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Atentados

Big Papi y otros deportistas que sobrevivieron a un atentado

David Ortiz logró salvar la vida, después de ser víctima de un atentado en República Dominicana; conoce otros deportistas que tuvieron la misma suerte.

Estados Unidos
David Ortiz logró salvar la vida, después de ser víctima de un atentado en República Dominicana; conoce otros deportistas que tuvieron la misma suerte.
Getty Images/Mexsport

La vida de David Ortiz, el Big Papi, se vio en riesgo durante la noche del domingo y este lunes por un atentado que sufrió el ex jugador de los Boston Red Sox en un centro nocturno en República Dominicana, donde un hombre le disparó por detrás en la espalda baja, por lo que tuvo que ser operado de emergencia.

Durante la noche de este lunes, se informó que se repararon las lesiones que tenía David Ortiz, se tuvo que retirar la vesícula para reparar los órganos dañados, ya que había afectado el hígado y ambos intestinos la bala que atravesó su cuerpo.

Afortunadamente, el Big Papi salvó la vida, y aquí en AS USA te recordamos otros atentados que han sufrido algunos deportistas, pero que han logrado mantenerse vivos.

Salvador Cabañas

El ex delantero paraguayo de las Águilas del América Salvador Cabañas es uno de los casos más recordados en los últimos años, después de que fuera agredido con un disparo en la cabeza cuando se encontraba dentro de un bar.

El 25 de enero del 2010 sufrió un atentado que puso en riesgo su vida y prácticamente terminó con su carrera profesional, pese a que un par de años después pudo regresar a las canchas como futbolista, pero sin el mismo rendimiento que tuvo previo al incidente en el futbol mexicano.

Mónica Seles

La tenista yugoslava Mónica Seles sufrió uno de los atentados más irreales que se pudieron pensar en el mundo del deporte, después de que un personaje llamado Günther Parche apuñaló por la espalda a la deportista con el único fin de que su ídolo, Steffi Graf, se quedara como la número uno del ranking mundial en aquél 1993.

Seles pudo regresar a las canchas 28 meses después de la agresión, pero su carrera nunca fue la misma.

Luis Fernando Montoya

El ex entrenador del Once Caldas, Luis Fernando Montoya, campeón de la Copa Libertadores con el equipo colombiano en el 2004 vivió un atentado cuando unos asaltantes le quisieron robar su dinero a su esposa, y él salió en su defensa, lo que provocó que le dispararan en par de ocasiones, situación que lo afectó de forma severa en la médula espinal.

Como resultado del atentado, Montoya quedó cuadrapléjico pero sobrevivió y con una mejoría notable en los siguientes años que le dieron el mote de "El campeón de la vida".

Fernando Cáceres

El ex futbolista argentino Fernando Cáceres, quien disputara el Mundial de Estados Unidos 1994 con Argentina, fue víctima de la delincuencia en 2009 cuando unos jóvenes intentaron alcanzarlo para quitarle sus pertenencias, uno de ellos le disparó dos tiros, alcanzando con uno de ellos su ojo, el cual perdió esa noche.

Con el paso de los años, Cáceres se dedicó a apoyar a jóvenes adolescentes para que no se dedicaran a robar o cometer actos ilícitos.

Nancy Kerrigan

La patinadora estadounidense fue víctima de un atentado previo a los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994, el cual fue orquestado por la que era su compañero en el equipo de patinaje de USA, Tonya Harding.

Un hombre encapuchado esperó a que Kerrigan terminara su entrenamiento, y cuando se dirigía a los vestidores, fue golpeada por una barra de hierro que le afectó la pierna derecha.

La idea inicial era lastimar el tendón de Aquiles, pero afortunadamente cometió el error al momento de golpear y sólo quedó en un susto que la alejó por algunas semanas del hielo, pero pudo competir en los JO de Invierno del 94, donde ganó la medalla de plata.

La selección de Togo

El autobús en el que viajaba la selección de Togo cuando se dirigía a Angola para disputar la Copa Africana de Naciones del 2010 fue atacado por un grupo guerrillero, que baleó durante algunos minutos el vehículo.

Tres jugadores murieron en el atentado, y la mayoría lograron mantener la vida tras el ataque.