US OPEN CUP | HOUSTON DYNAMO

Houston Dynamo, el ‘primer’ Inter Miami

El cuadro texano ha experimentado un renacer. Tras ser considerado el peor equipo de la liga, ahora es uno de los grandes conjuntos del país. El primer Inter Miami antes de la revolución de verano.

La gran final del US Open Cup está a la vuelta de la esquina con dos grandes sorpresas. Hace algo más de un año, ningún analista deportivo podría haber previsto una final con dos de los considerados, por aquel entonces, peores equipos del campeonato. Sin embargo, mucho ha cambiado desde aquel tiempo. Antes de que el Inter Miami lograse dar ese impulso en su franquicia, pasando de ser el ‘patito feo’ de la competición al rival a batir, el Houston Dynamo, su rival en la segunda final en la historia de las ‘Garzas’, marcaría el camino para el club de Florida, convirtiéndose en el ‘primer Inter Miami’.

Hace poco menos de un año, la franquicia de Texas era por mucho el peor equipo de la Conferencia Oeste. Cayendo en la última posición de su liguilla en septiembre del año pasado, el Dynamo tuvo que hacer un reboot total a una escuadra venida a menos y con la moral por los suelos. La decisión de la directiva fue unánime, echar al por entonces entrenador, Paulo Nagumara, y dejar las riendas del equipo en una persona cualificada para poder llevar a cabo la revolución que se precisaba. Fue en este momento cuando Ben Olsen sería nombrado como DT principal de la escuadra, pero sin contar con mucho tiempo para la reestructuración, los de Houston no lograrían el gran sueño de clasificar a la postemporada por quinto año consecutivo.

Olsen, el arquitecto del ‘sueño americano’

La trayectoria de Olsen le colocaba como una apuesta segura para el ‘pobre’ Dynamo. Con el DC United el de Pensilvania lograría alzarse con la US Open Cup, trofeo que sueña con volver a levantar este miércoles, gracias a un estilo vistoso y de transiciones rápidas. La personalidad ganadora de Olsen logró levantar a un vestuario de capa caída, pero que poco a poco lograba salir del abismo de los resultados. Este es un esfuerzo de grupo y esperemos que sea sólo el comienzo. “Estamos lejos de ser un producto terminado y, en muchos sentidos, es una especie de reinicio de la organización en el aspecto deportivo. Hay mucho movimiento dentro de la directiva también”, diría a su llegada.

Los siguiente dos mercados de transferencias no fueron unos cualquiera para la franquicia. Ted Segal, accionista mayoritario del club, al igual que haría el Inter Miami el pasado verano, tiró la casa por la ventana para traer jugadores consagrados a su técnico. A diferencia de las ‘Garzas’, el club apostaría por jóvenes talentos como Aliyu o Carrasquilla, pero la joya de la corona, el título del ‘Messi’ del equipo, pasaría a ser propiedad de Héctor Herrera.

El mexicano llegaría libre a la franquicia tras acabar contrato con el Atlético de Madrid, pero pronto demostraría seguir estando al máximo nivel para seguir en la élite. Esa misma temporada estaría dentro de las quinielas para ser elegido como el MVP de la temporada. El peso del ataque recayó sobre el centrocampista, hoy reconvertido a enganche para estar más cerca del área y aprovechar su disparo. Olsen también metió mano de la defensa, pasando de ser una de las más goleadas a todo un seguro de vida. El Shell Energy Stadium pasó a ser el gran fortín de la franquicia, donde apenas han conocido un par de derrotas.

Houston ya no es lo que era. Ahora es mejor. En un año en el que la ‘revolución Olsen’ ha terminado por asentarse, estando con un pie y medio en la postemporada por segundo año consecutivo, el Dynamo quiere soñar con su primer título. La apuesta de la directiva ha terminado por fructificar, pero antes deberá demostrar lo que vale ante el nuevo gigante del continente. Messi no perdona.

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