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ELECCIONES USA 2024

Donald Trump y Kamala Harris intercambian golpes en un debate presidencial tenso

Republicano y demócrata se enfrascaron en un debate lleno de reproches mutuos en torno a la migración, el asalto al capitolio, Ucrania, Afganistán y el derecho al aborto.

Estados Unidos
Así es como se cuenta cada voto: El proceso detrás de las elecciones presidenciales de 2024
Brian SnyderREUTERS

Donald Trump y Kamala Harris estrecharon sus manos al entrar al plató y pasar ante las cámaras apostadas en el auditorio del National Constitution Center, en Philadelphia. Parecía que el gesto anticipaba un debate cordial. “Me alegra verte”, inició Trump. “Tengamos un buen debate”, deseó Harris. Los buenos augurios se escurrieron pronto. No fue así. En absoluto. El expresidente y la vicepresidenta de la gestión Biden chocaron durante una hora y 45 minutos; un intercambio bronco, atestado de alusiones personales y reproches, en el que apenas hubo tiempo para que expusieran sus visiones de país, radicalmente opuestas. Una discusión sin concesiones, volátil, a ratos descontrolada, también vibrante y rica en material de trabajo para periodistas, analistas y consultores.

Así te narramos en directo el primer debate Trump vs. Kamala

La velada comenzó con uno de los temas predilectos de Trump: migración. Una de las bazas de su campaña y su ferviente base social. “Se están apoderando de las ciudades de manera violenta”, inició, al romper con la cortesía inicial. Armas tomar. “Tenemos millones y millones de personas entrando a nuestro país desde prisiones, cárceles, instituciones mentales, manicomios”, se quejó, como desde 2015. Sería un punto de partida. Trump no cesó de cuestionar a Harris por su “debilidad en la frontera” y por “permitir la invasión” de Estados Unidos. “Es una marxista”, soltó. “Dejan entrar a terroristas, criminales, traficantes de drogas. En Venezuela, el crimen está bajando porque los están quitando de la calle y se los dan a ella (en referencia a Kamala). Sería uno de los más grandes errores de la historia si permitimos esto”, añadió poco después Trump, en un segmento distinto, al explicar a qué se refiere por ‘crímenes migrantes’, a lo que Harris respondió con sorna: “Creo que esto es muy rico viniendo de alguien que ha sido procesado por delitos contra la seguridad nacional, delitos económicos, interferencia electoral”.

Donald Trump y Kamala Harris debaten en Philadelphia.
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Donald Trump y Kamala Harris debaten en Philadelphia. Brian SnyderREUTERS

El conflicto migratorio trajo uno de los segmentos más surrealistas (y virales) de la noche. Trump trajo a colación una historia, de cuestionable veracidad, sobre migrantes haitianos que se alimentan con perros y gatos en Springfield, Ohio. David Muir, quien junto a Linsay Davis fungió como moderador, corrigió al neoyorkino inmediatamente, al citar al alcalde de la ciudad: “No hay ninguna evidencia”. Bueno, he visto a gente en televisión diciendo ‘se llevaron a mi perro y lo utilizaron para comer’”, rebatió Trump. Harris vio una posibilidad inestimable para hacer valer su táctica, presentar al magnate como un extremista disparatado: “Hablando sobre extremos”. “Vamos a ser Venezuela en esteroides, Kamala está destruyendo a nuestro país”, continuó el expresidente, impasible en su plan de denostar la administración Biden-Harris y describirla como ineficiente, “desastrosa”, “la peor en la historia de nuestro país”.

Trump vs Harris: Los momentos más tensos del debate presidencial

Otro punto de colisión entre Trump y Harris fue el derecho al aborto. Un choque en pleno entre las posiciones liberales y conservadoras que día a día conviven en la Unión Americana sobre derechos reproductivos. “El gobierno y Donald Trump no tienen por qué decirle decirle a las mujeres qué hacer con su cuerpo”, tildó Harris con vehemencia. La vicepresidenta aseveró que el neoyorkino firmaría una prohibición nacional contra el aborto mediante el polémico Proyecto 2025: “Las decisiones sobre nuestro cuerpo y ciertas libertades no deberían ser tomadas por el gobierno”. Trump matizó que esto no está en sus planes, pero no contestó con claridad si impulsaría un veto si alguna iniciativa prohibitiva llegara al congreso. “Su política es insultante para las mujeres en Estados Unidos”, le recriminó, antes de que Trump acusara a los demócratas de permitir abortos a los nueve años y de “ejecutar” bebés. “Abortions after birth”, dijo, ante las réplicas de Harris y el fact-checking de Davis: “No hay ningún Estado en el que sea legal matar a un bebé después de haber nacido”.

El 6/01 entra en escena

El asalto al Capitolio fue otro segmento particularmente áspero. Trump evadió una pregunta expresa de Muir: “¿Se arrepiente de algo sobre aquel día?”. El expresidente, en cambio, volvió a los migrantes. “La gente se manifestó pacífica y patrióticamente. ¿Qué hay sobre la gente que está pasando nuestra frontera y está matando? ¿Por qué no son perseguidos? Esta gente llega de todas las partes del mundo. El crimen baja en todos los países y aquí sube. Ellos son quienes deben ser procesados”. Muir insistió, Trump se deslindó y culpó a la lideresa de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, de la violencia de aquella tarde en D.C.: “No tuve nada que ver con eso. Me pidieron dar un discurso y aparecí para hacerlo. Fue un mítin muy grande. No fue hecho por mí, sino por otros. Le ofrecí 1,000 guardias nacionales a Nancy Pelosi y ella los rechazó. Ella es la responsable. Nada de eso hubiera pasado nada si Pelosi y el alcalde de Washington D.C hubiesen hecho su trabajo”.

Donald Trum durante el debate presidencial con Kamala Harris en Philadelphia.
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Donald Trum durante el debate presidencial con Kamala Harris en Philadelphia.Brian SnyderREUTERS

Harris tomó impulso y volvió a su estrategia. Revirar en torno al extremismo. Para ello, hizo parada en Charlotsville, uno de los episodios más controversiales del periodo Trump: “El presidente de Estados Unidos incitó a una turba violenta ese día. Cientos de agentes del orden fueron lesionados, algunos murieron. El presidente se sometió a un juicio político por eso. No fue un incidente aislado. Dijo que había gente buena en ambos lados en Charlostville. No tenemos que mirar atrás. Es tiempo de detener el ataque a los cimientos de nuestra democracia. Trump ya advirtió que habrá un baño de sangre si la elección no discurre según el resultado que él quiera (aunque el republicano se refirió entonces al destino de la industria automotriz)”. El empresario aseguró que sus reacciones relativas a Charlotsville, y su blanqueo de los manifestaciones neo-nazis de aquella tarde, ya fueron desmentidas “muchas veces” y tachó la explicación de la vicepresidenta como una “mentira”.

“Ni siquiera saben inglés”

Y migración, otra vez. Pero el tema era la elección presidencial de 2020. Trump, una vez más, se negó a aceptar el resultado de la votación que otorgó la victoria a Joe Biden. Y, de pasó, cargó de nuevo contra los migrantes y su derecho al voto en Estados Unidos. A ellos, a esa ‘ilegalidad’, atribuyó en parte una derrota que aún no convalida: “Tuve más votos que en 2016. No perdí. Necesitamos muros y buenas elecciones. Estos migrantes pueden votar y ni siquiera hablan inglés. Ni siquiera saben en qué país están y tienen permiso de votar”. “No importa”, zanjó acto seguido, “tenemos muchos hechos y estadísticas. Tenemos pruebas. En Georgia, Wisconsin, Pensilvania. El problema es que tenemos una nación en declive. Ellos (en referencia a Biden y Harris) la pusieron en esta situación. Nuestro país está muriendo”. Kamala refirió que “los líderes mundiales”, sin citar nombres, “se ríen” de los señalamientos de Trump sobre el supuesto fraude electoral: “Dicen que eres una desgracia. Si perdiste es porque en verdad perdiste”.

Kamala Harris, candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos.
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Kamala Harris, candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos.Brian SnyderREUTERS

Las guerras en Palestina y Ucrania

Una sección que auguraba conflicto. Harris espetó que siempre velará por el bienestar de Israel y que abogará por su derecho a defenderse, sobre todo de Irán, y apostó por la solución de dos Estados al conflicto palestino: “Esta guerra debe terminar inmediatamente”. Trump expuso que, si él hubiese sido presidente ahora, el conflicto no habría escalado a las magnitudes actuales: “Si Kamala es presidenta, Israel dejará de existir en dos años. Ella odia a Israel y a la gente árabe. La región será borrada”, atacó con hipérbole.

Ya instalado en la discusión sobre política exterior, Harris denunció a Trump por su “cercanía con los dictadores”. “Es bien sabido que le gustan los autócratas. Cuando Putin invadió Ucrania dijiste que fue algo brillante. Intercambias cartas con Kim Jong-un. Es bien sabido que estos dictadores apoyan que seas presidente porque, así, pueden manipularte con halagos y favores”, atizó la exprocuradora. Ambos coincidieron en su deseo por que ambos conflictos finalicen, pero Trump reviró a Kamala (y, de pasada, al “débil y viejo” Biden) por su “incapacidad” para renegociar el financiamiento estadounidense a la OTAN y moderar las diatribas entre los líderes de Ucrania y Rusia, Volodymyr Zelensky y Vladimir Putin: “Los conozco bien. Me respetan. Es una guerra que se debe resolver. Hablaré con uno y luego con otro. Nunca debió haber pasado. Biden no tiene idea de cómo hablar con Putin. Imaginé que estaría negociando con él, y no. No sabe cómo detenerlo. Ni siquiera sabe que él es el presidente”. Trump advirtió que el enfrentamiento bélico podría desencadenar una ‘Tercera Guerra Mundial’ y Harris detalló que la alianza comandada por Estados Unidos ha funcionado para mantener a Ucrania como un país “libre e independiente” tras los embates de la invasión rusa. “Si Trump fuera presidente, Putin estaría sentado en Kiev. Nuestros aliados en la OTAN están aliviados de que no seas el presidente”. Un golpe tras otro.

El primer debate entre Donald Trump y Kamala Harris se llevó a cabo en Philadelphia.
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El primer debate entre Donald Trump y Kamala Harris se llevó a cabo en Philadelphia.Evelyn HocksteinREUTERS

“No estás contendiendo contra Biden, sino contra mí”

El racismo llegó al plató ya sobre la recta final. Trump, bajo fuego por sus alegatos sobre la identidad racial de Harris, salió al paso sin querer entrar al fango. “No me importa. Hacen gran escandalo por algo. Lo que ella dice que es está bien por mí. Leí que era no negra, y luego leí que era negra. Está bien. Es cosa de ella”. Harris se halló en un terreno fértil: “Es una tragedia que tengamos a un presidente que consistentemente ha usado la raza para dividir al pueblo estadounidense. Trump fue investigado porque se rehusó a rentar propiedad a gente afrodescendiente. Esparció mentiras sobre el nacimiento del primer presidente negro en la historia de nuestro país. Necesitamos algo mejor que esto. No queremos a un presidente que haga que los estadounidenses se señalen con el dedo”. Acto seguido, Trump volvió a establecer un vínculo entre Harris y Biden como un paquete al cual cargar todas las facturas. Quiet, please, arremetió el republicano, mientras Harris, con micrófono apagado, intentaba responder. “No estás contendiendo contra Biden, sino contra mí”, resolvió la vicepresidenta. “Claramente, no soy Joe Biden. Y, ciertamente, tampoco soy Donald Trump. Quiero ofrecer una nueva generación de liderazgo para nuestro país”.

Harris, con un mensaje unificador (”Una presidenta para todos los estadounidenses”) y un Trump fatalista (”Somos un país caído”) despidieron el primer debate presidencial. Sin apretones de mano ya. El republicano abandonó el escenario primero; le siguió la demócrata. Muy cordial, como parecía, no fue al final. Nada de eso.

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