Cuenten que viví en los tiempos de Kershaw
De nuevo apareció Clayton Kershaw para rescatar a sus Dodgers y robarle el factor campo a unos Chicago Cubs que, aun así, siguen siendo favoritos.
“Si alguna vez cantaran mi historia cuenten que caminé entre gigantes. Los hombres brotan y se marchitan como el trigo invernal pero estos nombres nunca morirán. Cuenten que viví en los tiempos de Héctor, domador de caballos. Cuenten… que viví… en los tiempos de Aquiles.”
La frase anterior pertenece a la escena final de la película “Troya” y siempre la he tenido presente en mi memoria como la esencia del que ha tenido la gran suerte de vivir un momento único que no se repetirá más y que sólo los libros de historia podrán reseñar en el futuro. Trasladar esto al mundo del béisbol quizás sea algo exagerado (mucho, lo sé), ya que héroes del diamante tenemos unos cuantos y muy buenos. Además, tanto las diferentes cadenas de televisión como los miles de vídeos que circulan por internet nos dan la oportunidad de acercarnos a los grandes logros de estos modernos gladiadores. Aun así quién no hubiera querido estar presente en el estadio para ver en directo las hazañas de Babe Ruth, Ty Cobb, “Joltin” Joe Di Maggio, Cy Young, Sandy Koufax, Lou Gehrig… la lista sería muy extensa y a todos nos encantaría subirnos a esa máquina del tiempo imaginaria para disfrutar de al menos un encuentro en directo con alguno de estos grandes jugadores.
Lo bueno que tiene el béisbol es que la historia no siempre se queda muerta en un punto, como ocurrió con Héctor y Aquiles, sino que cambia constantemente. Aparecen nuevos héroes que sustituyen a los anteriores y cada nueva generación disfruta con las hazañas de estos. Nolan Ryan, Randy Johnson, Barry Bonds, Fernando Valenzuela, Greg Maddux y un largo etcétera son, quizás, las estrellas con las que disfrutaron muchos aficionados de ya una cierta edad y que ahora tienen motivos más que evidentes para seguir disfrutando con el pasatiempo nacional norteamericano. La culpa de ello la tienen toda una serie de jugadores de gran nombre entre los que sobresale uno que brilla con luz propia, Clayton Kershaw.
La historia del texano es más que conocida por los fanáticos de la pelota base así que no os voy a aburrir con su repetición, pero creo que si algo tenemos que hacer los que nos apasiona este deporte es convencer a nuevos fans para que le den una oportunidad al béisbol, y Kershaw es probablemente el mejor exponente para conseguirlo. Ayer maniató, y de qué forma, a la poderosísima ofensiva de los Chicago Cubs, pasó por encima de un grandísimo pitcher como es Kyle Hendricks y coronó siete entradas inmaculadas para llevar a su equipo en volandas hacia la victoria. Se ha subido tres veces al montículo en tan sólo seis días, dos de ellas como titular y uno como relevista, y aunque en todas ellas su rendimiento ha sido soberbio lo de ayer ya fue un escándalo. Si alguien aún seguía con la cantinela de que Kershaw no rendía en playoffs se le acabó la perorata tras su exhibición de esta semana.
El problema para los Dodgers es que Kershaw sólo puede lanzar una vez cada cinco días y en teoría no estará disponible de nuevo para ayudar a su equipo hasta el sexto partido, el próximo sábado 22. Se me antoja complicado que Roberts le fuerce a jugar el jueves 20, aunque si para entonces el equipo está 3-1 abajo en la serie no sería tampoco extraño que ocurriese. Lamentablemente para los angelinos su rotación ha pasado las de Caín en esta temporada, con múltiples lesionados que han hecho que algunos titulares como Ryu y McCarthy apenas hayan podido jugar, que Kazmir haya acabado fuera del roster para estos playoff, mientras Kenta Maeda se ha ido desinflando según avanzaba la temporada, por lo que tras Kershaw las esperanzas del equipo se centran en Rich Hill, en el jovencísimo Julio Urías o en un Alex Wood que sólo ha lanzado cuatro entradas como relevista desde que se lesionara el pasado 30 de mayo. Si a esto le unimos que los Cubs tienen una rotación excelente y demoledora hay que reconocer que las cosas no pintan demasiado bien para los Dodgers a pesar de la victoria de ayer.
De todas formas me vais a permitir que me ilusione con llegar a ver el partido del próximo sábado, con disfrutar de otro duelo Kershaw-Hendricks, con volver a ver al texano sobre el montículo y con disfrutar de nuevo de sus endiablados lanzamientos y sus bolas curvas que parecen desafiar todas las leyes de la naturaleza. Quiero llevarme a ver ese partido a los que aún no han descubierto la belleza del béisbol para que comprendan el arte del engaño al bateador, la quintaesencia de este deporte. Quiero seguir disfrutando de la magia de uno de los mejores pitcher de todos los tiempos. Y el día de mañana, cuando todo esto sea sólo un recuerdo, espero poder decirle al que se atreva a escribir mis memorias que quiero que cuenten que viví en los tiempos de Kershaw.