Debut agridulce de Panamá en el Mundial Sub-17 de Indonesia

Doloroso debut de Panamá en una nueva participación en un Mundial Sub-17 tras más de una década sin representación. Los pupilos de Michael Stump cayeron de manera estrepitosa ante una dura Marruecos, una de las favoritas del torneo. Si bien los Canaleros lograron imponer su juego, los leones del Atlas lograron cerrar un partido trabado a la contra con goles de Chlaghmo y Ennair Los nervios y la mala puntería fueron claves en el mal arranque panameño, que ahora encara dos finales anticipadas si quiere seguir con vida en el este Mundial de Indonesia.

En un ambiente de fiesta en el Gelora Bung Tomo, Panamá arrancaría el partido con una idea clara, desplegando un fútbol de toque y posesión muy vistoso. Un partido de polos opuestos, donde los Canaleros tomarían el protagonismo de la pelota ante una Marruecos agazapada en su campo, al más puro estilo Regragui, seleccionador de la Selección Mayor. Las esperanzas panameñas se centraron en su dos estrellas, Walder y Moreno. Casi al minuto del pitido inicial, Hamony mandaría el primer aviso a los Canaleros, visiblemente nerviosos en el verde.

Con Panamá adormecida en defensa, Marruecos sacaría petróleo de cada internada con peligro. La zaga hacía aguas, pero Romero terminó por hacerse gigante para mantener el empate. El de Árabe Unido tendría tres paradas trascendentales para evitar el estreno del casillero, sacando dos pies inconmensurables y una mano salvadora a una selección magrebí crecida. Sin embargo, antes de los 20′ de partido, los leones del Atlas soltarían su primer rugido. En una mala salida a un centro del córner, el propio héroe pasaría a villano luego de dejar pasar una pelota bombeada para el ‘pase’ a las redes de Chlaghmo. Imparable para el arquero. El golpe no amilanó a los Canaleros, que rápidamente se pondrían el mono de trabajo en busca del empate con un juego llamativo, pero ineficaz. A pesar del buen fútbol local, Marruecos supo convertir su campo en un fortín.

Con el segundo acto en marcha, el guion del partido seguiría con las mismas pautas. Una Panamá muy crecida y envalentonada buscó un tanto que se le resistió, pero a diferencia del primer acto, las ocasiones esta vez sí que llegaron. La mala puntería fruto del nerviosismo jugaría una mala pasada a los Canaleros. La delantera gozó de espacios para correr a la contra, situaciones que llegaron a sorprender a una Marruecos sobrepasada. En una jugada individual, Castillo encararía a Benrhozil desde el pico del área, pero el disparo se le iría a las nubes. Pasada la hora de partido, Stump se llevaría las manos a la cabeza con la más clara del partido. Freddy Krug, en una jugada parecida a la de Castillo, volvería a encarar a Benrhozil para encontrarse con el mismo destino que su compañero.

En los minutos finales, Panamá llegó a soñar e incluso acariciar el empate, centrándose más en atacar que defender y, en una competición tan corta, los errores se pagan muy caro. Panamá se quedó endeble en Indonesia. Si el ataque fue la cara, la defensa fue la cruz. Cuando mejor estaban los Canaleros, los leones del Atlas darían el tiro de gracia a su presa. En un error defensivo, Maâli metería un pase filtrado para la carrera y remate al segundo toque de Chlaghmo. El balón saldría picado por encima de la cabeza de Romero, que solamente pudo seguir la trayectoria con la mirada. Panamá, que tanto luchó por un punto que sabría a gloria, se quedó sin nada.

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