Donald Trump será, muy probablemente el presidente de Estados Unidos de 2025 a 2029. El neoyorkino repetirá mandato después de su primer término, el cual concluyó con la controvertida elección de 2020 de la que nunca aceptó los resultados. Uno de los principales vehículos para el retorno del magnate a la Casa Blanca, el primer gobernante en gozar de un doble periodo no consecutivo, fue Elon Musk. El hombre más rico del mundo, según el más reciente reporte de Forbes (septiembre de 2024), jugó un papel crucial en incentivar y potenciar, tanto financiera como mediáticamente, el proyecto republicano rumbo al Salón Oval.

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Musk se ha vuelto uno de los hombres más cercanos a Donald Trump en los últimos meses. Anunció públicamente, en junio, su apoyo al expresidente para un nuevo mandato, hizo campaña junto a él, compareció a su lado en un mítin en Pensilvania, y organizó múltiples rifas de un millón de dólares a cambio de promesas de voto en favor de Trump. Fue un impulsor de la candidatura como pocos, incluso en 2016. Dichas ‘donaciones’ están, no obstante, bajo el escrutinio de las autoridades electorales, bajo sospecha de ilegalidad. Pese a ello, su influencia fue notoria. Musk también puso sus plataformas mediáticas, sobre todo la red social X (antes Twitter), al servicio del magnate neoyorkino. Desde ahí, el nacido en Sudáfrica hizo eco de la propaganda pro-Trump y de teorías conspirativas; amplificó su discurso y criticó abiertamente las propuestas y acciones de Kamala Harris y los demócratas.

Es por eso que Trump lo incluyó en su círculo íntimo en Mar-A-Lago, su residencia habitual en Florida, desde donde vivió la mayor parte de la jornada electoral del 5 de noviembre. Una serie de fotografías muestran a Musk sentado cerca de Trump, en una charla cara a cara en compañía de Dana White, en espera de los resultados de la votación. Durante la noche, el dueño de Tesla, Space X y X posteó en la red social que comanda desde 2022 un fotomontaje suyo, cargando con un lavabo dentro del Despacho Oval; una autorreferencia a cuando tomó el control de Twitter hace casi dos años. La imagen está acompañada por un breve texto, “Let that sink in”, que recuerda aquel episodio.

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Preocupaciones en torno al papel Musk en una potencial administración Trump

Trump ya avisó de que, en caso de resultar elegido de nueva cuenta, apuntalará a Musk como un asesor senior que tendrá alta injerencia en su presidencia. Incluso, dejo entrever que podría ocupar un puesto oficial, a cargo de órganos regulatorios en materia económica, fiscal y ambiental. Musk es un entusiasta de reducir la burocracia, maximizar la eficiencia gubernamental, adelgazar al Estado y relajar restricciones a las grandes fortunas y las multinacionales. Diversos autores, analistas y periodistas han alertado que dicha maniobra podría desencadenar múltiples conflictos de interés, ya que Musk sería juez y parte y podría utilizar su posición para operar en favor de sus propias compañías.

“Tenemos una sobrerregulación,” declaró Musk al presentador Tucker Carlson durante una transmisión en redes sociales desde Mar-A-Lago, precisamente. “Necesitamos dejar que los constructores de América construyan”, añadió. Su presencia en un nuevo gobierno, sin embargo, causa muchas suspicacias.