Los Red Sox llegan al plazo de canjes en una disyuntiva
La fecha límite para realizar cambios cierra a fin de mes y los campeones Red Sox están en una posición complicada.
El año pasado los Red Sox se abrieron camino hacia el título con una temporada dominante de principio a fin y un par de refuerzos a media campaña que al final resultaron determinantes como lo fueron Nathan Eovaldi y el MVP de la Serie Mundial, Steve Pearce.
Esta ha sido una campaña completamente distinta: Un arranque lento, incluso complaciente. Un rendimiento muy por debajo de lo esperado de dos de sus máximas figuras _ Chris Sale y Mookie Betts y una serie de lesiones.
El resultado: Un barco sin rumbo que navega en el mar de la mediocridad. El peor lugar en Grandes Ligas para perderse a dos semanas de la fecha límite para realizar canjes.
Boston está lo suficientemente lejos de la cima divisional como para convertirse en vendedor de talento en las últimas dos semanas de julio. Pero está lo suficientemente cerca en una atiborrada disputa por los comodines como para querer reforzarse. Posición más incómoda para el gerente Dave Dombrowski no hay.
Con récord de 53-44, los Red Sox están en tercer lugar del Este de la Liga Americana a 10 juegos de distancia de los líderes Yankees, pero a tan solo tres juegos de los Indians que actualmente aventajan la carrera por el primer comodín del joven circuito.
El problema es que los Red Sox no están solos en esa batalla. Seis equipos, incluido Boston, están separados por una diferencia de seis juegos y medio en la lucha por los comodines. Entonces ¿qué tan dispuesta estará la gerencia a ser agresiva en busca de un refuerzo antes del plazo del 31 de julio?
Los Red Sox tienen marca de 9-4 en lo que va del mes, Sale viene de ganar por primera vez en Fenway Park y el fin de semana recuperarán a Eovaldi, quien se perdió más de dos meses de temporada debido a una lesión en el codo. Así que existe un aura de optimismo en Boston de que la temporada aún no está del todo perdida.
Si la tendencia continúa, Boston bien podría apostar por mantener intacta la plantilla y esperar a que la salud y la gestión de Alex Cora hagan el truco. Si no quieren dejar las cosas al destino, lo mejor sería comprar.
El problema es que los primeros reportes indican que los Red Sox están apuntando hacia el lado equivocado. La mañana del martes Forbes reportó que Boston sopesa el interés de los White Sox por desprenderse del estelar primera base José Abreu.
El cubano es un toletero probado en Grandes Ligas, pero de igual forma Boston encabeza a la Liga Americana en bateo y carreras anotadas. Lo que los Red Sox requieren, y con urgencia, es pitcheo… especialmente de relevo.
No es que los abridores de los Red Sox no tengan problemas _ solo David Price trabaja con una efectividad menor de 4.00. Pero Boston apenas acumula 20 salvamentos en la temporada y el cerrador nominal, Ryan Brasier, admite 4.24 carreras limpias por cada nueve entradas. Confiable no es.
Tal vez el regreso de Eovaldi solucione, en parte las deficiencias en la parte final del bullpen, pero también dejaría un enorme hueco en una rotación abridora carente de profundidad.
Con una baraja de pitchers disponibles, entre los que se podría incluir a Noah Syndergaard, Zack Wheeler y Madison Bumgarner, Boston tal vez debería fijar ahí la mira. La pregunta es: ¿Tienen los Red Sox las suficientes fichas para ir por uno de los peces gordos?
Lo sabremos en dos semanas.