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MUTUA MADRID OPEN

Thiem vuelve a parar a Nadal, que pierde el número uno

El austriaco hizo un partidazo y sorprendió al español, que no podrá revalidar el título en el Mutua y será adelantado por Federer en el ránking.

Madrid
Thiem vuelve a parar a Nadal, que pierde el número uno
JUAN AGUADODIARIO AS

De un día para otro, Rafa Nadal ha pasado de superar un récord de 34 años de antiguedad, el de sets consecutivos ganados en una misma superficie que tenía John McEnroe con 49, a caer eliminado a manos de Dominc Thiem, el mismo tenista que le había ganado justo antes de iniciar esa tremenda racha que se ha quedado ya en 50. Fue hace casi un año, en Roma, en tierra y en cuartos de final. Muchas similitudes. El español no podrá revalidar su título en el Mutua Madrid Open al caer por 7-5 y 6-3 en una hora y 56 minutos. Nadal faltó a su esencia, no por cansancio, sino porque su contrincante supo entender perfectamente lo que tenía que hacer para ganarle y lo bordó a derechazo limpió y con un revés a una mano precioso y letal (se fue a 29 golpes ganadores por 12 del de Manacor). El de Rafa no funcionó como venía haciéndolo y falló más de la cuenta (29 errores no forzados).

En el primer set Thiem jugó de maravilla. Incómodo con bolas altas a Nadal buscándole el revés y siempre que pudo atacó con su derecha con potencia e intención. En ocasiones tuvo que hacerlo varias veces seguidas para doblegar al balear, pero no le tembló el puslso casi nunca. Si acaso cuando después de ponerse en ventaja con un break para el 5-4 encajó un rotura por culpa de una doble falta y no cerró el parcial. Pero luego vino uno de los peores juegos que se le recuerdan a Rafa últimamente, con dos errores de bulto en un remate y un drive fácil cerca de la red que le pusieron de nuevo contra las cuerdas. Esta vez Thiem no falló.

La segunda manga pintaba mal para Nadal. Thiem se adelantó de nuevo persistiendo en su estrategia, muy bien preparada. El español recuperó terreno rápido, pero volvió a perderlo con la misma celeridad. Situación límite. De Nadal siempre hay que esperar milagros, pero no se le veía imperial, ni mucho menos. En el último juego del partido, pasó de dominar 40-0 a encajar un nuevo break. Desgraciadamente, la historia de Roma se repitió otra vez, en la misma ronda y ante el mismo oponente, quizá su némesis en tierra.