza a lucir como lo que el coach Kliff Kingsbury cree que es, Arizona tendrá un próspero futuro. Pero hay que ir un paso a la vez.

LeyendAS

Aeneas Williams no tuvo el privilegio de jugar en buenos equipos. No fue por su culpa. El cornerback miembro del Salón de la Fama estableció su reputación como excelente defensivo hombre a hombre desde su primer año en la liga en 1991 con seis intercepciones. En total acumuló 55, 46 de ellas durante sus 10 años con los Cardinals. En esa década, Williams solo fue parte de un equipo con marca perdedora y en su único viaje a playoffs con Arizona interceptó tres pases en dos juegos. En sus últimas cuatro campañas jugó como safety con los Rams y acumuló otras tres intercepciones en cuatro juegos de playoffs. Nunca se calzó un anillo de campeonato, pero la chaqueta dorada llegó en 2014.