Fútbol femenino: rompiendo récords y estereotipos
A lo largo de la historia, el fútbol femenino sigue abriéndose paso y rompiendo estereotipos. Varias futbolistas han sido parte clave para esos logros.
Si bien el registro más antiguo de un equipo de fútbol femenino data de 1894, con el British Ladies Football Club, apenas en 1980 llegó el reconocimiento internacional por parte del máximo organismo rector del fútbol, FIFA; es decir, casi 90 años más tarde.
Hablar de esto puede situarnos en la constante lucha en la que las mujeres se han visto inmersas a lo largo de la historia para hacerse de un lugar en un deporte dominado, en todos sus niveles, por hombres.
Tal y como el deporte mismo ha evolucionado, las peticiones y exigencias de las mujeres involucradas en el mundo del fútbol también lo han hecho. De pedir la profesionalización del deporte, a buscar constantes mejoras de oportunidades y de equidad salarial para las involucradas. Este último punto es quizá el más evidente frente a la enorme brecha que hay respecto a la remuneración del fútbol femenil en comparación al varonil.
Ante esta disparidad, el USWNT logró un acuerdo histórico de equal pay con relación a su similar masculina. El U.S Soccer igualó los salarios de las y los jugadores de su Selección, uniéndose así a naciones como Noruega, Nueva Zelanda y Australia, que hicieron lo propio años atrás.
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Megan Rapinoe (The Best y Balón de Oro, 2019), Alex Morgan y la entrenadora Jill Ellis fueron personajes importantísimos para alcanzar el acuerdo, respaldadas por sus resultados deportivos conquistando dos Copas del Mundo (2015, 2019). Esta tercia de mujeres, cobijadas por muchas pioneras de esta constante lucha, hoy sirven como inspiración para niñas y niños, no sólo como referentes en lo deportivo sino también como estandarte de la lucha por los derechos de las mujeres.
Otras selecciones como Inglaterra, Brasil, Dinamarca, Países Bajos, Irlanda, Finlandia y Gales también consumaron los esfuerzos para hacer realidad esta igualdad salarial. España por su parte, ha igualado las primas pero no los salarios. Y es aquí donde más se nota la enorme diferencia.
El mejor ejemplo radica en los porcentajes de premiación que otorgó la UEFA en las pasadas Eurocopas femenil y varonil. En la primera las campeonas recibieron 702,340 dólares sin contar premios acumulativos; sin embargo, la edición varonil obtuvo 10.64 millones de dólares sin contar de la misma forma los bonos acumulativos. La diferencia es abismal.
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2022: Año de récords para el fútbol femenil
Uno de los argumentos más constantes para refutar la igualdad salarial es que “el fútbol femenino no vende” de la misma forma que lo hace la rama varonil. Lo cual ha quedado en el olvido tras el récord de asistencia alcanzado en el Camp Nou con 91 648 espectadores durante la Semifinal de la UWCL, Barcelona vs Wolfsburg.
Wembley también fue protagonista con la final de la Eurocopa, alcanzando 87 192 asistentes y colocándose en el tercer lugar de récords históricos de asistencia en el fútbol femenil.
Del otro lado del mundo, con números más discretos, la Liga MX Femenil abarrotó el Estadio Azteca con 52 654 espectadores en la Final de ida del Apertura 2022 entre América y Tigres;lo que representa un enorme mérito a apenas 6 años de la profesionalización de esta liga.
No es casualidad que tres de los escenarios más importantes para la historia del balompié reflejen el interés y crecimiento exponencial del fútbol femenino en las últimas décadas.
Las reinas del balón
Ha quedado demostrado que el balompié femenino vende y vende bien. De a poco los nombres de mujeres empiezan a cobrar alta relevancia y no sólo en el campo.
Nombres como Marina Granovskaia, que estuvo al frente del Chelsea como Directora General, y Leila Pereira, presidenta del Palmeiras (ambas en la rama varonil), se convierten en referentes para niñas que sueñan con hacer del fútbol una profesión.
Alexia Putellas, con sus dos Balones de Oro, Sam Kerr, con sus botas de oro en tres diferentes continentes, Christiane Endler, la mejor arquera del mundo, y un sinfín de nombres que anteceden a estas actuales figuras, son un recordatorio de la ardua lucha para materializar su pasión y sus sueños en una realidad, y sin duda, una inspiración para las futuras generaciones.