ESTADOS UNIDOS

La elección de Donald Trump podría revivir temores sobre el Mundial FIFA 2026

Las políticas migratorias de Donald Trump causaban ruido en 2017. Un segundo término, con una versión más radical del neoyorkino, podría afectar la organización de la Copa.

Estados Unidos
Getty Images

Donald Trump tiene una relación ambivalente con el Mundial de 2026. Si bien su gestión contribuyó para que FIFA concediera a Estados Unidos (junto a Canadá y México; ‘United 2026′, en conjunto) la sede del máximo torneo futbolístico, como señaló la investigación de The Athletic, sus controvertidas políticas migratorias y proteccionistas fueron motivo de suspicacias durante el periodo de licitación, incluso en las más altas esferas directivas. El runrún se disipó tras la elección de Joe Biden en 2020, pero podría reactivarse si el magnate neoyorkino vuelve al Despacho Oval el próximo enero.

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El primer mandato de Trump comenzó con la polémica Orden Ejecutiva 13769, la cual vetó la entrada a Estados Unidos de toda persona con pasaporte de Libia, Irán, Irak, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. El entonces presidente también satanizó los flujos migratorios provenientes de México, El Salvador, Honduras, Haití y Venezuela, y amenazó con prohibiciones similares. La orden también suspendió el Programa de Admisión de Refugiados durante 120 días. La medida, arguyó Trump, tenía como fin ‘combatir al terrorismo’ y blindar la seguridad de la Unión Americana. La ONU, Amnistía Internacional y Human Rights Watch criticaron el precepto. También la esfera futbolística, que la contempló como una amenaza logística, e ideológica, para una hipotética Copa del Mundo; Estados Unidos apenas comenzaba a bosquejar la candidatura tripartita. Un mandato en contrario a la naturaleza aperturista e inclusiva que pregona la FIFA, al menos en discurso, para potenciar su producto estrella.

Gianni Infantino, presidente la FIFA, y Donald Trump.Win McNameeGetty Images

En entrevista con AS en 2017, Víctor Montagliani, presidente de Concacaf y uno de los instigadores de la propuesta conjunta, manifestó su preocupación por las decisiones del presidente Trump. “El Mundial de 2026 está muy lejos aún. Quién sabe cómo será el mundo para ese entonces. Para ser honesto, estamos preocupados por las políticas migratorias de Estados Unidos. Éste siempre es un tema difícil a tratar en un país que albergue cualquier evento. Es responsabilidad nuestra, como líderes del fútbol, asegurar que cada vez que haya un evento en el mundo poner al fútbol en primer lugar. Tenemos que lidiar con las políticas del país y trabajar con ello. Al final del día, la gente merece más fútbol que política”. Montagliani se había hecho eco de las declaraciones que días antes había proferido en The Guardian Aleksander Ceferin, su contraparte en la UEFA, quien consideraba que la restricción a los países musulmanes podría dañar la candidatura para recibir el Mundial (la cual fructificó, a final de cuentas): “Si los jugadores no pueden ir allí por decisiones políticas o populistas, el Mundial no se puede jugar allí. Y esto es igual para los aficionados y los periodistas, por supuesto. Tendrían que poder acudir al evento, independientemente de su nacionalidad”, declaró el esloveno.

“Cualquier equipo, incluidos los hinchas y funcionarios de ese equipo, que se clasifique para una Copa del Mundo, necesita tener acceso al país; de lo contrario no hay Copa del Mundo”, aseguró Gianni Infantino, presidente de la FIFA, en un evento oficial en Londres, días después de la publicación de la Orden Ejecutiva 13769. En respuesta, la administración Trump mitigó la tensión con una carta dirigida a la FIFA de la que dio cuenta entonces el New York Times: “El presidente está seguro de que todos los atletas, funcionarios y aficionados elegibles de todos los países del mundo podrían entrar en Estados Unidos sin discriminación”.

Múltiples analistas coinciden que una factible segunda presidencia del republicano tendría un cariz anti-inmigrante aún más marcado. Una disposición similar a la de 2017 sería incompatible con la concesión de permisos de entrada a aficionados, selecciones, staff y periodistas de países potencialmente competidores: Irán e Irak están en buena posición en las eliminatorias asiáticas (1° y 3° en sus respectivos grupos); mientras que Libia tiene posibilidades en el grupo D del proceso mundialista africano. Otros países que han sostenido conflictos cuasi militares con Estados Unidos en épocas recientes, como Corea del Norte, Sudán y Venezuela aún están de pie, aunque con opciones lejanas. Montagliani zanjó por la vía diplomática la suspicacia, para evitar mayores disgustos: “Es un buen signo de lo que puede hacer el fútbol para unir países (...) El fútbol debe lidiar y ponerse por encima (de decisiones políticas)”, dijo durante el anuncio oficial de la candidatura T-MEC, en abril de 2017. Libro cerrado. Pero...

Donald Trump y Gianni Infantino se reunieron en la Casa Blanca en 2018, después de la concesión del Mundial de Estados Unidos.REUTERS

FIFA evaluó negativamente a Estados Unidos

El cuaderno de cargos de FIFA exige que los países postulantes para organizar un Mundial validen una política de protección irrestricta a los Derechos Humanos y garanticen el libre acceso y tránsito. Una Orden Ejecutiva 2.0 entraría en conflicto no sólo con el espíritu de la máxima cita futbolística, sino con dichas prerrogativas.

Además, el Informe de Evaluación de la Propuesta de ‘United 2026′ notó un riesgo ‘medio’ en mentadas legislaciones estadounidenses: “Debido a la nueva normativa de entrada que se están impulsando actualmente en Estados Unidos en relación con los ciudadanos de determinados países, existen riesgos significativos para la entrada sin discriminación en el país”. El reporte elaborado por el Task Force de FIFA reveló también que Estados Unidos no aportó, en cumplimiento con los estándares de la Federación, los documentos necesarios de garantías gubernamentales. El grupo técnico puso una alerta naranja en aquel pendiente.

Eventualmente, el Congreso de FIFA de 2018 otorgó los derechos de organización del Mundial a ‘United 2026′. 78 partidos para Estados Unidos. 13 para Canadá. 13 para México. Los vetos quedaron revertidos por la administración Biden, pero un nuevo término de Trump podría revivir los temores de 2017.

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