No hay guerra en el Chelsea

No hay forma de que el Chelsea coja vuelo. Tras el increíble verano llevado a cabo por el conjunto londinense y su buena pretemporada, Mauricio Pochettino parece no dar con la tecla para que el equipo funcione. Con un triste bagaje de apenas un victoria en las primeras seis jornadas de la Premier disputadas, Stamford Bridge está en llamas. El pasado fin de semana tras la derrota ante el Aston Villa de Unai Emery, los nuevos dueños del club bajaron al vestuario para arengar a sus jugadores, situación que a priori no encajó bien el técnico argentino en rueda de prensa. Después de unos días de reflexión, el ex del PSG apaciguó los rumores sobre un posible despido, afirmando no haber ningún problema con la dirección deportiva.

“Me gusta cuando vienen los propietarios. En toda mi carrera como entrenador en Espanyol, Southampton, Tottenham y Paris Saint-Germain, creo que es bueno que el dueño venga al vestuario”, afirmaría Pochettino. “La forma en que se acercan a los jugadores es lo más importante. Si lo hacen de forma buena y correcta, serán bienvenidos”. Las declaraciones post partido del técnico parecieron no sentar bien a la dirección, confirmándolo el propio entrenador más adelante. “Después de mi rueda de prensa del domingo (tras la derrota ante el Villa), vinieron y compartieron con nosotros como siempre. También lo hicieron con tras jugar contra Liverpool, Luton y Nottingham Forest”.

“Vinieron con Paul (Mitchell) y Laurence (Stewart), Behdad (Eghbali) y, a veces, también con Todd (Boehly), comparten algunos comentarios y hablamos sobre el juego siempre después de mis deberes con los medios. No lo veo mal. Para mí siempre es bueno que compartan con nosotros y luego saluden a los jugadores. Si vinieron para dar un discurso o algo diferente, entonces, por supuesto, tal vez sea diferente”, contaba el entrenador sobre la visita. “Creo que están muy bien y estamos muy contentos de que hayan venido”, confirmaría Pochettino.

Un gran desembolso sin rédito

El Chelsea ha sido el gran protagonista de los últimos mercados de transferencias. El gran desembolso efectuado el pasado verano, superando los 500 millones, pone en una delicada tesitura al equipo. Algunos jugadores no han llegado a integrarse del todo al nuevo modelo de juego de Pochettino, y Boehly no espera. Con apenas cinco puntos para estancarse en la decimocuarta posición de la tabla, desde Inglaterra ya apuntan con lupa la actuación del argentino en los banquillos.

“Están decepcionados, llegaron al club y tienen mucha ilusión por construir un proyecto. Por supuesto que se sienten decepcionados, pero al mismo tiempo necesitan apoyar el plan...”, dijo el preparador argentino tras el encuentro en Stamford Bridge. Desde la llegada de Boehly al palco de Londres, el equipo se ha caracterizado por ser una trituradora de entrenadores, habiendo despedido a tres en apenas un año (Tuchel. Potter y Lampard). La situación es más que delicada, el Chelsea necesita volver a ser grande con o sin Pochettino.