Mirotic y el incidente con Portis: "Sentí que todo se venía abajo"
El ala-pívot habla para la ESPN tras su traspaso a los New Orleans Pelicans de los últimos meses en los Bulls, marcados por el puñetazo de su compañero.
Nikola Mirotic se convirtió este jueves en nuevo jugador de los New Orleans Pelicans. El ala-pívot llega a Luisiana junto a una segunda ronda del draft por Omer Asik, Tony Allen, Jameer Nelson y una primera elección en la noche de los novatos. Una operación que tuvo que salvar un escollo importante: garantizar al internacional español su segundo año de contrato por 12,5 millones. Una salida que cierra ya el peor episodio en la NBA de Niko: el incidente con Bobby Portis. El puñetazo que le propinó su compañero de los Chicago Bulls durante un entrenamiento, y dos días antes de estrenarse en la temporada, acabó con Mirotic en el hospital con una conmoción cerebral y varias fracturas maxilares. El diagnóstico le tuvo dos meses fuera y la petición de salir de Chicago después de un verano duro en el que dejó de lado la Selección para centrarse en entrenamientos personales y en un nuevo contrato que firmó cerca del inició del campus de entrenamiento del equipo de Illinois.
"Fue difícil. Realmente difícil. Especialmente porque era mi compañero y por el momento: dos días antes de la apertura del curso. Después de todo el trabajo durante el verano y sentí que todo se venía abajo. Pero tuve que ser duro y conté con el apoyo de mi familia", dijo Mirotic a la ESPN sobre unos últimos meses en Chicago rodeados de incertidumbre, acusaciones de falta de compañerismo y el posicionamiento del vestuario a favor de Portis: "Normalmente, no leo (historias en los medios) pero estuve mucho tiempo en casa. Y vi algo, personas hablando de mis compañeros de equipo, de que no me respaldaban. Que se quedaban con Booby. No sé la razón porque no estuve durante los entrenamientos de verano aquí. Estuve haciendo mi trabajo, mi propio trabajo, con mi entrenador personal y con el de fuerza, por lo que ese tipo de cosas me dieron energía para demostrar a la gente que nada puede conmigo y que soy un buen profesional".
"No protegieron ni uno ni al otro"
Los meses que pasaron desde el incidente con Portis hasta su debut fueron muy duros. Durante un lapso largo, el hispano-montenegrino estuvo enclaustrado en su casa. Luego, inició un lento, pero constante proceso de rehabilitación. Fue mucho tiempo. Fue duro. Mientras, Portis se mantenía con el equipo. A pesar de la sanción (ocho partidos), el center continuó ejercitándose con normalidad. Cuando al principio ambos pisaban a la vez el Advocate Center, la franquicia evitaba que se cruzaran: el agredido montaba en bicicleta. El agresor estaba con el grupo. No se vieron las caras hasta que no hubo más remedio y la organización cogió el toro por los cuernos: les puso juntos en cada entrenamiento, aunque no se hablaran.
"Ahora es normal, pero el primer día, la primera semana, los diez días iniciales fueron un poco extraños. No fue fácil. La organización hizo un buen trabajo con nosotros dos, especialmente al ponernos juntos. Fue algo inteligente. No protegieron ni al uno ni al otro. Al final me acostumbré a él", continuó Niko. "Sé que tampoco fue fácil para él. No me gusta hablar de eso, ya pasó". Todo ese carrusel de sensaciones desembocó en su primer partido en el United Center ante los New York Knicks: "Recuerdo que mucha gente me abucheó y yo estaba como '¿En serio? ¿Después de acabar mi rehabilitación?' Pero después de ganar, y una vez que cogimos impulso, la gente cambió. Después de un par de encuentros, todos me aplaudían. Todos estaban emocionados, habíamos empezado a ganar. Las críticas solo me hacen más fuerte".