El Barça se queda desnudo
La derrota ante el PSG arrastra mucho más que una eliminación en Europa: paraliza la reacción del equipo y reabre la división dentro del vestuario.
La eliminación ante el PSG va a traer cola. Y no sólo porque el equipo se queda sin el único título que dependía de sí mismo, sino porque las primeras consecuencias dentro del club ya se han hecho notar. Sin ir más lejos, uno de los jugadores con más peso en el equipo, Ilkay Gündogan, criticó abiertamente la actitud de algunos compañeros, con respuesta posterior de Araújo, acusándoles públicamente de ser los culpables de la eliminación. No dice sus nombres, pero según va explicando las jugadas en concreto, salen claramente señalados Ronald Araújo (por su expulsión), Robert Lewandowski (por no tapar a Vitinha) y Joao Cancelo (por el penalti). No es la primera vez que el internacional alemán critica sin tapujos a sus compañeros: ya lo hizo tras el Clásico en Montjuïc (insinuó que algunos jugadores estaban mirando los móviles y bromeando en el vestuario tras la derrota), teniendo que dar explicaciones al grupo al día siguiente. Ahora, Ilkay ha vuelto a abrir la caja de los truenos para denunciar la falta de experiencia en algunos casos muy concretos.
Pero la rajada de Gündogan es sólo la punta del iceberg de las consecuencias que arrastra esta derrota. La primera, y más trascendental para el club, es económica: se dejan de ingresar 12 millones por acceder a la semifinal, más otros 50 millones que ingresaría si se hubiera clasificado para el Mundial de Clubs (ahora esta opción ya es totalmente descartada y será el Atlético de Madrid quien acompañe al Real Madrid).
En el aspecto deportivo, esta derrota supone el fin de una racha de trece partidos consecutivos sin perder: el listón del actual técnico estaba en 18. Desde que Xavi anunciara su dimisión en diferido el pasado 27 de enero, el equipo había encarrilado diez victorias y tres empates. Así pues, se pincha el globo de la reacción, que era el principal argumento del técnico para validar su decisión de marcharse el 1 de julio. Asimismo, también se trunca una racha de seis partidos consecutivos ganados, por lo que ya no podrá alcanzar su récord de ocho victorias seguidas, ya que sólo le restan siete jornadas como entrenador.
Ahora mismo, la única carta que le queda en el tablero es ganar el domingo en el Bernabéu. Si pierde esa baza, la temporada se podrá dar por finiquitada a falta de seis jornadas. El único objetivo que le restaría, en este caso, es mantener la segunda plaza, que le da derecho a jugar la Supercopa de España e ingresar 8 millones de euros por participar. En el caso que gane al Real Madrid, el Barcelona aún tendría opciones matemáticas para ganar el campeonato, aunque a falta de seis jornadas parece muy difícil que el equipo de Ancelotti pierda cinco puntos.
Y todo esto pendiente aún de una reunión entre Joan Laporta y Xavi Hernández. Una cumbre donde el presidente intentará convencer al técnico para que cambie de decisión y se quede, aunque según lo que ocurra el domingo puede que esta reunión ni se celebre...
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