El Team USA zarandea a Grecia

Este podría haber sido uno de los grandes partidos de la primera fase, siempre con el recuerdo de aquella semifinal de 2006 en la que Grecia ganó a un Team USA con LeBron James, Carmelo Anthony, Dwyane Wade, Chris Paul y Dwight Howard. Podría haber sido el gran partido del grupo C, en el Mall of Asia Arena de Pasay, en el área metropolitana del Gran Manila. Pero no lo fue (81-109 final) porque esta Grecia no es una Grecia de primera categoría, la eterna aspirante en los grandes torneos. Sin Giannnis Antetokounmpo, sin Kostas Sloukas y a última hora sin Dinos Mitoglou. Sin una gran química entre el vestuario y el meticuloso Itoudis y sin aspiraciones demasiado altas. Un equipo venido a menos que, eso sí, debería ganar a Nueva Zelanda en la última jornada y meterse en la segunda fase. Como Estados Unidos, que ya sabe que allí sus rivales serán Lituania y Montenegro. Lo siguiente, si todo sigue el plan previsto, será el cruce de cuartos.

Grecia no opuso demasiada resistencia, más allá de que aprovechó otro inicio plomizo de Estados Unidos para sobrevivir al primer cuarto (19-23) a base de ataques masticados y jugadas al poste de Papagiannis (11 puntos en el primer cuarto, solo seis más después). Si Steve Kerr quiere sacar una enseñanza de un triunfo plácido, seguramente será (otra vez) cuánto le cuesta carburar al quinteto inicial con Jalen Brunson templando el ritmo y Brandon Ingram fuera de foco.

Es la gran tarea de Kerr y su súper equipo técnico (Erik Spoelstra, Tyronn Lue) de cara a los partidos decisivos: recuperar a Ingram, que tenía que ser uno de los referentes en ataque, un go to guy que, sin embargo, no encuentra su sitio. Sin la bola en sus manos y sin jugadas pensadas para él, entra en letargo y tampoco ayuda en las pequeñas cosas que necesita el bloque. El asunto del quinteto (Brunson, Anthony Edwards, Mikal Bridges, Ingram y Jaren Jackson Jr) olió mal de inicio y antes del descanso, cuando el 25-42 que había amasado la segunda unidad se convirtió en un 37-46. Pero a vestuarios se pasó en 37-50 y, ahí sí, los titulares partieron el partido en el inicio del tercer cuarto (42-61 en el minuto 23).

Brunson ejecutó (13 puntos sin fallo) y Edwards, sin deslumbrar, acabó con otros 13. Bridges y Jaren Jackson se entonaron y solo quedó, de la primera unidad, la inamovible incógnita de Ingram. Pero, otra vez, la mejor versión del equipo llegó con el vibrante Tyrese Haliburton y un excelente (de nuevo) Austin Reaves (15 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias en 17 minutos) en el backcourt, Cam Johnson y Paolo Banchero (como falso pívot) abriendo la pista y Josh Hart como turbina (6+11+5). El alero de los Knicks va a jugar mucho más de lo que seguramente tenía previsto Kerr en su plan A. Aprieta en defensa, rebotea y corre la pista sin parar. Ingram, un talento muy superior, no hace nada de eso. Por ahora.

Grecia se limitó a hacer faltas (30/34 en tiros libres Estados Unidos), apenas discutió el rebote (25-40), no afinó en el triple (7/23) y concedió 32 puntos en transición. Si no iba a ganar a Estados Unidos de ninguna manera, así no tenía forma ni de molestar un poco. La ventaja pasó de treinta puntos (76-107) con el Team Usa ya en marchas bajas y en minutos en los que Walker Kessler demostró que su capacidad de intimidación puede ser útil en rol de puro especialista. Con el partido roto, Rogkavopoulos anotó 14 puntos, Grecia metió algunos tiros exteriores y Estados Unidos dejó algunas contras para el disfrute del público. Y poco más. No se podía esperar el gran partido que apuntaba cuando se realizó el sorteo, y no lo fue. Pero enseñó solidez de un Team USA que avanza adecuadamente, paso a paso. ¿Grecia? A ganar a Nueva Zelanda… y, seguramente, poco más.