Así es la Oscars Governor’s Ball: el menú de la exclusiva fiesta tras los Premios Oscar
Wolfgang Puck, el chef austríaco que organiza el catering de la gala desde hace treinta años, ha ideado un plan culinario que concede el protagonismo a la gastronomía española.
Cuando los Premios Oscar se acercan, Los Ángeles se convierte en un imán que acerca todo tipo de talento y cuya atracción trasciendo lo cinematográfico. Todo gira en torno a la urbe californiana, siendo el centro magnético un Dolby Theatre que ya puede considerarse templo y edificio custodio de la historia del séptimo arte. Allí se desarrollan unos Premios Oscar que vuelan en el reloj, pero que duran tres horas y media: tiempo suficiente para que se desaten los rugidos de las tripas de los presentes.
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Y como el mejor talento del planeta allí se encuentra, podrán matar el hambre inmediatamente en la exclusiva fiesta que, cada año, sigue a la gala. Viene a llamarse Governor’s Ball. Esta cena hace las delicias, literalmente, de todos aquellos afortunados que son invitados a participar de ella —1600, la presente edición—. Este año, igual que los últimos 30, el catering es responsabilidad del prestigioso y reputado chef austríaco Wolfgang Puck.
De Jabugo a California
El menú es una amalgama de platos muy bien pensados que proceden de todas las partes del globo: más de 60 platos y postres preparados por un equipo de 120 profesionales de la cocina. Si hay una forma de viajar sentado frente a una mesa, sin duda pasa por la cocina de los Puck. Tal y como han confesado a EFE tanto el virtuoso chef como su hijo, el también cocinero Byron Puck, podrá disfrutarse de una gran diversidad de orígenes en las elaboraciones que encuentra su gran joya, precisamente, en la gastronomía española.
“Amamos a España y al Real Madrid”, reconoce Puck padre. En realidad, es la segunda vez que el jamón de bellota 100% ibérico Cinco Jotas hace acto de presencia en el Teatro Dolby. La primera fue en 2019. “Es absolutamente perfecto y no será la última vez que lo ofreceré en el menú de la gala”, expresó entonces. Dicho y hecho. Ahora lo vuelve a incluir: “Vamos a seguir disfrutando del jamón todos los años mientras nuestro maestro cortador Raúl Garrido pueda acompañarnos y nos enseñe el corte perfecto de sus finas lonchas”. De Jabugo a California.
No queda el asunto únicamente en el jamón. Se sabe que disponen de 90 kilos de salmón ahumado, idéntica cifra en pollo, ternera y lubina. Como la carne sin salsa queda seca, también cuentan con casi 75 litros de salsa de soja. La lista de la compra, para la que harían falta varios sacos y carros, termina de la siguiente forma: 27 kilos de setas, 18 de gambas o de coliflor, la friolera cifra de 100 patos y un millar de bao buns.
Menú completo: cinco estaciones para perderse
La comida iniciará, según recoge El País, con 10 platos servidos en bandejas. Aquí reinarán los entrantes: tartar picante de atún con sésamo y miso, steak tartar con patatas pavé, opciones vegetarianas (destacan la tosta con mantequilla y miel, mermelada de hinojo y crema) y veganas (gyozas de zanahoria, hongos y edamame). En este punto llegarán también pequeñas hamburguesas de wagyu con cheddar y salsa remoulade y pizzitas.
Luego llega el turno de los platos pequeños: dos fríos y siete calientes. En el primer apartado, una ensalada de remolacha, queso de cabra y vinagreta de chalotas cítrica y otra de falafel, garbanzos verdes, hierbas, labné de coco y vinagreta de limón. En el segundo: macarrones con queso (al cacio e pepe), pollo guisado con trufa negra, carne de wagyu con puré de manzana y apio y salsa yuzu ponzu, lubina a la brasa con alcachofas marinadas y salsa de Veracruz y agnolotti de guisantes.
También se ofrecerán dulces en este punto. Entre ellos, paulova vegana con caqui persimón, bourbon y canela, y un árbol de chocolate y cereza, gel de frambuesa, vinagreta de cereza y sésamo negro. En cuanto a la bebida, el príncipe Robert de Luxemburgo ofrecerá una selecta gama de vinos de Burdeos; y, como en cualquier celebración, mundana o celestial, no falta el champán: en este caso, a cargo de la marca Fleur de Miraval. Y tequila mexicano, que uno no sabe a qué hora termina la cena y empieza la fiesta.
Resulta curiosa la estructura que Puck ha impuesto en la cena. Los invitados podrán pasearse por cinco puntos temáticos, cada uno con diferentes platos. Los puestos serán Fish & Chips, Crispy Rice Bar, Chinois On Main, un horno de leña para pizzas y, por último, la citada joya: Bar de Pastoreo y Paella, que vendría a ser una especie de chiringuito de élite. Aquí, además del jamón, habrá, entre otros platos, tortilla de patata con salsa romesco y pimientos, aceitunas aliñadas —sí, aceitunas—, una paella de verduras, otra paella de pollo almejas, mejillones y chorizo —sí, chorizo—.
Luego el postre. Aquí se transita entre lo clásico, con bombones, pannacotta de frambuesa y almendras y chocolate negro, y lo innovador, como palomitas con raviolis dulces infusionados o puff cremoso de caramelo salado y naranja calamondina. Son algunos de los nombres de la interminable lista de platos con los que terminará la comida. Para culminar, los Oscar en miniatura y de chocolate. Después de estos días, cuando consulten con el médico, el doctor no va a saber qué decirles a las Pobres criaturas de tanto Jamón, jamón.