¿Por qué Cuba ya no domina en los Juegos Olímpicos como antes?

Cuba fue la potencia latinoamericana en los Juegos Olímpicos desde los años ochenta, pero la isla más grande de las Antillas ha sufrido un declive gradual en las ediciones más recientes de la justa veraniega. Desde Londres 2012, Brasil ha tomado el estandarte como el país de la América no anglófona con más medallas y lejos quedan los años de la gloria cubana. Sin embargo, el ocaso del deporte cubano tiene una explicación.

Aunque Ramón Fonst Segundo se encargó de conseguir la primera medalla olímpica en la historia de Cuba en la edición de 1900, el apogeo de la mayor de las Antillas ocurrió entre Moscú 1980 y Pekín 2008, cuando obtuvieron por lo menos 20 medallas por edición, salvo en Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, de los cuales no participaron por cuestiones políticas. La mejor actuación del Comité Olímpico Cubano tuvo lugar en Barcelona 1992: sumaron 31 medallas, de las cuales 14 fueron de oro, seis de plata y 11 de bronce.

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En contraste, París 2024 fue la peor justa veraniega para la delegación cubana puesto que sólo consiguieron nueve metales: dos oros, una plata y seis bronces. Sin embargo, el declive comenzó desde Londres 2012. Para Erasmo Zarazúa, Doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Iberoamericana, la disminución en la obtención de medallas en Juegos Olímpicos se debe a que, desde la desvinculación del poder de Fidel Castro en 2008 y su eventual fallecimiento en 2016, el gobierno cubano no ve el deporte como un factor importante en el desarrollo de su identidad.

“No es tanto una crisis, sino que el modelo cubano actual, que ya carece de Fidel Castro, ya no ve al deporte como lo veía el régimen anterior”, explica Zarazúa. “La estructura deportiva de Cuba ya se está quedando “viejita”, los deportes no tienen representación, lo fuerte de Cuba como boxeo y atletismo ya no la están “armando” ante las islas del Caribe, nosotros como latinoamericanos, los africanos y los europeos; en estos juegos de París 2024 lo que vimos es una mayor competencia, ya no era tan notorios los favoritos”, explicó el experto.

Zarazúa asegura que todos los deportistas dentro del sistema cubano son todos iguales para las autoridades, pero sus respectivas disciplinas les dan una posibilidad de escalar posiciones en el espectro socioeconómico dentro de la isla. Sin embargo, para los atletas actuales se prestan mejores oportunidades al dejar Cuba con todos los beneficios que eso representa: “Dentro del sistema cubano, donde todos son iguales, si tú querías tener mejores condiciones sociales dentro de la isla, el deporte te llevaba a tener esas condiciones diferentes a los demás; entonces, sí, había una búsqueda por ser deportista o sigue habiendo esa búsqueda, pero si se les presenta la oportunidad de salir de la isla y representar a otros países lo harán y más si es una medida económica para que puedan salir”.

Total de medallas de Cuba en Juegos Olímpicos y Juegos Paralímpicos desde 2008

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La suma total de medallas cubanas, contando Juegos Olímpicos y Paralímpicos, ha decrecido desde 2008. El culmen fue en JJOO fue Barcelona ‘92; en JJPP, Pekín 2008. La curva descendente es notoria en el cúmulo: de las 44 en 2008, a las 19 de París 2024. En la cita más reciente, la delegación caribeña tocó mínimos históricos: fue la segunda peor cosecha de siempre, sólo un metal por arriba de los ocho de Múnich 1972.

Las medallas cubanas que no llegaron a Cuba

21 atletas nacidos en Cuba representaron a otros países y brillaron en París 2024. Ellos fueron los voleibolista Wilfredo León, Melissa Vargas y Yoandy Leal; los triple-saltistas Jordan Alejandro Díaz Fortún, Pedro Pichardo y Andy Díaz Hernández; los boxeadores Loren Alfonso, Javier Ibáñez y Enmanuel Reyes Pla; los luchadores Yasmani Acosta, Néstor Almanza y Frank Chamizo; la lanzadora de jabalina Yulenmis Aguilar; la velocista Yasmani Copello; el velerista Pedro Fernández; las judocas María Celia Laborde y Ana Laura Portuondo; el piragüista Fernando Jorge Enríquez; el esgrimista Neisser Loyola; el pesista Ramiro Mora; y el baloncestista Ismael Romero.

De ellos, ocho ganaron medallas en la justa veraniega en la capital francesa, pero si quitamos la plata de Wilfredo León, por ser un deporte de conjunto, Cuba habría sumado siete medallas más para un total de 16. El caso más notorio fue el del salto triple, prueba en la que Díaz Fortún, Pichardo y Díaz Hernández ocuparon todo el podio para España, Portugal e Italia, respectivamente; Lázaro Martínez representó a la isla y acabó octavo.

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Yasmani Acosta fue sparring de Mijaín López durante muchos años y, en su anhelo de conseguir una medalla de oro en París, decidió representar a Chile. Sin embargo, el legendario luchador cubano dominó el combate para el joven enfundado en el maillot chileno, que tuvo que conformarse con la presea de plata.

Los boxeadores cubanos sólo lograron dos medallas: un oro para Erislandy Álvarez en la categoría de peso ligero y un bronce para Arlen López entre los semipesados. Sin embargo, Cuba pudo sumar dos más entre los pesos pesados, pero Loren Alfonso consiguió la plata para Azerbaiyán mientras que Enmanuel Reyes se quedó con el bronce para España. Además, Javier Ibáñez consiguió un bronce entre los luchadores de peso pluma.

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Entrenadores de la vieja escuela

Mijaín López es uno de los mayores exponentes cubanos en los Juegos Olímpicos. El nacido en Pinar del Río ganó cinco medallas de oro, pero no podría haberlo logrado sin la ayuda de Raúl Trujillo, su entrenador, quien también se retiró tras la gesta de su pupilo. Trujillo pasó 46 años como entrenador desde que se retiró en 1978 y eso explica cómo es que los entrenadores de los atletas cubanos no han cambiado con el paso de los años. Zarazúa explica que es porque los atletas retirados prefieren entrenar fuera de la isla.

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“No ha habido un cambio generacional de los entrenadores; los atletas llegan al podio, llegan a lo máximo y luego se quedaban en la isla como entrenadores y ahora no”, dijo el especialista. “¿Cuántos entrenadores en México son cubanos, o en Brasil, o en Argentina o en España? Es decir, esos jugadores retirados no se han quedado en el mismo sistema cubano, ese mismo ya no le invierte, ya no lo consideran importante”.

Zarazúa considera que este factor no sólo ha afectado a Cuba, sino que es un mal que afecta a los comités olímpicos de países del antiguo sistema soviético: “Lo mismo le pasa a la Europa del Este. Cae todo lo que es el sistema socialista, el sistema soviético y vemos a los entrenadores de Bulgaria o de Rumania en la Europa Occidental o incluso en Estados Unidos”.

Un caso para ejemplificar esa tendencia es el de la pareja conformada por Natalia Shaposhnikova, cuádruple medallista olímpica en gimnasia en Moscú 1980, y Pavel Sut, quienes tienen la academia Gymnastika en Woodland Park, New Jersey.

Todo esto significa que el declive en el deporte cubano continuará mientras las autoridades, presididas por Miguel Díaz-Canel, no muestren el interés que hubo por él durante las últimas dos décadas del siglo XX. También afecta que los atletas migren fuera de la isla en busca tanto de vidas más dignas como mejores entrenadores, porque en la isla no se actualizan al no haber un relevo generacional por la misma migración de los atletas. Sin un cambio en ello, el panorama para Cuba en Los Angeles 2028 no luce prometedor.