Golpe de realidad para Estados Unidos

Hace algunas semanas, el periódico The Guardian dio a conocer la lista de los 100 mejores futbolistas de 2023. Más de 32 nacionalidades estaban representadas, con Haaland como el Nº1 en representación a Noruega, un georgiano (Khvicha Kvaratskhelia) o tres españoles. Por parte de la CONCACAF, Alphonso Davies o Santi Giménez salieron como los nombres más ilustres en representación de Canadá y México, respectivamente. Sin embargo, la afamada lista del tabloide británico se ‘olvidó' de los estadounidenses, dejando fuera del pastel a nombres tan importantes como Christian Pulisic, Weston McKennie o ‘Gio’ Reyna.

Según apunta el medio, la decisión no debe sorprender al público más erudito en el fútbol. Estados Unidos no ha tenido una gran tradición en este deporte, donde ”nunca ha producido una verdadera superestrella de este deporte”, afirma. A pesar de haber contado en el pasado con estrellas para el país como Landon Donovan, Tim Howard o Clint Dempsey, ninguno logró desarrollar una carrera prominente en el Viejo Continente para ser catalogados como leyendas. En un país sin una estrella que los guie, para The Guardian Lionel Messi el gran icono moderno de Estados Unidos, y eso que no nació en el país.

Ahora, bien esta nueva generación de futbolistas del USMNT parece estar destinada a algo más, si todo acompaña. Pulisic es la gran estrella moderna del país, ese jugador destinado a ser el elegido del fútbol, llegando incluso a cosechar ligas e incluso una Champions en su carrera. Sin embargo, en su frustrado paso por el Chelsea, previo pago de 64 millones de euros, la cifra más alta jamás pagada por un jugador CONCACAF, el extremo nunca terminó de explotar. Ahora en el Milán ha logrado renacer de sus cenizas, pero se cuestiona si de verdad podrá trascender para convertirse en una leyenda del Calcio italiano.

Según apunta The Guardian, Serginho Dest o ‘Gio’ Reyna son las grandes esperanzas del fútbol norteamericano para llegar a tocar la lista en algún momento de sus carreras. Jugadores jóvenes con mucho potencial que de momento su paso por la élite se ha convertido en un ‘quiero y no puedo’ marcado por las lesiones de uno o las faltas de indisciplina del otro. A sus 21 años, el del Dortmund deberá reconducir una carrera que prometía ser brillante hace escasas dos temporadas.

El foco del problema

Para el tabloide inglés, Estados Unidos tiene un problema en la base de desarrollo de las jóvenes promesas. “El sistema juvenil de ‘pago para jugar’ del país con demasiada frecuencia prioriza las ganancias sobre el desarrollo de los jugadores y ha abierto la puerta a forasteros que tal vez no se preocupan por los mejores intereses del deporte en los EE. UU.”, explican. Muchos equipos han llevado Academias al país no con la idea de buscar talento para las canteras del primer equipo, si no como una forma de negocio. Véase así los campus impulsados por Real Madrid o Barcelona.

Otro de los grandes problemas viene de la juventud del fútbol dentro del propio país, no habiéndose arraigado aún a la cultura americana. “La Major League Soccer tiene sólo 27 años. Antes de 1990, el USMNT estuvo 40 años sin jugar un Mundial. El fútbol en su conjunto todavía no se ve a través del prisma convencional como lo son otros deportes estadounidenses”, comenta The Guardian para más tarde añadir, “culturalmente, otros países –incluso los mucho más pequeños– están décadas por delante de Estados Unidos”.

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