Lo ames o lo odies, hay que darle las gracias a Tom Brady

¿Qué hizo a Tom Brady ser Tom Brady? La diferencia entre “TB12″ y cualquier otro de los grandes quarterbacks y jugadores en la historia de la NFL es su naturaleza ultra competitiva e insaciable deseo de lograr lo que nunca nadie ha logrado.

Teddy Bruschi, el ex linebacker de los New England Patriots y durante muchos años compañero de equipo de Brady, lo resume de manera perfecta con esta anécdota:

El 6 de febrero de 2005, minutos después de haber derrotado a los Philadelphia Eagles en el Super Bowl XXXIX y el confeti de colores aún volaba sobre el estadio de los Jaguars en Jacksonville, Tom Brady se acercó a Bruschi y al kicker Adam Vinatieri para decirles: “¿Saben? Nadie nunca ha ganado tres en fila”.

Los Patriots eran bicampeones de la NFL y Brady ya pensaba en el tercer título en fila, algo que, por cierto, ni siquiera él pudo lograr.

¡Qué importa! De cualquier manera Brady será recordado como el “G.O.A.T.”, léase el Más Grande de Todos los Tiempos. Y eso no está a discusión.

Brady es el único jugador en la historia de la NFL con siete anillos de campeón. Y eso es solo la punta del iceberg.

También es el líder histórico en yardas aéreas (89,214) y touchdowns (649). Es el único jugador que ha ganado más de cinco Super Bowls y ha sido MVP del juego cinco veces. Posee los récords de más victorias en temporada regular (251), apariciones en el Super Bowl (10), juegos y victorias en Playoffs (48-35), así como yardas (13,400) y pases de anotación (88) en postemporada.

Su legado corresponde a dos o tres carreras juntas de cualquier miembro del Salón de la Fama.

Joe Montana, por ejemplo, ganó cuatro Super Bowls con los San Francisco 49ers en la década de los 80; Peyton Manning fue campeón solo en dos ocasiones, una con los Indianapolis Colts y una más con los Denver Broncos, y John Elway, después de tres derrotas en el juego grande, pudo terminar su carrera con un par de títulos con los Broncos.

Hablamos de la crema y nata en la posición de quarterback y Brady está muy por encima de todos ellos.

Para mí (y para muchos de ustedes también), Montana es el mejor quarterback de todos los tiempos, pero es una cuestión de gustos, porque sé perfectamente que el más grande que jamás haya pisado un campo en la NFL se llama Tom Brady. Punto.

Y siento raro con el simple hecho de pensar que a partir de este momento hemos iniciado la “Era post-Brady”.

Sus haters deben estar celebrándolo, pero hasta ellos lo van a extrañar, quizá más que quienes lo admiramos.

La polémica también se quedará ahí por siempre para los debates estériles: que los spygates, que los balones desinflados y hasta su divorcio de Gisele Bündchen seguramente serán motivos para criticarlo. Qué flojera.

Brady es el gran competidor que impuso un nuevo estándar; obsesionado con ganarlo todo siempre, como Michael Jordan, Muhammad Ali (con él nació eso del “G.O.A.T.”), Tiger Woods, Pelé, etcétera.

Así que, si lo viste jugar, ganar, perder y levantar siete veces el Vince Lombardi, entonces eres un privilegiado.

Por todos los anillos. Por todos los touchdowns. Por todos los recuerdos. Gracias, Tom.