Rafa Nadal y Marc López ganan el oro en dobles masculinos
Nadal y Marc López ganaron a los rumanos Tecau y Mergea 2-6, 6-3 y 4-6 tras dos horas y 27 minutos de juego y amplían el medallero español. Nadal, más motivado que nunca, busca hoy otra final.
Rafa Nadal y Marc López, dos amigos en el día a día, mirarán dentro de unos años el oro de dobles con el que adornaron hoy su cuello tras derrotar a los rumanos Florin Mergea y Horia Tecau por 6-2, 3-6 Y 6-4 en 2 horas y 27 minutos y sonreirán. Se acordarán de los ratos que pasaron en la Villa Olímpica compartiendo habitación. De lo que nunca soñaron con abrochar su amistad con un oro. De que Rafa Nadal, dos semanas antes de los Juegos, dudaba si viajar a Río por la lesión en la muñeca izquierda que le obligó a dejar Roland Garros.
Una medalla de oro que no estaba prevista
Recordarán que no estaba previsto que fueran un dobles olímpico. Porque el campeón de 14 grandes comenzó el año con Verdasco, pero el ránking del madrileño le impidió pasar el corte. Que Marc López iba a competir con Feliciano, con quien ganó Roland Garros, pero este renunció. Que decidieron unirse e ilusionarse, porque el puesto de Marc, de 34 años y 21º del mundo, sí sumaba los puntos necesarios.
Nadal jugó doble partido
Repasarán que Nadal, el abanderado, había ganado hace dos horas a Thomaz Bellucci dentro de una caldera, pasando otros 120 minutos en pista (cuarto partido en un margen de 33 horas). Rememorarán cómo engullió pasta, descansó lo que pudo, se aplicó hielo en la muñeca y salió a por su segundo oro, tras el de individuales en Pekín 2008.
Les vendrá a la memoria que Tecau (31 años y 10º en dobles) se complementaba muy bien con Mergea (31 y 14º). Y que con Marc López sosteniendo a Nadal en un primer set en el que acusó el cansancio lograron dos breaks. Y que perdieron el segundo. Y que en el tercero tuvieron cinco bolas de rotura que no aprovecharon en el cuarto juego. Y cómo Nadal revivió y se golpeó el pecho como una bestia sacando de donde no tenía. Cómo recuperaron un break y levantaron a la grada. Y los globos imposibles de Marc. Y que llegaron dos bolas de partido, y que las perdieron. Y que en la tercera Tecau falló un smash. Y que se abrazaron y lloraron.
Recordarán que esa pareja fue solo uno mirando el oro.