Real Madrid: puntuar ante el Málaga = título de Liga
Un tercio del campo puede ser blanco en tarde de alirón o conmoción. En el Madrid, los del Calderón y Vigo asumen el reto de ganar la Liga.
Es tarde de juicio final, epílogo soñado por Javier Tebas, patrón de LaLiga, al que un desenlace así legitima en su cruzada por meterle rueda a la Premier. Le resultan ideales el suspense y el decorado de La Rosaleda: el Madrid en ventaja, en peligro de caer abatido por el fuego amigo y morboso de un exilustre, Míchel, y con el Barça metido en el transistor y en el recuerdo de Tenerife (sigue el partido en directo en AS.com).
El Madrid contempla un paisaje que hubiese idealizado en agosto y no tanto ahora. Cogió ventaja pero los ahorros no le han dado para llegar campeón a Málaga.
Necesita un punto o que el Eibar saque al menos un empate en el Camp Nou. Una situación similar a la de la pasada temporada pero a la inversa. A cinco jornadas del final, el Madrid se puso a un punto del Barça. Lo ganó todo pero tampoco fallaron los culés, que metieron en esos últimos cinco partidos 24 goles sin encajar ninguno. Ahora es el Madrid quien llega con más ventaja (tres puntos) e igual de lanzado: cinco victorias consecutivas a una media de cuatro tantos por encuentro. Muchos de sus jugadores, además, están en máximos. Cristiano ha marcado 11 goles en sus ocho últimos choques e Isco ha borrado del mapa el recuerdo del lesionado Bale. Desplazado a principio de temporada, jugó la vuelta con el Bayern, los dos duelos europeos ante el Atlético y fue reservado para el choque crucial de Vigo. Hoy vuelve a casa ante un equipo con el que jugó 84 partidos.
El equipo A
No se esperan cambios en el once de Zidane. Jugarán los del Calderón y los de Vigo. Los lanzadores que empleó en Gijón, A Coruña o Granada se apartan para abrir paso a los sprinters. Sólo cabe un asomo de duda en el lateral derecho, pero los méritos de Nacho aún no valen tanto como el precio de Danilo.
Tampoco cabe el exceso de confianza. “No hemos ganado nada”, repitió ayer Zidane en una de cada dos preguntas a las que fue sometido en la sala de prensa. Él no estuvo en Tenerife pero está informado de cuantas similitudes existen entre aquellos partidos y éste. Míchel y Valdano llegaron en las mismas circunstancias, al borde de zona de descenso, ambos ganaron a Barcelona, Valencia y Sevilla y llevaron al equipo hasta la orilla, ambos tenían plantillas plagadas de exmadridistas (Agustín, Julio Llorente, Francis o Salmerón entonces y Torres, Juankar, Luis Hernández, José Rodríguez o Diego Llorente ahora), ambos contaban con ex del Barça a sus órdenes (Manolo Hierro y Paqui entonces, Sandro y Jony ahora) y ambos se vieron sacudidos por la misma presión externa y aliviados por la misma situación interna.
Y es que, como aquel Tenerife, el Málaga cuadró hace tiempo sus cuentas. En su Liga de once partidos, Míchel tendría quinto a su equipo, con sólo tres derrotas. Lo tomó 15º y ahora es 11º, después de cinco jornadas sin perder. Ha recompuesto al equipo y ha revitalizado a Sandro, un descarte del Barça de 21 años que ha roto en goleador imponente. Ha metido siete tantos en los últimos ocho partidos, uno de ellos al propio Barça. Míchel recupera para este partido a la otra estrella del equipo, Camacho.
La Rosaleda estará repleta. Las casi 6.000 entradas disponibles se agotaron hace un mes en Internet, lo que hace sospechar que muchas fueron adquiridas por madridistas. Hinchas blancos de toda Andalucía han llegado a pagar 800 euros por una localidad a socios del Málaga por abonos que apenas superan, para toda la temporada, los 300. Un tercio del estadio podría teñirse de blanco en tarde de alirón o conmoción.
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