Ferraris, alcantarillas y un GP del futuro
La panorámica que está mostrando al mundo el GP de Las Vegas es de un lugar extremadamente desarrollado tecnológicamente. La Sphere se ha convertido en el icono absoluto.
Aún a falta del día grande, el GP de las Vegas está situando a ‘La Ciudad del Pecado’ en el ojo mediático de prácticamente todo el planeta. La ciudad del estado de Nevada, ampliamente conocida por sus casinos, hoteles y ocio nocturno, ahora además se muestra al mundo como un lugar cosmopolita y a la vanguardia tecnológica. Es de conocimiento general que el Mundial de Formula 1 brinda a las grandes ciudades esa posibilidad de publicitarse de una forma nunca antes vista.
En todo el recorrido del circuito, la panorámica es casi futurista. Las luces brillantes de múltiples colores, además de las llamativas construcciones que rodean al trazado hacen del escenario algo único y rompedor, propio de la enorme realización audiovisual con la que cuenta este deporte. De entre todas las imágenes que ofrece el Gran Premio, la esfera sin duda es la más icónica.
Este recinto es no solo una imagen publicitaria a nivel visual, sino que también es el símbolo del desarrollo total que está viviendo la ciudad de Las Vegas. Este estadio encargado de albergar eventos de todo tipo, espera grandes citas en un futuro cercano. La NBA o el evento número 300 de la UFC cuentan con este enclave para una mayor exposición global que hace que la ciudad comience a ser el centro neurálgico de grandes espectáculos mundiales.
Las Vegas cambia la Formula 1
Con el campeonato ya decidido pero mucho trabajo por delante de cara a la próxima temporada, el GP de Las Vegas ha traído un cambio de dominancia en la parrilla. Los Ferraris, quienes consiguieron la única victoria del curso de una escudería que no sea Red Bull, han tomado la delantera y se ubican a años luz del resto en esta pista, un punto de inflexión que, quién sabe, puede alterar el futuro inmediato de la competición.
También en este Gran Premio ha sucedido un acontecimiento del que aprenderán el resto de circuitos urbanos. En los primeros libres del viernes, Carlos Sainz Jr., fruto de la fuerza de aspiración que provoca su monoplaza al paso por la pista, arrancó una de las alcantarillas del trazado, destrozando el fondo de su Ferrari y obligando a suspender la sesión. En el futuro, todos los circuitos que cuenten con este mecanismo de desagüe en el trazado, deberán asegurarse que las tapas del alcantarillado están lo suficientemente fijas al firme como para aguantar el paso de un Formula 1.
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