¿Puede el Servicio Secreto de EEUU usar la fuerza letal si hay un sospechoso?

Durante un mitin celebrado en Butler, Pennsylvania, el expresidente Trump fue víctima de un atentado ‘presidencial’; el primero en la historia, desde 1981. El republicano se encontraba mostrando un gráfico sobre los cruces fronterizos cuando se escucharon las detonaciones. Trump se llevó la mano al cuello y rápidamente se tiró al suelo.

La bala rozó la oreja del expresidente, por lo que la sangre comenzó a correr hacia su cuello y rostro. De manera inmediata, numerosos agentes del Servicio Secreto lo cubrieron, hasta que se informó que el tirador había sido abatido. Trump, quien se encuentra “a salvo”, fue llevado hasta un vehículo blindado, en el que abandonó la zona.

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El papel del Servicio Secreto

La tarea principal del Servicio Secreto de los Estados Unidos es proteger al presidente y vicepresidente de la nación, además de otras personas importantes. Esto incluye a todos los expresidentes del país; especialmente a Trump, cuya situación es un poco diferente, ya que no sólo es expresidente, sino que también se postula nuevamente a la presidencia.

En un día normal, Trump cuenta con una caravana de más de una docena de vehículos, además del vehículo de transporte principal, un vehículo de repuesto y elementos tácticos, también están las fuerzas del orden locales y agentes supervisores, de inteligencia de protección y adicionales. Cuando se lleva a cabo un mitin, con decenas de miles de asistentes, la seguridad se incrementa y se requieren más agentes adicionales.

¿El Servicio Secreto puede usar la fuerza letal?

Dado que su deber es de vital importancia, los agentes del Servicio Secreto están capacitados para manejar una amplia gama de situaciones, que van desde seguridad protocolaria hasta amenazas inminentes a la vida de las personas que están bajo su resguardo. En este último caso, los agentes tienen el derecho y la obligación de utilizar la fuerza letal para salvaguardar a sus protegidos, lo que significa que pueden disparar a matar si lo ven necesario para neutralizar una amenaza.