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MUNDIAL | EDICIÓN 2023 | GRUPOS | 5ª JORNADA

Aviso muy serio para el Team USA

Exhibición en el primer tiempo de Lituania, un despliegue sensacional que sacó del partido a una Estados Unidos sin recursos y que luego no tuvo fuelle para remontar.

Aviso muy serio para el Team USA
FRANCIS R. MALASIGEFE

Esta es la cruda realidad. El partido contra Montenegro no fue un accidente, una victoria sin lustre en un mal día en la oficina. Fue un aviso que Lituania ha convertido en alerta roja. Porque esta, en el partido que cerró la segunda fase, no fue solo una derrota. Fue durante medio partido un siniestro total, un perfecto desastre para un Team USA que, dolorido y vulnerable, llega en todo caso a los cruces. Una lucha final por el título en la que tendrá como primer rival a Italia. Estados Unidos está a tres partidos del oro, igual que si no hubiera sufrido este trompazo contra Lituania (104-110). Pero llega tocada, con amago de crisis de identidad. Herida. El optimista puede ver en eso un acicate, un despertador a tiempo. Pero una cosa es perder, o ganar sufriendo, y otra es lo que sucedió en la primera parte de este choque contra Lituania…

En esa primera parte, Estados Unidos fue borrada del mapa. Arrasada, sacada de la pista del Mall of Asia Arena de Manila. Lituania ejecutó al dedillo el plan que cualquiera tiene que seguir para hacer daño al equipo de Steve Kerr: un pívot grande y experto (el NBA Jonas Valanciunas), aleros altos para cargar el rebote, circulación rápida y sin pérdidas y acierto en el tiro. Es fácil decirlo, difícil hacerlo.... e imposible ponerlo en práctica mejor que los lituanos durante un primer cuarto cerrado en 12-31, la segunda peor diferencia para una USA NBA en un cuarto de una gran competición, solo por detrás de un 7-28 contra Puerto Rico en Atenas 2004. La ventaja pasó de los 20 (12-33) en un despliegue fascinante de Lituania, que llegó a jugar a placer. Anotó sus nueve primeros triples y tardó más de 16 minutos en fallar uno. Cargó de faltas a Jaren Jackson Jr y dejó que Estados Unidos se cociera en sus propias dudas, su búsqueda de soluciones individuales y sus problemas groseros para cerrar el rebote bajo su canasta.

Así es, ni más ni menos, como Estados Unidos puede perder. Porque, además, con esta versión C que ha llevado al Mundial no tiene tampoco el suficiente polvo de estrellas para remontar por las bravas. En un ramalazo de furia tremenda, casi le da la vuelta al partido en el tercer cuarto (52-56, 15-2 en poco más de cinco minutos). Le faltó un pellizco más de talento en ataque para acompañar a un Anthony Edwards que sí se puso la capa de superhéroe. Y le faltó, sobre todo y esto sí es un asunto capital, cerrar el rebote. Sencillamente, no es un capaz. Un equipo siempre demasiado pequeño, permitió que Lituania sobreviviera (65-71) a ese tercer cuarto gracias a siete rebotes de ataque. Así no hay remontada épica que valga ni esfuerzo defensivo que desmorone a un rival que siempre tiene un asidero: las posesiones extra.

En una carrera contrarreloj, el último cuarto fue un quiero y no puedo, un intercambio de error por error y canasta por canasta que bendijo a una Lituania muy seria, sin el brillo del primer tiempo pero superior. Que pasó su último susto importante con un 85-89 a falta de menos de cinco minutos. Siempre encontró un tirito, una acción individual, un pase extra… o los rebotes de ataque que hicieran falta. Estados Unidos falló en situaciones liberadas, le faltó una zancada para dar la vuelta a un escenario que se había puesto casi imposible por sus pecados del primer tiempo, cuando su inexperiencia y su falta de centímetros la enviaron a la lona con una rotundidad que recorrió todo el Mundial: este equipo es ganable, por si había alguna duda. Puede llevarse por delante a cualquiera, y casi remonta esta vez más de 20 puntos sin estar en versión súper. Pero también puede perder contra el rival adecuado en las circunstancias idóneas. Las que creó Lituania, con sus rebotes de ataque y sus triples.

Este tipo de equipos, expertos en los torneos FIBA y con bloques que llevan años puliéndose, son la kriptonita de esta USA en la que todos son debutantes con la selección y ninguno, o casi ninguno, estaría en sus versiones A y B. Estados Unidos vio en la segunda parte cómo puede ganar a cualquiera, y en la primera por qué no le sobra nada y necesita más continuidad, más flujo de juego. Y resistencia cuando las cosas se tuercen.

Anthony Edwards, esta vez enchufado desde el principio, anotó 35 puntos con un 5/13 en triples. Jalen Brunson, que no le termina de coger el aire al asunto FIBA, lo intentó (14 y 7 asistencias), pero no dio el nivel de segunda estrella que aporte lo que se deja en casa un Brandon Ingram que no entra de ninguna manera en calor. Mikal Bridges (14 puntos) fue el mejor junto a Edwards durante el intento de remontada, pero a Kerr le están fallando también las rotaciones, las combinaciones que corrían la pista y aceleraban el ritmo de partido. Metido en ataques en estático demasiado masticados, este es un equipo que se va haciendo previsible y liviano. Lituania lo cazó con la jerarquía de Valanciunas (12 puntos, 7 rebotes), el trabajo de Sedekerskis, Kuzminskas y Motiejunas en los rebotes de ataque y la puntería de todos: 14/25 en triples con nueve jugadores anotando al menos unos. Eso y 18 rebotes de ataque sellaron una victoria de orgullo y prestigio para el eterno baloncesto lituano, que ahora se las verá con Serbia en un clásico gigantesco de cuartos de final. Por el otro lado, el Team USA contra Italia. Comienza el vértigo.